Lo sabía desde el inicio

12.9K 1.5K 235
                                    

Victore estaba pálido. Era un lobo manipulador y por naturaleza solía tener todo planeado, por lo que su secreto mejor guardado fuera descubierto no estaba entre sus planes. Su diversión con Kei se había estropeado y ahora estaba seguro que sería rechazado por haberle hecho todo aquello sin su consentimiento. Estaba cociente de los sentimientos del lobo por él, más no tenía la confianza para tener una relación estable y menos ser su compañero.

Primero, porque eran dos machos y unos cualesquiera, y segundo, porque su prioridad era la manada, no sus relaciones amorosas. Podían jugar todo lo que quisieran, hasta ahí. Pero demonios, había momentos en los que él ansiaba ser sostenido con cariño en un abrazo cálido y protector y que le dijeran palabras que le hicieran palpitar el corazón.

-Kei, yo…- su voz lo traicionó.

-Respóndeme Victore. ¿Nosotros hemos tenido sexo?

A esa altura y por como brillaban los ojos del lobo que no estaba buscando una respuesta a su pregunta, sino más una confirmación, supo que no podría escapar. Bajó la cabeza y asintió ligeramente. Extender más ese momento solo haría las cosas difíciles entre los dos, y si el alfa se involucraba solo le causarían problemas y ya tenía bastante con la manada, su indomable compañera y sus nada pasivos suegros.

-¿Cuántas veces?- Kei se acomodó sobre la cama. Su voz sonó inesperadamente tranquila, aunque con lo nervioso que estaba el lobo albino delante de él no lo pudo notar- Vicore- lo presionó después que este no respondió-

-No muchas- este tragó en seco apretando sus manos sobre su regazo tan fuerte que estaban blancas. Las lágrimas se habían congelado en sus ojos- Solo algunas veces que volvías y te emborrachabas.

-¿Tú aprovechabas esos momento de debilidad mío? ¿Por qué?- Kei podía haberse acabado de despertar y estar algo confundido pero estaba siendo endemoniadamente insistente y hablador.

Victore se mordió el labio inferior sintiendo que lo estaba acusando y como no, cuando él lo había forzado a tener sexo sin él sin consentimiento.

-Yo… no quería que pasara realmente- intentó justificarse ganando una ceja alzada del beta- Fue por accidente, lo juro. La primera vez nos emborrachamos ambos y terminamos en la cama. Al otro día yo podía recordar todo, pero tú apenas si recordabas después de la segunda copa. Y después de eso… no sé qué pasó, solo…-

-Victore- Kei lo interrumpió y extendió la mano hacia él cuando este lo rechazo y se corrió hacia atrás cayendo en el suelo.

El lobo más pequeño se sintió estúpido ante la situación y solo se resignó a olvidar el dolor de la caída y huir. Una cosa era tener la confianza de meterse con Kei cuando este se dejaba llevar por sus instintos y otra completamente diferente era enfrentarlo completamente lúcido. Kei nunca le había demostrado real afecto, más bien, mantenía una distancia prudencial de él.

Se levantó para correr, alejarse de allí. No sabía cómo actuar en ese momento. Estaba nervioso y lo que más lo asustaba era no poder volver a pasar una noche en esos brazos que lo trataban con cariño, no como un simple omega como muchos lo habían tratado en el pasado.

Mas no pudo avanzar mucho. Una mano se cerró alrededor de su muñeca y por más que intentó soltarse fue inútil. Era el comandante de su manada, pero físicamente Kei era mucho más grande que él.

-¿Por qué huyes?- esta vez la voz del beta fue tan grave, casi gruñendo, lo que hizo que el otro lobo se petrificara. Nunca le había hablado de esa forma.

-Porque tú de seguro me odias ahora. Prácticamente te violaba cada vez que te emborrazaba, porque te estuve engañando todo este tiempo para mi beneficio. Porque al final soy un omega que quiere aplacar su placer con el cuerpo de otro macho- el rostro de Victore estaba completamente rojo, pero por la molestia, reconocer esas cosas hacía que sintiera asco de sí mismo. Ah, debía estar realmente agotado para estar pensando así. La tensión de mantener bajo control todo en la manada ya le estaba pasando factura.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora