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A la mañana siguiente, desperté y me vestí para tomar mi mochila de la escuela y bajar las escaleras a tomar el desayuno, cuando lo hice, vi a Jughead meciendo a Tommy en sus brazos mientras este soltaba quejidos moviendose.

-Buenos días. ¿Que le pasa a mi pequeñito? -dije y me acerque a ellos-

-Le duele el estómago, se despertó a las cuatro de la mañana y está así desde ese momento.

-¿Necesitas que me quede a cuidarlo?

-Ni lo pienses -dijo mamá entrando a la cocina- ya le dije a Jughead, yo me quedo con Tommy, y ustedes tres van a la escuela. ¿Donde está tu novia?

-Wendy no desayuna, se despertará en un rato. ¿Puedo tomarlo un segundo?

-Claro -dijo el pelinegro-

Tomé a su hermanito y él me abrazó con fuerza.

-¿Que pasa, mi amorcito?

-Luele.

-¿Te duele tu pancita?

-Ti -dijo en un hilo de voz- quero mamá.

-Oh, ya veo. Pero escucha, estoy aquí. Juggie esta aquí, mi mamá también. Todos te cuidamos ¿si?

Él soltó un quejido poniendo ambas manos en su estómago.

-Shh, ya va a pasar -susurré acariciando su cabello- dentro de poquito va a dejar de doler.

-Betty -dijo abrazandome-

Sonreí y besé su mejilla.

-Tengo que desayunar, mi amor, quedate con mi mamá ¿si?

Él asintió y mamá lo tomó para salor de la cocina nuevamente.

-¿Desayunaste? -dije mirando a Jughead-

-No pude.

-¿Quieres waffles?

-Siempre quiero waffles.

Reí y prendí la wafflera.

-Deja de poner esa cara, Tommy estará bien.

-No es por eso.

Lo miré un poco confundida y volví a lo que estaba haciendo.

-¿Porqué es?

-Porque siento que soy un obstaculo entre tu y las cosas que quieres. Y me gustas tanto, Betts, que no quiero arruinar nada para tí, ni siquiera tu relación con Wendy, porque vi lo feliz que eres con ella.

Sonreí levemente y lo abracé.

-¿Yo te gusto?

-Creí que era obvio.

-Un poco.

-Lo siento.

-No te disculpes por tener sentimientos.  Yo te quiero demasiado, Jughead. Pero ahora mismo, mi relación con Wendy acaba de empezar y ya está en una cuerda floja, y no quiero que termine por mi culpa.

-Está bien, lo entiendo.

-Juggie -dijo Tom mientras entraba corriendo- ya no luele.

-Si, vomitó en el piso de la sala -dijo Alice tomando un trapo de piso-

-Lo siento -dijo el ojiazul mas grande-

-No te disculpes, no podía evitarlo, y ahora ya está mejor asi que es un avance.

Tommy sonrió y Jughead rió.

-Vamos, hay que lavarte la boca ochocientas veces.

💿La melodía de tus ojos💿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora