<CAPITULO CUARENTA Y DOS>

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EMMA RUSSO

Como Matteo me lo prometió fuimos a ver a mi madre y sinceramente lo pasé muy bien, papá no apareció en ningún momento y debo aceptar que eso me entristeció nose quizá preguntar como estaba o algo parecido.

No se porque me sorprende su comportamiento, al fin y al cabo nunca le importe.

Pasé una tarde muy linda con mamá, eso es algo raro ya que nunca pasó tardes ni días buenos con ella, quizás la distancia hace eso llevo 2 o 3 días quizas más en la casa de Los Mancini no llevo la cuenta de cuantos días llevo ahí pero que son los suficientes para estar alejada de mamá.

Me ha regalado una caja de chocolates eso también es raro nunca recibí un regalo por parte de mamá que no sea ropa de marca, bolsos, zapatos, entre esas cosas que cuestan millones, agradezco su detalle pero siento que esta muy rara, el tiempo que estuve ahí estuvo abrazada a mi como si me fuera a escapar y a cada rato miraba hacia la oficina de papá. No dije nada para no incomodarla pero creo que el estaba ahí dentro y no quiso salir debido a que estaba yo.

Como a las 3 horas Matteo dijo que era hora de irnos eso entristeció mucho a mamá tanto que se aferro a mi como si le estuvieran quitando su juguete favorito a un bebé, evite que mamá llorara y le prometí que iría el resto de los días a verla pero la próxima iría sola así podríamos pasar más tiempo juntas. Ella festejo por eso, reía, saltaba de la felicidad y eso hizo que sonría, ella dejó demasiados besos en mis mejillas y dijo que vaya a verla pronto.

En estos momentos me encuentraba recostada en la habitación que comparto con Matteo pensando en el comportamiento de mamá no es que me molesta sino que fue raro. Mamá nunca demostró cariño hacia mi, si me trataba como su hija, pero no me decía lo mucho que me quería o me daba abrazos a cada rato.

La puerta de la habitación se abre de repente dejandome ver a Matteo con tres bolsas en sus manos, coloco mis codos sobre la cama y quedo un poco levantada mientras lo miro atenta a sus movimientos.

- Esto es para ti- habla mientras deja las bolsas sobre la cama -Tus amigas han llamado, dijeron que a las nueve pasan por ti-

- Eh?- levanto una ceja en forma de confusión.

- Han llamado a el teléfono de la casa, ya que no les contestas, dijeron que pasan por ti a las nueve y que te cambies para ir a una discoteca-

- Pero-

- Puedes salir-

- Que?-

- Eso, que puedes salir-

- No iba a pedirte permiso, se que puedo salir las veces que se me da la gana ya que no tengo responsabilidades de las cuales hacerme cargo, en cambio tú- hablo recordando lo de hoy a la mañana.

- Yo que?-

- Tienes muchas responsabilidades de las cuales hacerte cargo- me levanto de la cama y busco algo de mi ropa interior para hacer lo que las chicas dijeron, son las 19:45 Pm asique es hora de alistarme.

- A que te refieres con que tengo responsabilidades?- su cara de confusión me causa tanta risa pero no me río.

- Te han llamado, hoy cuando fuiste a comprar algo, dijeron que te esperaban en un bar para aclarar algunas cosas-

- Has atendido mi teléfono?-

- Si, lo oí sonar y nose conteste- el enojo en su cara me da a entender que he echo mal en tocar su teléfono, a paso brusco se acerca a mi y toma mis antebrazos con fuerza -Que haces? Sueltame!-

- No vuelvas a tocar mis cosas-

- Solo conteste una llamada, creí que era importante- lágrimas amenazan en salir de mis ojos pero hago lo posible por no dejarlas salir -Matteo porfavor Suéltame-

- Quien te ha dado permiso para que toques mis cosas?- continua gritando y eso aumenta mis ganas de llorar.

- Matteo porfavor- una lágrima se escapa y el me ve atentamente, quizás solo quizás esa lágrima hizo que el se vuelva vulnerable y me soltó, agradecí internamente y al instante caí al piso mientras me abrazaba a mi misma.

Sentí su respiración encima mío y a los segundos sus brazos me rodearon, trate de que me soltara y se separace de mi pero fue algo imposible, el tiene mucha más fuerza que yo.

- No me toques-

- Lo lamento, no volveré a hacerte daño-

- No te creo, siempre eres así conmigo, nose que es lo que te he echo para que me trates así, siempre que intento hablar contigo terminamos discutiendo-

- Okey, acepto que siempre que hablo contigo dices algo que logra que me enoje con facilidad, pero no solo es eso- el silencio invade la habitación y levanto mi mirada para encontrarme con sus ojos marrones.

- Entonces que es?-

- Tengo ataques de ira, Okey?-

- Pero- trato de hablar pero el me interrumpe besandome, eso me sorprende pero no me quito al contrario le correspondo el beso como veces anteriores, siempre supe que nuestros besos son únicos, es decir solo el y yo sabemos como encontrar un ritmo que sea cómodo para los dos y que ninguno se sienta incómodo.

Me separo de el cuando escuchamos el ruido de la puerta ser tocada, el se aleja de mí rápidamente y me ayuda a que me levante, suelta mi mano al instante cuando Gala entra en la habitación.

- Ouh estas aquí- habla Gala mirando a Matteo -Interrumpo algo?- pregunta al ver la incomodidad en el ambiente.

- No claro que no- alcanzo a responder antes que Matteo -Quieres ir a una fiesta conmigo?- le pregunto a Gala.

- Claro- responde ella muy feliz.

- A las nueve mis amigas pasan por nosotras- ella asiente.

- Entonces iré a cambiarme- ahora soy yo la que asiente, ella sale de mi habitación con una sonrisa en el rostro y cierra la puerta detrás de ella, paso por el lado de Matteo tratando de que la incomodidad entre nosotros no se note tanto pero el agarra mi brazo antes de que pueda escapar de el.

- No escaparas tan facil, no ahora que te tengo conmigo- sus brazos bajan a mi trasero y me levanta con facilidad haciendo que mis piernas inconscientemente se enrollen en su cintura, busca mis labios y nos vuelve a juntar en un beso, mis manos viajan a su nuca y empiezo a acariciar su cabello. El con sus manos aún en mi trasero lo masajea a su antojo logrando que de mis labios se escape un jadeo.

Con cuidado me deja sobre la cama y se acomoda entre mis piernas evitando aplastarme, continúan los besos entre nosotros y el baja sus manos a el borde de la sudadera y la quita de mi cuerpo dejándome en ropa interior, mis mejillas se tornan rojas de la vergüenza al sentir como el me observa de pies a cabeza.

- Eres tan hermosa- dice y eso hace que mi vergüenza aunmente, sube su mirada y está cruza con la mía -Que tienes?-

- No... no me gusta mi cuerpo-

- Pero, es hermoso que dices?-

- A ti te gusta, a mi no-

- Ven- el se sienta en cama y me toma de la cintura para sentarme a horcajadas sobre el -Siempre has tenido inseguridades sobre tu cuerpo?- asiento.

- Desde cuando?-

- Desde que tengo 14-

- Por que?-

- No lo se, nunca me sentí cómoda conmigo- el suelta un suspiro y sin más me abraza, importandole muy poco las condiciones en las que estoy.

La puerta de la habitación se abre dejándonos ver a...

Remember Me/ Recuérdame +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora