Capítulo 3

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Lysander:

La situación se escapaba de mis manos. De haber sabido que Alice sufría de vértigo la habría adormecido, o hipnotizado o cualquier cosa. Pero era demasiado tarde. Alice al ver a la altura en la que estábamos, gritó muy fuerte. Por suerte, eso lo pude controlar. Manipulé las ondas de sonido, e hice que su grito fuese casi inaudible. Aquella era mi especialidad, manejar ondas de sonido.

Miré hacia el suelo para comprobar que ningún humano estuviese husmeando. Para mi sorpresa, vi a un chico de pelo castaño acercarse debajo de nosotros. Me preocupé, pero luego recordé que no podía verme gracias a que me había hecho invisible con Alice. Sin embargo el chico parecía vernos. Al verlo detenidamente me di cuenta que él no era humano. Que no era nada menos que Anthony, uno de los ángeles de la música más importantes. Su audición era impresionante. Podía escuchar hasta los susurros más escondidos en la tierra. Así que así había podido escuchar la voz de Alice que yo había reducido.

— ¿Qué haces aquí?—Preguntó Anthony mientras desplegaba sus alas y se dirigía a nosotros—Y lo más importante... ¿Por qué tienes a mi amiga en tus brazos?—Ahora estaba en frente mío. ¿A qué se refería con "mi amiga"? -.

—Ella fue una de las escogidas para combatir en la 'Batalla de los Arcángeles'...—Respondí con voz cansina— ¿Por qué te referiste a ella como 'Tu amiga'? No me digas que piensas volverte en caído...—.

—Claro que no—Sus azulados ojos me hicieron recordar porque era uno de los ángeles de la música más importantes. Aun así, no logró intimidarme pues yo era importante también, y conocía el punto débil de Anthony—Solo me referí así hacia a ella porque...—Se quedó sin palabras—...porque debo protegerla—Completó apresuradamente—.

—Pero no eres un ángel guardián—Contrarresté a la vez que mis dudas incrementaban—.

—Debo protegerla por razones que no alcanzas a comprender. Es secreto—-Se apresuró a decir. Era una excusa. Sabía que obviamente era una mentira, sin embargo aparente creerla—.

—De acuerdo—Reconocí— Quiero acabar con esto rápido, ¿Me acompañas a llevar a esta chica al cielo?— Propuse repentinamente—.

Anthony aceptó y juntos la llevamos al cielo.

— ¿Cómo conseguiste que Alice viniera contigo? Y ¿por qué esta inconsciente?—Preguntó Anthony observando de cerca el rostro de Alice—.

Mis mejillas se encendieron a evocar el momento en que había conocido a Alice.

—La abracé, volé y se desmayó—Expliqué sin mucha coherencia, pues estaba muy nervioso—.

Anthony estalló en carcajadas.

—Alice debe estar muy asustada—Dijo entrecortadamente— ¿Viste su cara? Debió haber sido muy graciosa...

—No veo gracia en mis palabras—Reproché en tono molesto—.

—Tú no lo entiendes—Corroboró después de un largo tiempo de controlar su risa— ¿Hace cuánto no tratas con humanos?

—No recuerdo muy bien...

—Los humanos de ahora son muy distintos a los que algún día conociste. Siempre están cambiando—Explicó Anthony— Y por eso mismo no puedes tratarlos de igual manera. Alice probablemente cree que la drogaste para raptarla y venderla en el mercado negro, puede que haya imaginado algo peor; el caso es que no hay nada bueno en que un desconocido te abracé y te haga ver cosas que nunca has visto en tu vida.

—Tienes razón...—Dije sin comprender realmente de todo el comportamiento de los humanos de ahora—.

—Le debes una gran explicación a Alice cuando lleguemos al cielo—Aconsejó Anthony—.

Anthony siguió riendo por un buen rato, hasta que la calma volvió a su lugar y continuamos con nuestro tranquilo viaje.

—No pensé que escogieran a Alice para esto...—Interrumpió Anthony después de un tiempo— ¿En qué sección será entrenada?

—En la de nosotros, al parecer tiene una fuerte conexión con la música—Expliqué—.

—Espero que este año no ocurra nada malo...no quiero perder a nadie más—Anthony bajó su mirada, sumergiéndose en sus vagos recuerdos—.

—Tranquilo, este año creo que ganaremos—Animé—Les he echado un vistazo a los otros humanos que han sido escogidos, al parecer son débiles e ignorantes—.

—No subestimes a los humanos, cada día nos impresionan más—Contrarrestó Anthony observando a Alice—.

—Tienes razón. Tengo muchas esperanzas en que Alice me demuestre lo contrario. No sé porque... pero siento en ella algo especial—Analicé, mirando a Alice que yacía aun inconsciente en mis brazos—.

—Y eso que aún no la has escuchado tocar el violín—Agregó Anthony—Puede que su técnica no sea muy buena, pero sus notas están cargadas de sentimientos. Algo que a ti te falta—.

Miré a Anthony con sorpresa. Nunca antes nadie me había dicho algo negativo sobre mis interpretaciones.

— ¿A qué te refieres?—Pregunté, pareciendo despreocupado, pero no lo estaba. Llevaba años tocando el violín, y Anthony me había desprestigiado en menos de un minuto—.

—Cuando escuches a Alice lo entenderás—Respondió con una sonrisa presumida— Es una broma—Completó soltando una carcajada— Hubieses visto tu cara enojada...—Mencionó Anthony entre risas—Obviamente tu eres el príncipe del violín, ¿enserio creíste que Alice es mejor?—.

—Muy gracioso—Resoplé irónicamente—.

Anthony continuó riéndose a lo largo del camino. Por suerte, se trataba de mi mejor amigo y le permitía que realizará ese tipo de bromas conmigo.

Finalmente,llegamos al cielo. Al descender, Anthony se separó de mí, con la excusa detener otros deberes. Alice seguía inconsciente. Así que la recosté y la miréfijamente. Después de unos segundos abrió sus parpados, pero no dijo nada. Ellatambién me miraba fijamente. Y al observar sus bellos ojos, sentí algoinexplicable en mi interior. Y sentí unas ganas repulsivas de besarla. Y así lohice. Sus labios eran tan suaves y ella era tan hermosa. En ese momento penséque nada más importaba en la tierra, solo ella. Olvidé por completo la "Batallade los Arcángeles", y pensé en que la protegería para siempre, sin importar lasconsecuencias. Esperé que ella se apartara, pero no lo hizo. <>

Ángeles de la música ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora