Lysander:
Cuando llegamos a Australia, no reconocí donde estábamos. El mundo había cambiado bastante desde la última vez que había bajdo. Y aun seguía sorprendido sobre la existencia de los Guardianes de los secretos del cielo, pues siempre creí que eran un simple mito.
Cuando llegamos a la mansión, Jacqueline nos mostró las entradas y los diversos cambios que se habían realizado en ella, ya que los demonios han estado buscando indicios sobre los ángeles en la tierra y los guardianes habían cumplido su labor de defenderlos muy bien. Aunque la tierra había cambiado, los demonios habían incrementado en su corteza terrestre y corrompían a los humanos a menudo. La mansión tenía una barrera anti-demonios que le rodeaba. Jacqueline se negaba a hablar sobre los guardianes hasta que estuviéramos dentro de la mansión.
-Ahora si- Anunció Jacqueline cuando entramos a la mansión- ¿Qué vinieron a hacer a la Tierra?-.
-¿Cómo podemos confiar en ti?- Preguntó desconfiada Afriel- ¿Cómo no sabemos que trabajas como espía para los demonios?-.
-Por esto- Jacqueline sacó un collar con un llave de cristal colgando-.
-¿Qué es eso?- Preguntó sorprendido Anthony-.
Jacqueline se dirigió a la pared del vestíbulo donde había una pequeña abertura y allí insertó la llave. La pared era realmente una puerta que se abrió ante nosotros. Detrás de aquella puerta habían miles de pergaminos, pergaminos que trataban sobre nuestro pasado y sobre la primera guerra sobre los libros celestiales, pergaminos que revelaban secretos sobre el cielo.
-Si fuera una espía no tendría esta llave- Dijo Jacqueline mirando desafiante a Afriel. Afriel y Jacqueline no tenían una buena relación desde que se conocieron-.
-¿Cómo es que la mayoría de ángeles no sabe la existencia de esto?- Pregunté extrañado-.
-La señorita 178 los escondió aquí, de ángeles y demonios. Sólo los guardianes sabemos de la existencia de esto- Respondió Jacqueline-.
Anthony, Aiel y yo nos miramos cuando Jacqueline nombró a la hija 178 de Kyousuke.
-Si ella lo escondió de ángeles y demonios, ¿Por qué no lo muestras a nosotros?- Preguntó Afriel siniestra-.
- Por orden de ella- Respondió orgullosa Jacqueline-.
-¿Nos podrías llevar a donde ella?- Pedí-.
-Si. Pero hoy no, mañana les llevaré ante ella. Tendrán que esperar en la mansión hasta entonces- Informó Jacqueline-.
-Genial. Tendremos que esperar aquí sin hacer nada mientras que el cielo y el infierno se preparan para la guerra- Protestó Afriel-.
-No- Contrarresté- Nos quedaremos leyendo estos pergaminos-.
Afriel no se opuso mas y Anthony estaba de acuerdo conmigo. Jacqueline dijo que nos haría estorbo y se alejó a otra habitación, dejándonos solos.
-Sigo sin confiar en ella- Dijo Afriel apenas Jacqueline se había esfumado-.
-Lo sé, pero no podemos darnos el lujo de desperdiciar ayuda- Dije-.
-Su Majestad tiene razón. Por ahora, nos espera una larga noche- Anthony señaló los miles de pergaminos-.
Los pergaminos narraban la primera guerra, pero no había ningún pergamino que nombrará a la segunda guerra. Era extraño pues habían pergaminos en blanco. Las horas transcurrieron lentamente y los pergaminos parecían no tener fin
-Estoy agotada- Dijo Afriel rompiendo el silencio que había reinado durante tantas horas-.
-Deberíamos tomar un descanso- Propuso Anthony-.
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Ángeles de la música ©
FantasíaÁngeles y demonios hallaron dos libros que cambiarían su destino. Y no solo el de ellos, sino el de dos seres humanos que desconocen su existencia. Uno de ellos es una joven, que un día es sorprendida por los hilos de su destino y conoce a un ángel...