Capítulo 65

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Aquel lugar siempre les pareció maravilloso, pero con la presencia de todos aquellos que significaban para ellas algo tan importante como la familia y los amigos, les hizo sentir mucha más belleza al reunirse con todos. Las risas eran las principales protagonistas, todos querían demostrar que se sentían felices de ver la mejora de Natalia y la recuperación de una Alba que volvía a sonreír como siempre.

En muchos momentos se separaban para compartir momentos más íntimos con cada uno de ellos, pero siempre, sus miradas terminaban encontrándose y acariciándose. Una de esas veces donde se miraban con ternura era porque Alba quería hablar tranquilamente con su madre, la había visto bien pero la conocía perfectamente y sabía que algo grave había ocurrido para que le pasara aquello, por mucho que todos trataban de convencerla que era el resultado de tanta presión vivida.

A_ Mamá te he traído un poco de limonada que ha hecho Carmen –le dijo sentándose a su lado en aquella butaca que Fermín había puesto cuidadosamente para ella.

En_ Gracias hija

A_ ¡Estoy tan contenta mamá! –la abrazó dándole en aquel abrazo todo su amor de hija-. Parece que no pueda ser verdad

En_ Ha sido largo ¿eh?, pero ha merecido la pena tanta lucha

A_ Sí. Si me paro a pensar, desde el nacimiento de Daniel todo ha sido un sin fin de problemas entre las dos, tontamente y más agudizados por mi parte.

En_ ¿Has aprendido de tus errores hija? –le preguntó tras dar un trago a la limonada-. ¡Todo lo hace bueno esta mujer!

A_ Es verdad –sonrió a su madre y ante el gesto de espera de ésta prosiguió-. ¿Aprender dices mamá?, la verdad que más que eso, ahora sé muy bien lo que quiero con Natalia, ahora sé que me quiere y que tanto su amor como el mío propio por mucho que tengamos hijos no cambiará, mi miedo no era otro que perderla, y tú lo sabes, fui torpe lo sé.

En_ Mucho, francamente

A_ Gracias mamá -sonrió

En_ La vida es un camino largo hija, siempre hay que pensar que es largo, y vas aprendiendo de tus errores, de tus sufrimientos siempre y cuando puedas salvar la situación pues es hasta normal porque nadie es perfecto, pero lo que sí es importante cariño, es aprender de ellos. Tú tienes una mujer que te adora, un hijo por quien habéis ido contracorriente sin importaros nada, a eso os debéis aferrar cuando lleguen los malos momentos hija, a vuestro amor.

A_ ¿Sabes una cosa mamá? –la miraba emocionada-, tengo suerte por Natalia, por Daniel, hasta por Teresa, pero no tengo la mínima duda de que soy muy afortunada en tenerte como madre

En_ Cariño –la abrazó bajo la atenta mirada de una Natalia que comprendía perfectamente a que era debido y sonrió mientras seguía hablando con Javier y Héctor-. Eres mi hija del alma... lo mejor que me ha dado la vida

A_ ¿Y ahora vas a decirme que pasó?

En_ ¿De qué? –quiso disimular

A_ Mamá nos conocemos de sobra para saber que algo grave te pasó

En_ Nada hija... que me puse tonta yo que sé... –elevó los hombros-. La tensión acumulada

A_ Ya, eso es lo que me han querido vender

En_ Nadie te ha vendido nada

A_ ¿Esto no tendrá nada que ver con la visita al hospital de Pablo, verdad?

En_ Ya me extrañaba a mí que lo olvidaras

A_ Preferí omitirlo, además estaba Rosario delante, ¿crees que una cosa así es fácil olvidar?, por mucho que Natalia con su amor haya borrado otras cicatrices que tenía en mi alma –sonrió y la vio riendo con las locuras de Héctor-. ¿Te dijo algo?

Adiós Alba // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora