Ángeles de la música ©

Capítulo 5

Alice:

No había vuelto a ver a Lysander después del incidente de aquella mañana. Según Anthony, la chica que discutía con él, amaba profundamente a Lysander, pero nunca había tenido el valor de declararse hasta hace unos días. Lysander nunca le dio respuesta, así que ella pensó que había aceptado sus sentimientos. Me sentí terriblemente mal, la chica era muy bonita y emparejaba muy bien con Lysander. Anthony vio lo que pensaba y cambio de tema:

—No sé si Lysander te haya comentado antes, pero ya no podrás utilizar el nombre que tienes actualmente—Comentó distraído—.

— ¿Qué? ¿Entonces cuál será mi nuevo nombre?—Pregunté sorprendida—.

—Supongo que esto responderá a tus preguntas—Anthony me entregó una carta envuelta con un lazo rojo—.

Desaté la cinta y abrí cuidadosamente la carta, con el siguiente contenido:

Alice.

Sección Ángeles de la Música.

Querido Nuevo Candidato a la Batalla de los Arcángeles:

Siento mucho los inconvenientes que hayamos podido causar al traerle acá. Espero que pueda aceptar mis sinceras disculpas. Como seguramente habrá sido informado por su ángel tutor, usted fue escogido para combatir en la 'Batalla de los Arcángeles'. Probablemente usted no entiende del todo y la situación le será confusa. Así que le rogamos su paciencia y entendimiento. Con el motivo de solucionar sus dudas, deberá presentarse en el Palacio Principal a las 12:00M.

Debido a unos problemas celestiales, ya no podrá conservar su mundano nombre. Le pedimos escribir el nombre que desee utilizar en el cielo en la siguiente línea: ___________________.

Gracias por su atención.

Atte.: Kyousuke

Al terminar de leer la carta un plumón apreció, así que lo tome y escribí con el en la línea:

Layla

Siempre me había sentido algo especial con ese nombre, así que ¿Por qué no utilizarlo ahora?

—Layla...bonito nombre...—Susurró detrás mío Lysander. El cual me tomo por sorpresa, pues estaba tan concentrada en la carta que no me había dado cuenta que había empezado a caminar—.

—Yo... solo...—No sabía que decir. No sabía dónde estaba y no veía a Anthony por ningún lado—.

—Por cierto, ¿qué haces acá?—Preguntó, acercándose a mí. Los centímetros que separaban nuestras narices eran escasos-—Te estaba buscando...que suerte que te haya encontrado—Murmuró, apartándome un mechón de pelo que tenía en la cara. Su contacto me hizo enrojecer—.

—Siento lo que pasó en la mañana, no era mi intención—Dije intentando cambiar el tema de la conversación—.

— ¿Por lo de Mary? No, fue tu culpa....No tienes por qué disculparte—Apartó su mirada, incomodo—.

Lucía diferente. No me había fijado, pero su pelo ya no era anaranjado, ahora era blanco como la nieve, aunque sus ojos verdes no habían cambiado.

—Tu pelo...—Comenté señalando su níveo cabello—.

—Ah si—Contestó sonriente— ¿Te gusta?—Preguntó, mientras se lo intentaba peinar—.

—Me encanta...—Le alagué—Te ves más atractivo de esta manera—.

—Qué bueno, ese era el propósito...—Una sonrisa pícara salió de sus labios- Hoy te presentare a unos cuantos ángeles, ya que no dispones tanto tiempo—Señaló las 12:00M en la carta—Bueno por donde empezamos...dime un instrumento—Sugirió—.

— ¿La viola?—Propuse emocionada—.

—De acuerdo, sígueme—Lysander se dirigió a una torre parecida a la que me había hospedado, pero aquella era más majestuosa—En esta torre están los instrumentos como la viola, el violín, el cello y el contrabajo...—.

Lysander continuó hablando, pero yo no puse atención a sus palabras. Pues a poca distancia se escuchaba una voz y una guitarra. Era fina y bella la voz de ese chico, lo cual se me hizo vagamente familiar. Al buscar de dónde provenía, me encontré un grupito de chicas que me impedía ver con claridad, pero después lo vi. Era él. Lo había visto en unas pocas fotos, y su voz era igual. No podía haber un error. Era él. Instintivamente, una lágrima surcó mi mejilla. Definitivamente era él.

— ¿Jake...?