Eres Priscila?

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-He vuelto a casa, Ma-

Nebraska no podía creer quien estaba delante de sus ojos y se acercó a ella tomándola de las mejillas con sus palmas temblando.

-¿Priscila? ¿En serio eres tú?- su mirada recorría el cuerpo de su hija que a pesar de estar frío estaba lleno de vida.

La loba agarro una de las manos de su madre y besó su palma.

-Si ma, soy yo, estoy de regreso- sus ojos vacíos enfocaron el hermoso rostro de la omega para después inclinar hacia un lado y alzar la mano- Hola pa-

Hades estaba tan conmocionado que todavía no reaccionaba. Ante esto Priscila dejó a su madre y se acercó al alfa palpándole la mejilla suavemente.

-Así es como me recibes después de 10 años sin verme, puedes ser realmente frío pa- ella alzó una ceja.

Hades carraspeó su garganta antes de hablar.

-Leoxi, encárgate de él e interrógalo- le dijo a su hermano que todavía no salía del trance al igual que el resto de los miembros de la manada ya que todos habían sabido de la partida de la cachorra y en solo 10 años había vuelto como toda una loba adulta que olía como tal- El resto puede retirarse-

La manada estaba recuente a dejar la sala pues todos estaban curiosos ante la llegada de Priscila pero el tono de Hades no tenía réplica y en solo minutos todos fueron despareciendo dejado la sala vacía, solo con aquellos dos padres, su hija, y los recién llegados.

-¿En serio eres Priscila?- Hades preguntó con voz grave.

-Sí, Hades, es ella- Litus que hasta el momento se había quedado en la entrada avanzó hasta ellos- Puedo asegurarlo, yo misma la vi salir del estanque y créame tenía el mismo rostro que usted ahora mismo-

Hades bajó la mirada del lobo de cabello plateado hacia la loba delante de él. Priscila había cambiado tanto que era imposible de creerlo. Ya no era su hermosa cachorrita. Ahora era una loba adulta, alta y esbelta, con un larguísimo cabello a la altura de la cadera tan negro violáceo como el de él y con ondas en las puntas. Su rostro era muy parecido al de Nebraska, pero incluso más hermoso y eso era mucho decir. Pómulos altos, labios carnosos sin ser exagerados, cejas curveadas, piel casi como el jade que contrastaba con lo oscuro de su cabello que enmarcaba su rostro.

Hasta había heredado sus ojos plateados que a diferencia de antes esta vez era como si fueran dos bloques de hielo frío y helados que le hizo estremecerse. Además esos labios curveados que no tenían ni una pisca de felicidad. Hasta sus palabras era tan heladas que no podía encontrar rastro de la Priscila de sus recuerdos. Sabía que sería así, se lo habían advertido pero nunca se esperó de la impresión fuera tan fuerte.
Abrió sus brazos y atrajo fuertemente a su hija entre ellos, apretándola a su cuerpo. Su cabeza se enterró en la curva del cuello.

-¿Qué te he hecho?- se lamentó.

Priscila se mantuvo quieta con los brazos al lado de su cuerpo.

-Controlar mi poder- le respondió casual y la falsa sonrisa se hizo más amplia- Nada más- acarició la espalda de su padre notando que estaba tensa.

Litus se puso al lado de Nebraska he hizo una referencia.

-Reina, ella me dijo que quería volver en cuanto salió, no sé la razón de ello-

-Es porque necesito hablar algo serio con pa- se separó de Hades un poco- ¿Crees que sea posible?-

El alfa leyó entre líneas dándose cuenta que algo no estaba bien, sobre todo porque ella había salido antes de tiempo y asintió con la cabeza.

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora