Capitulo 28

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Layla:

-¿Estas bien?-  Me pregunto Oraculum. No había visto a Oraculum en el vals, pero ahora milagrosamente estaba ante mi ofreciéndome su mano derecha para que pudiera levantarme del polvoriento suelo-.

-No del todo bien- Respondí tomando su mano derecha y levantándome del suelo. Observe a mi alrededor, ya no estaba en el gran salón, ahora estaba en una especie de subterráneo- ¿Donde estamos?-.

-¿Que te duele?- Pregunto Oraculum ignorando mi anterior pregunta-.

-La cabeza y el tobillo derecho, creo que me lo torcí-.

Oraculum poso sus manos primero en mi cabeza y luego en mi tobillo derecho. La cabeza dejo de dolerme, pero sentía algo que me quemaba en el tobillo derecho. Solo recordaba ver una vez a Oraculum con los ojos abiertos, y fue el día en que hizo esa extraña profesa, pero al tocar mi tobillo por segunda vez abrió sus penetrantes ojos blancos.

-¿Que pasa Oraculum?- Pregunte asustada, ya que no siempre era buena señal que Oraculum abriera sus ojos-.

Oraculum rió suavemente - Al parecer mi hermanito esta aquí- Cerro nuevamente sus ojos-.

-¿Tienes un hermano?- Pregunte intrigada, pues nunca pensé que Oraculum tuviera un hermano-.

-Si y esta aquí. Gracias a él tienes una maldición atada en tu tobillo derecho-.

-¿Una maldición?- Pregunte asustada-.

-Si y no es una maldición cualquiera - Oraculum esbozaba una sonrisa traviesa -Al parecer ya no es mismo de antes-.

-¿Que sucedió, Oraculum? Estábamos interpretando el vals y de repente algo estallo y ahora estamos en una especie de sótano mientras tu me dices que tengo una maldición de tu hermano- Dije desesperada-.

-Estamos debajo del Gran Salón, aun puedes escuchar la musica de la orquesta de los ángeles de la musica, ¿verdad?- Oraculum señalo hacia arriba. Cerré los párpados y escuche atentamente, era cierto, la Sinfonía No. 40 de Mozart se oía claramente por todo el lugar, era magnifico-.

-Si..- Respondí tranquila, pues escuchar Mozart siempre había logrado ese efecto en mi-.

-Tienes suerte de estar despierta, pues la mayoría de los ángeles están inconscientes gracias al humo de narciso que fue esparcido durante el Vals, luego vino esa fuerte explosión, Lysander te trajo hasta aquí dejándote a mi cuidado-.

-¿Por que los ángeles de la musica fueron los únicos a los que no les afecto el humo de narciso?- Pregunte curiosa-.

-Porque la musica los protegió. Yo no estoy inconsciente porque soy un oráculo y a un oráculo no lo puedes dormir tan fácilmente- Respondió mirando hacia arriba- Tienes que decidir Layla, te ocultas o luchas-.

-¿Tu que vas a hacer?-.

-Yo iré a buscar a mi preciado hermanito- Dijo dándome la espalda y desapareciendo por uno de los pasillos del sótano-.

Asaliah:

La explosión trajo consigo a muchos demonios, decidí comenzar a dirigir la Sinfonía No. 40 de Mozart para lograr despertar a algunos ángeles inconscientes, pero por desgracia los demonios comenzaban a aparecer cada vez mas así que pare de dirigir aquella sinfonía. Nosotros podíamos acabar con esos demonios fácilmente, así que dirigí mi vista hacia Lauviah y comencé a dirigir el Piano Concert No. 2 In F minor Op. 21 de Chopin.

Vi a algunos demonios sufrir, tapándose los oídos, a otros intentando resistir, pero era imposible resistir a aquella obra, pues, Lauviah interpretaba esta obra perfectamente y la orquesta lo acompañaba de una manera esplendida.


Ángeles de la música ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora