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Me desperté en el hospital, miré hacia todos lados desesperada, mi cuerpo temblaba y mis sentidos estaban alerta.

-Mamá -murmuré con la poca duerza que tenía-

Ella levantó la mirada y al verme suspiró.

-Cariño, estaba muy preocupada.

-¿Qué pasó?

-Fuiste al lado sur, eso es todo lo que sé.

Wendy entró a la habitación con muletas y su rostro estaba todo lastimado al igual que su cuello.

-¿Cómo estás, linda? -dijo mi mamá- ¿Tus padres ya vinieron?

Ella negó cabizbaja.

-Wendy,dime que pasó.

-Lo recuerdo casi todo -dijo con la voz débil- como te golpearon mientras estabas inconsciente, me dijeron que nos matarían, tenía mucho miedo, creí que estaba por perderte. En serio creí que te matarían.

Ella rompió en llanto y mi mamá la ayudó a sentarse junto a mí.

-¿Porqué les harían eso?

-Ni siquiera lo sé -suspiré-

Wendy me miró y de inmediato su mirada me lo dijo todo.

-Oh...

-¿Qué? ¿Sabes porqué fue?

La miré y suspiré. No quería mentir pero mamá no lo entendería.

-Betty, dimelo.

Negue y ella suspiró enojada.

-Mamá, lo siento, debi escucharte sobre lo del lado sur.

-Y yo no debí dejarte ir. Sabía que algo malo iba a pasar. Solo no creí que sería esto.

-De todos modos ¿porque fueron?

-Jughead, el chico del que te hable y me dijiste que ya no vea. Su hermano tenía fiebre y él no sabía que hacer, su padre había llegado ebrio de nuevo y su mamá...bueno, ya sabes. Y él estaba llorando,y no podía dejarlo solo.

-No vuelvas a hacer algo asi a mis espaldas. Al menos dime, y yo te llevaré. No es seguro,y no queria que tengas que aprenderlo de esta forma.

Polly entró y besó mi mejilla.

-Te traje jugo.

Miré a Wendy y ella solo me abrazaba con ambos ojos cerrados.

-¿Quieres un poco? -dije acariciando su cabello- debes estar mal.

Ella asintió.

-¿Tus padres trabajan mucho? -preguntó mi mamá-

-Estan siempre de viaje. Ahora solo están en centerville pero no creo que vengan.

-Oh. Lo siento.

Ella se encogió de hombros.

-¿Los extrañas?

Wendy negó y sus ojos se cristalizaron.

-Ya lo se, ven -la abracé-

Ella rompió en llanto.

-Quiero a mi mamá -sollozó- quiero que vuelva.

-Ya se, mi amor -susurré- ella ya vuelve.

-Jamás vuelve.

-Lo hara, tranquila.

-¿Con quien te quedas mientras ellos no están? -dijo Polly-

-Sola.

-¿Una niña de dieciseis años sola? No. ¿Quieres venir a casa por un par de días?

Negó y besé su frente.

-Puedes venir, veremos peliculas, comeremos galletas-

-Haran su tarea -dijo mi mamá-

-Solo unos días -dijo sin dejar de abrazarme- gracias.

-No es nada, cariño -dijo y sonreí-

-Mamá, me duele mucho el tobillo.

-Lo se, cariño, es un esguince. Pero ya va a mejorar.

-Quiero ir a casa.

-Se un hombre y aguantate.

Reí y mi mamá suspiró.

-¿Que les dije de eso?

-No es gracioso ni aunque sea chiste -dijo Polly en un bufido- si es gracioso.

-No lo es, ve a llamar al doctor para que revise el tobillo de tu hermana.

💿La melodía de tus ojos💿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora