Capítulo 53

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Celine:

Llevé a la señorita Layla a su antiguo hogar y la recoste en su cama para que lograra descansar. Antes de caer exhausta, me entregó el pergamino de sangre y la carta de la coronación. Dijo que leyera la carta y que la despertara si había una hora fija para la preparación de la coronación.

La señorita Layla dormía tranquilamente en su cuarto y yo comencé a leer la carta, que estaba compuesta de un horario. El horario era extenso y complejo, pues al parecer necesitaba de muchas preparativos. Después de haber terminado de leer la carta, me senté en uno de los sofás de la sala y me relaje un poco. No había dormido desde hace dos días y aun sentía el cansancio provocado por el ataque al inframundo. Tenía uno que otro rasguño, pero nada grave. La fatiga me consumió y caí en el mar de los sueños.

Lo único que me despertó fueron los constantes golpes que le daban a la puerta. Miré la hora y observé que hace media hora había comenzado el extenso horario y que íbamos retrasados. Abrí la puerta y allí encontré a cuatro ángeles furibundos, que entraron sin permiso.

-¿Dónde esta la modelo?-Preguntó uno de ellos con voz dulce-.

-¿Modelo?-Pregunté desubicado-.

-Pues la princesa de la Luna de Invierno-Respondió una con voz irritante-.

Se referían a la señorita Layla. La Señorita Layla aun seguía en su habitación descansando y era mi deber despertarla.

-Esperen un momento, ya la traigo-Les pedí amablemente, ya que se veían enojados por la tardanza-.

-¿Esperar?-Espetó otro -Nos tomamos mas de diez minutos en encontrarla y media hora esperándola. Nuestra paciencia es corta, y ahora, ¿Usted nos va a poner a esperar mas?-.

Las voces de ellos eran glamurosas pero a las vez irritantes.

-Solo es un momento -Me disculpé y entre rápidamente a la habitación de la señorita Layla-.

Como había predicho, seguía dormida y cuando dispuse a despertarla, no supe como. La llamé por su nombre una y otra vez, pero ella gruñía y no despertaba. Intente sacudirla un poco, pero como respuesta recibí un golpe en el estómago. Al parecer ella era peligrosa hasta cuando dormía. Los ángeles estaban impacientes y yo no sabía como despertarla. Luego de que dieran tantos golpes a la puerta, entraron y se quedaron unos momentos observando a la señorita Layla.

-Bueno, a comenzar nuestro trabajo. Ya llevamos 40 minutos de retraso-Anunció uno -.

Los cuatro ángeles la rodearon y a mi me sacaron de la habitación.

-Tu eres un caballero lunar, ¿no es así?-Me preguntó una al salir de la puerta-.

-Si...-Respondí un poco nervioso, pues no sabía si se podía confiar en esa gente-.

-Tu también necesitas que te arreglen-Dijo la chica- Espera aquí, no demoran en llegar mas ángeles estilistas. Busca a Elizabeth, y dile que Ailin te manda -La chica sonrió y cerró la puerta-.

Espere como la chica había dicho, y al pasar de los minutos llegaron mas ángeles estilistas, como lo había predicho Ailin. Busqué a Elizabeth, el cual no me demoré mucho tiempo e hice lo que Ailin me pidió.

-Tu estilo es tierno...-Afirmó Elizabeth mientras sacaba un metro y comenzaba a tomarme medidas-.

-¿Tierno?-Pregunté asqueado-No quiero ir a la coronación como si fuera un bebe-.

-¿Y un vestido no te gustaría?-.

-¿Que?-Pregunté atónito -No soy niña-.

-¡Oh! Siento mi confusión -Se disculpó- Bueno, la verdad es que el otro caballero lunar es mas esbelto... Así que por eso me confundí-.

Ángeles de la música ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora