-Priscila- escuchó su nombre en cabeza.
La loba cerró sus ojos y se encontró apartando todo a un lado y solo concentrándose en esa voz.
-Dime madre- tanto su cuerpo como el de su madre se proyectó uno frente a otro.
-¿Estás segura de lo que vas a hacer?- la voz de Nebraska era preocupada aun con su porte firme de siempre.
La loba menor asintió con la cabeza.
-No puedo dejar a Layan solo- se pasó la mano por la nuca- Es mi compañero.
Nebraska la comprendía.
-En eso eres igual a mí, hija- sonrió de lado- Incluso cuando estaba al borde de la muerte prioricé a mis seres queridos en vez de mi bienestar- recordó cuando casi muere congelada en la nieve después de escapar de Rudoc, y ella solo le preocupaba que el antídoto contra el veneno que atacaba a su esposo e hijo llegara a ellos en el momento indicado.
-Siempre me dicen que solo me parezco a ti en apariencia, algo de tu carácter debo haber heredado- Priscila sonrió suavemente.
-Eres más parecida a mí de lo que te imaginas- después de todo las dos eran capaces de controlar a sus dos lobos alfas a su conveniencia.
Acercó la mano y tocó el rostro de su hija.
-Sé lo que vas a hacer y de que serías capaz de romper de nuevo mi control sobre ti. Nada te impediría no estar junto a tu lobo, por eso me encargué de tu padre- los ojos de Nebraska brillaron.
-Gracias ma, sé que mi padre se preocupa demasiado por mí, pero yo no puedo quedarme de brazos cruzados- agarró la mano de su madre y le besó la palma- Dile que lo amo mucho y siempre lo haré.
Ante esas palabras una lágrima corrió por la mejilla de Nebraska.
-No llores ma- Priscila la abrazó fuerte contra ella. Aunque solo eran sus imágenes unidas por su lazo mental un calor acogedor se instaló entre ellas- Sé que no me queda mucho tiempo. Los escuché y puede que gaste lo que me quede de energía para ayudar a Layan, pero no me voy a morir.
Nebraska no dijo nada. Siempre sentir que sus hijos se separaban de ella era como un cuchillo que atravesaba su alma.
-Prométeme que volverás con nosotros- su voz salió quebrada no pudiendo mantenerse más fuerte. Saber que Priscila era muy probable que volviera a caer en un profundo sueño era algo difícil de soportar.
Su hija le dejó un beso en su frente.
-Lo prometo las veces que sea necesaria. Solo si me prometes que cuidarás de mi lobo y de mi padre cuando no esté. Espero que no se molesten mucho cuando se enteren de esto.
Nebraska puso un rostro serio.
-Con Layan… él comprenderá. Con tu padre… puede ser un poco complicado, pero sé cómo tratar con él.
-Gracias madre- Priscila pegó su frente con la de ella y entrelazó sus dedos con los de la loba omega- Gracias por siempre apoyarme.
-Soy tu madre por hoy y siempre- y esas fueron las últimas palabras antes que el lazo se rompiera.
Priscila alzó la cabeza abriendo sus ojos y una lágrima se derramó de estos para secársela después. Odiaba causarle este tipo de dolor a sus padres, pero era necesario para eliminar todo el mal del camino y que ellos vivieran a salvo. Si Liam seguía viviendo ellos nunca tendrían tranquilidad.
Tomando un profundo respiro se levantó de la cama y se puso un vestido grueso que encontró puesto encima de la esquina de la cama. Definitivamente su madre había preparado todo esto con antelación.
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Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo
WerewolfSegundo novela de la Trilogía Almas de Lobos Ella, la hija de Nebraska y Hades ha nacido con la sangre de los cinco grandes alfas. Siendo la loba más fuerte de su tipo no puede controlar su poder haciéndose daño. Layan sabe que ella lo reclama como...