Capítulo 39

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Layla:

-Eres muy débil, señorita- Afirmo Celine-.

-Nunca en mi vida había hecho tanto ejercicio- Dije entrecortadamente, gracias a la fatigación del entrenamiento-.

-Tendrás que acostumbrarte- Respondió Celine a mis quejas- Vamos a empezar de nuevo-.

-No más, por favor- Supliqué-.

-Entrenaras hasta que tu cuerpo no de mas y quedes finalmente, desmayada- Ordenó-.

-No...- Dije débilmente, con lágrimas en los ojos-.

-¿Vas a ponerte a llorar?- Preguntó atónito Celine, por mi comportamiento-.

-Si...-Respondí mordiendo mi labio inferior-.

Ahora lloraba sin parar. Celine se vio preocupado y me consoló:

-Está bien. No entrenaras mas por hoy-.

-¡Yey!-Dije feliz, al ver que mi berrinche había funcionado-.

Celine guardo sus armas con extremo cuidado. Luego, se sentó al lado mío.

-¿Como es que siendo tan pequeño, me logras superar en fuerza?- Le pregunté, pues aun no superaba el hecho de su poca edad-.

-Desde que aprendí a caminar, fui entrenado para asesinar- Respondió fríamente- Fue algo, que simplemente, yo no escogí-.

-Eso es horrible- Dije compadeciéndolo-.

-Si, pero de todos modos, agradezco el hecho que me hayan convertido en esto que soy- Dijo orgulloso-.

-¿Por qué?- Pregunté desubicada- ¿De que te sientes orgulloso?-.

-De que seré tu mano derecha en el campo de batalla- Contestó contento. Era la primera vez que le veía sonreír-.

-Aun no entiendo el porque de esta batalla- Dije cansinamente- ¿No puedo simplemente volver  casa y aparentar que nada sucedió?-.

-No esparaba eso de usted, señorita- Respondió con voz fría- Si usted no pelea en esta batalla, estaremos perdidos. Los libros se encargaran de destruir la tierra donde habitabas antes, y todos nosotros también seremos asesinados. Tu también morirás-.

Trague saliva, pues Celine se veía realmente furioso.

-Tu eres nuestra única salvación, ¿es que no lo entiendes?- Celine preguntó tenso-.

Me sentí culpable, responsable. Tenia que hacer algo para remediar aquello.

-Lo siento, Celine. Últimamente he estado muy confundida...-Me disculpé-.

-Ya no importa- Dijo calmándose-.

-No volveré a cuestionar tales motivos- Dije segura- Entrename, maestro Celine- Le pedí formalmente-.

Celine rió. Al parecer todavía era un niño.

-Pero antes, quiero pedirte un favor- Dije-.

Celine asintió, desubicado por mi petición.

Me levanté del suelo cálido y le ofrecí mi mano derecha.

-Que seas mi amigo- Pedí sonriente-.

-Si- Respondió alegre-.

Haruki:

-Ya veo...El Rey Demonio quiere que entrenes con tu libro- Escribió, al ver que sacaba el libro del sol de la bolsa-.

-Espera...-Dije, al darme cuenta que debajo de mi libro había algo mas. Era un libro de portada plateada, resplandecía como la luz de la luna-.

-¿Que pasa?- Preguntó Nostradamus, al ver que lo miraba asustado-.

Ángeles de la música ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora