Celine:
Llevé a la señorita Layla a su antiguo hogar y la recoste en su cama para que lograra descansar. Antes de caer exhausta, me entregó el pergamino de sangre y la carta de la coronación. Dijo que leyera la carta y que la despertara si había una hora fija para la preparación de la coronación.
La señorita Layla dormía tranquilamente en su cuarto y yo comencé a leer la carta, que estaba compuesta de un horario. El horario era extenso y complejo, pues al parecer necesitaba de muchas preparativos. Después de haber terminado de leer la carta, me senté en uno de los sofás de la sala y me relaje un poco. No había dormido desde hace dos días y aun sentía el cansancio provocado por el ataque al inframundo. Tenía uno que otro rasguño, pero nada grave. La fatiga me consumió y caí en el mar de los sueños.
Lo único que me despertó fueron los constantes golpes que le daban a la puerta. Miré la hora y observé que hace media hora había comenzado el extenso horario y que íbamos retrasados. Abrí la puerta y allí encontré a cuatro ángeles furibundos, que entraron sin permiso.
-¿Dónde esta la modelo?-Preguntó uno de ellos con voz dulce-.
-¿Modelo?-Pregunté desubicado-.
-Pues la princesa de la Luna de Invierno-Respondió una con voz irritante-.
Se referían a la señorita Layla. La Señorita Layla aun seguía en su habitación descansando y era mi deber despertarla.
-Esperen un momento, ya la traigo-Les pedí amablemente, ya que se veían enojados por la tardanza-.
-¿Esperar?-Espetó otro -Nos tomamos mas de diez minutos en encontrarla y media hora esperándola. Nuestra paciencia es corta, y ahora, ¿Usted nos va a poner a esperar mas?-.
Las voces de ellos eran glamurosas pero a las vez irritantes.
-Solo es un momento -Me disculpé y entre rápidamente a la habitación de la señorita Layla-.
Como había predicho, seguía dormida y cuando dispuse a despertarla, no supe como. La llamé por su nombre una y otra vez, pero ella gruñía y no despertaba. Intente sacudirla un poco, pero como respuesta recibí un golpe en el estómago. Al parecer ella era peligrosa hasta cuando dormía. Los ángeles estaban impacientes y yo no sabía como despertarla. Luego de que dieran tantos golpes a la puerta, entraron y se quedaron unos momentos observando a la señorita Layla.
-Bueno, a comenzar nuestro trabajo. Ya llevamos 40 minutos de retraso-Anunció uno -.
Los cuatro ángeles la rodearon y a mi me sacaron de la habitación.
-Tu eres un caballero lunar, ¿no es así?-Me preguntó una al salir de la puerta-.
-Si...-Respondí un poco nervioso, pues no sabía si se podía confiar en esa gente-.
-Tu también necesitas que te arreglen-Dijo la chica- Espera aquí, no demoran en llegar mas ángeles estilistas. Busca a Elizabeth, y dile que Ailin te manda -La chica sonrió y cerró la puerta-.
Espere como la chica había dicho, y al pasar de los minutos llegaron mas ángeles estilistas, como lo había predicho Ailin. Busqué a Elizabeth, el cual no me demoré mucho tiempo e hice lo que Ailin me pidió.
-Tu estilo es tierno...-Afirmó Elizabeth mientras sacaba un metro y comenzaba a tomarme medidas-.
-¿Tierno?-Pregunté asqueado-No quiero ir a la coronación como si fuera un bebe-.
-¿Y un vestido no te gustaría?-.
-¿Que?-Pregunté atónito -No soy niña-.
-¡Oh! Siento mi confusión -Se disculpó- Bueno, la verdad es que el otro caballero lunar es mas esbelto... Así que por eso me confundí-.
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Ángeles de la música ©
FantasyÁngeles y demonios hallaron dos libros que cambiarían su destino. Y no solo el de ellos, sino el de dos seres humanos que desconocen su existencia. Uno de ellos es una joven, que un día es sorprendida por los hilos de su destino y conoce a un ángel...