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Kyle y yo estabamos jugando videojuegos en el sofá de mi cuarto, mientras que Wendy y Lila estaban en mi cama.

-Quiero a Kyle -dijo extendiendo sus brazos hacia él-

-Ahora yo te quiero a ti -dijo la pelinegra abrazandola- Kyle es tonto.

Reí y perdí en el juego, por lo que Kyle suspiró y me dio un codazo en el brazo.

-Ay -me quejé-

-Concentrate, no podemos seguir perdiendo.

-Kyle, prestale atencion a la niña -dije y Lila me miró mal-

-No soy una niña.

El pelinegro se paró y empujó a Wendy para abrazar a su novia.

-¿Que pasa? ¿Quieres ir a casa?

Ella negó.

-¿Quieres venir a jugar?

-Quiero a Wendy.

-Que mala.

-Tu eres el malo.

Wendy besó la mejilla de Lila y caminó hacia mi.

-¿Me darías un beso?

-No.

Ella rodó los ojos.

-Yo si te daría uno.

-Pruebamelo.

Ella se abalanzó sobre mí y comenzó a dejar pequeños besos por todo mi rostro mientras ambas reiamos, en ese instante, Jughead entró y mi sonrisa se esfumó.

-¿Necesitas algo, Juggie?

-Tu mamá quiere que bajes un segundo.

Me separé de Wendy y cuando baje las escaleras, vi a mi mamá sentada en el sofá con un disco entre sus manos.

-¿Mamá?

-¿de donde sacaste esto?

-Me lo diste tu. Papá lo dejo para mí. ¿Me lo das? Es-

-No es tuyo -dijo con los ojos cristalizados-

-Es mío, papá lo dejó para mí.

Ella negó.

-No puedes tenerlo.

-No puedes quitarme a mi papá solo porque lo extrañas.

-Tu papá jamás debió morir y yo sufrí mucho eso, esto no te pertenece, yo se lo dí.

-¡Es mio porque el me lo dejó!

-No es tuyo.

-¡Me lo dejó a mí, no a tí!

-¡Pues debió pensar mejor antes de suicidarse!

Quede helada.

¿Mi papá se quitó la vida?

No tenía sentido.

-¿Qué? M-mamá, papá estaba enfermo, él-

-Tu papá se mató.

-No, no lo hizo -dije comenzando a llorar- él no nos dejaría solas jamás.

-Al parecer sí, Elizabeth, y quiero el resto de esos álbumes.

-Te odio -sollocé-

Salí de la casa llorando, camine solo un par de metros hasta que sentí una mano en mi hombro.

-¿A dónde vas? -dijo Jughead- ¿Estás bien?

Me refugié en sus brazos, lloraba más que cuando papá murió, no sabía que eso era posible.

Ni siquiera podía hablar, la respiración me fallaba y todo mi cuerpo tiritaba.

-Tranquila -susurró- respira, Betts, todo va a estar bien.

Lo abracé con más fuerza y el acarició mi cabello.

-Vamos a casa.

💿La melodía de tus ojos💿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora