99 (capítulo final)

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-¡Juggie!

-¡Campeón! -sonrió Jughead agachándose para levantar a su hermano-

-Juggie, mira -señaló la casa de bloques que había en el suelo de la sala-

-¿Tu lo hiciste?

-Sí -sonrió-

-Que bien, enano -dijo acariciando su mejilla-

Betty y Wendy entraron a la casa y Tommy sonrió al verlas.

-¡Betty!

-Hola, amorcito -besó su frente- ¿Me extrañaste?

-Sí.

-Yo a tí. ¿Me muestras tu casita?

El asintió y los dos se sentaron en el suelo de la sala.

-Supongo que nadie quería verme a mí -dijo Wendy cerrando la puerta detrás suyo-

-¡Yo sí! -gritó Alice desde la cocina-

Betty rió y Wendy se sentó junto a ella y Tommy.

-Puerta, ventana.

-Muy bien, enano -dijo la pelinegra-

Él sonrió. Alice salió de la cocina con un plato de galletas.

-Si -dijo Jughead mirando las galletas, hambriento-

-Ah-ah. Están calientes aún.

-Como él -susurró Wendy-

-Wendy, por dios -la rubia suspiró-

-¿Que tal todo en Yale, chicos?

-Trágico.

-Betty, no mientas.

Ella rió negando con la cabeza.

-Las clases son geniales. Pero si es trágico.

-Aquí vamos de nuevo -dijo el ojiazul en un suspiro- mejor iré por algo de beber.

-¿Qué? ¿Qué sucede? -cuestionó la madre de la rubia-

-Creo que no conozco ni a una sola chica a la que no le guste mi novio -dijo mientras Tommy jugaba con la manga de su chaqueta rosa-

Alice rió.

-Ya sabía que esto iba a pasar.

-¿Que a todos les iba a gustar Jughead?

-Que no podrías soportar la locura universitaria. Eres muy tranquila.

-¿A que te refieres? -dijo mientras Wendy se reía-

-Sabes de lo que hablo. Fiestas. Adolescentes con hormonas rebeldes.

-Iugh.

-Exacto, cariño.

-¿Podemos hablar de algo más? -preguntó el ojiazul- como del trabajo de Wendy.

-O de la guardería de Tommy -dijo la pelinegra rápidamente-

-¡Sí!

Jughead sonrió viendo la exclamacion del menor. Caminó hacia él y lo levantó para besar su mejilla.

-Oí que tienes nuevos amigos.

-Bobby y Tina.

-Que bien, enano.

-Y Wendy.

-Sip, yo soy tu amiga también.

Betty sonrió.

-¿Que tal todo en el nuevo trabajo, Wen?

-Bien, pero no quiero hablar de eso.

-¿Por qué, linda? -Jughead preguntó sentandose junto a Alice-

-Todos se fueron a la universidad. Hasta Light. Y yo solo estoy sirviendo café todos los días.

-Oye -Alice intervino- no hay nada malo con eso, Wendy. Pocos chicos de tu edad tienen un sueldo tan grande como el tuyo, una relación estable, y una familia que te ama.

-Mis padres no me hablan hace semanas.

-Hablo de nosotros.

Ella sonrió mirando el suelo.

-Yo tambien los amo.

-Desde que te mudaste a casa... y para siempre -la rubia mas grande se sentó a su lado mientras seguía hablando seriamente- tú eres una parte de esta familia, Wendy. Sabes que si tu no estuvieras aquí, yo estaría sola.

-Sí, y siempre cuidas de Tommy. Él te ama.

-Sí -sonrió el menor-

Wendy rió mientras sus ojos se cristalizaban.

-Oye -Betty la abrazó- no llores, linda.

-Gracias por no dejarme sola.

-Jamás te dejaríamos sola.

-Los amo.

-Nosotros te amamos a tí.

El timbre de la casa sonó, todos se miraron confundidos. Alice se paró y caminó hasta la puerta para abrirla.

-Mamá.

-¿Polly? ¿Qué haces aquí?

Fin.








































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