Capítulo 56

735 50 0
                                    

Natalia la miró fijamente sin saber que decir...

N_ Pues sí, hemos hablado y... tenías razón estaba jugando con sus amigas –le dijo un tanto nerviosa girándose para beber agua

A_ Si es que mi madre... es la repera –dio una carcajada enrollando sus brazos por la cintura de su mujer

N_ Oye voy a ducharme yo, ¿vale?, necesito también quitarme este olor –puso gesto de aversión

A_ Pues a mí me gustas con este olor y todo –la besó y Natalia sonrió mordiéndose el labio-... ¿será que estoy muy pero que muy enamorada... tanto que pierdo la cordura? –le decía mientras iba besándole por el cuello, la barbilla, la boca

N_ Puede... ¡uf Alba que pierdo el control cariño!

A_ Piérdelo ¡anda! –le puso carita tierna haciéndole pucheros con su barbilla

N_ Déjame que me duche, ¿vale?

A_ Vale... pero te doy exactamente 5 minutos

N_ ¡Vale!

Se fue corriendo ante la carcajada de una Alba que estaba tan feliz que le daba miedo, sin darse cuenta se había acoplado al sentimiento de sufrir, era como el martirio que se soporta a gusto, se sintió como el masoquista que espera ser maltratado, pero su diferencia era que quien le había maltratado era la vida y esa misma vida le estaba dando una tregua, una paz, una enorme paz y calma, y sin querer no sabía que era lo que temía más, si esa paz o lo que llegará después. Sacudió su cabeza tratando de sacudir sus temores que momentos antes los había padecido Natalia, sin duda era una herida que les iba a dejar aquella lucha que habían tenido a golpes de vida.

En el hospital, después de soportar la bronca de Encarna, Teresa se había quedado en silencio a su lado, la mujer se había dormido y parecía respirar tranquila, pero de golpe, se despertó.

En_ Teresa ¿estás ahí?

T_ Claro Encarna,. ¿qué te pasa? –le preguntó poniéndose a su lado mientras le tomaba la mano suavemente mirándola con temor

En_ Tenía una pesadilla, Pablo tenía a mi hija... la iba a matar...

T_ Vamos Encarna, Alba está bien con Natalia, en un lugar seguro

En_ ¿Y cuándo esté aquí?

T_ Ya nos preocuparemos entonces... tú tranquila no puedes arreglarlo todo, recuerda lo que le dijiste una vez a tu hija, no eres Dios para estar en todos lados

En_ Lo sé –dijo tragando un poco su angustia-... pero es fácil dar el consejo otra cosa es ponerlo en practica

T_ ¿Te subo un poco la cama?

En_ Sí por favor

T_ Ahora te doy agua

En_ Siento molestarte así Teresa

T_ Venga no me digas tonterías o te doy una colleja –le guiñó un ojo seria

En_ ¡Ay Teresa no me hagas reír anda! –le decía sonriendo

V_ Bueno, bueno, bueno aquí las tenemos ya sabía yo que lo que se dice descansar Encarna, no iba a descansar estando aquí Teresita –entró seguido por Cruz

En_ Que hombre más simpático ¿por qué os metéis con él? –sonreía

T_ Mira Encarna no le des vidilla que luego no hay quien lo soporte

C_ Es cierto –decía sonriendo Cruz-. ¿Qué tal estás?

En_ Bien hija, bien... un poco cansada pero bien

Adiós Alba // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora