Priscila es mi ...

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Era la hora y Nebraska la sabía. Había ocultado por mucho tiempo lo que era realmente Priscila y el que estaba delante de ella no era un lobo cualquiera. Además de ser el que la había mordido era también el líder del Consejo, se suponía que estaba por encima de todos. La voz magnate de todos los alfas. Si lo seguía dilatando por más que se llevaran bien habría problemas.

-Layan, seré clara ya que estamos en esta situación. Hay dos cosas que tienes que saber de Priscila- miró a su esposo buscando su afirmación la cual le dio, después de todo él era alfa y el padre de su cachorra.

Ante el tono más serio de lo habitual de Nebraska, Layan tomó una postura más firme en el sofá y escuchó con atención. Su instinto bien desarrollado le indicaba que no sería algo agradable de oír. Nebraska respiró profundo.

-Esto es algo que incluso Hades no sabe con detalles pues nunca se lo dije antes- hasta el alfa de a manada de plata prestó atención, Nebraska no le guardaba secretos, que lo hiciera era porque tenía sus razones. Ella prosiguió- Fue durante la batalla contra Rudoc, para esa fecha ya yo esperaba a Priscila dentro de mi vientre-

-Eso no es algo nuevo- Layan entrecerró los ojos, si lo hubiera sabido antes no la hubiera dejado participar, y si las cosas hubieran tomado el camino equivocado no solo sería una vida la que se hubiera perdido.

-Priscila fue la que me ayudó a derrotar a Liam- su declaración hizo que los dos machos se pudieran tensos.

-¿Estás jugando conmigo verdad?- Layan sonrió incómodo.

Nebraska negó y les contó con todo detalle cómo se había desarrollado la lucha entre los tres miembros y como Priscila había funcionado tanto de escudo como catalizador de sus poderes. Tampoco había obviado la parte de que la había conocido en su forma adulta y de cómo había hablado referente a lo que le pertenecía, Layan. Nebraska pudo jurar que el mencionado estaba pálido como una hoja.

-¿Me estás diciendo que tu hija desde que era menos que una semilla está promulgando que yo soy suyo?- su voz salió suave.

Hades a su lado ahora entendía porque la supuesta obsesión de su hija desde que era muy chiquita por Layan aun sin conocerlo. Ella ya lo conocía desde antes.

-Priscila es mucho más fuerte que yo- declaró Nebraska- la sangre de los todos los alfas que había consumido se impregnó en ella-

Layan se quedó pensativo. Quizás ya sabía porque la obsesión de Priscila por él. No era amor ni nada parecido. De todas las sangres que Nebraska había tomado la más fuerte era la de él como lejos, si la cachorra las había absorbido en su cuerpo, eso significaba simplemente que la sangre de él dentro de ella llamaba a la de Layan. Eso explicaría la afinidad con su persona y si lo analizaba bien, sería permanente hasta el momento que se diluyera entre la sangre de Priscila cuando creciera. Era una hipótesis, no estaba muy seguro sobre todo de la segunda parte.

Después de morderla lo había sentido. Su sangre era fuerte y poderosa y la razón por la que le había gustado tanto era por la compatibilidad con él. Se mordió el labio inferior y respiró. La situación se le estaba yendo de las manos, no era tan fácil como pensaba. No era una cosa de romper simplemente el lazo. Si calculaba bien, con lo fuerte que era él su sangre se negaría a salir de su sistema, entonces eso, acaso no significaba que Priscila siempre estaría pendiente a él.

-Layan, Layan- escuchó la voz de Nebraska llamándolo y reaccionó.

-¿Qué era lo segundo?- intentó no parecer incómodo después de descubrir por donde iba todo. Realmente el destino cuando jugaba sus cartas era difícil deshacerse de él.

Nebraska volvió a mirar a Hades y esta vez fue él el que empezó a hablar, como alfa y conocido a Layan era preferible que él tocara este tema tan delicado.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora