Capítulo 37

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Oraculum:

-¿Qué ocurre con Layla?- Preguntó Lauviah acercándose a mi-.

-La maldición en su tobillo- Deshice los hechizos que estaba realizando y guarde los textos, menos el diario- No es cualquier maldición. Es una maldición que debilita su verdadero poder y puede llegar a matarla-.

-¿Y por qué hasta ahora lo dices?- Preguntó Lauviah saltando al vacío y extendiendo sus alas- ¿Sabes como curarla?-.

-Si- Salte en el aire y seguí a Lauviah, caminando sobre las corrientes aéreas, pues los oráculos volaban sin la necesidad de alas- Si no detenemos su maldición ahora, puede ser demasiado tarde-.

-¿Alguna idea de donde se encuentre?- Pregunto Lauviah-.

-Si, pues la localice gracias a la maldición-.

-¿Y dónde esta?-.

-Esta en el palacio central de los ángeles de la música-.

-¿Oraculum?- Preguntó una débil voz en mi mente, era la voz de Layla- Ayudame...-.

-No llegaran a tiempo, mi maldición esta surtiendo efecto- Era la voz de Nostradamus, ¿Como era posible eso?. Debía ser a causa de la maldición, entre la mente de Layla y Nostradamus se había creado por aquella maldición. Al parecer Nostradamus había aprendido diferente trucos en el tiempo en que estábamos separados- Sabes lo que se avecina. No puedes seguir ocultándote la verdad a ti mismo, Oraculum. Haruki, el poseedor del libro del sol se esta haciendo poderoso y fácilmente derrotara a aquella chica. Ganaremos la guerra y ustedes morirán-.

-Tenemos que darnos prisa, Lauviah- Grité por encima del viento-.

-Ya casi llegamos- Avisó Lauviah-.

En cuestión de segundos nos hallábamos en el palacio. Un chico, llamado Mitsuki, estaba realizando magia muy antigua para ralentizar el efecto de la maldición. Con ayuda de él, efectuamos nuestro poder celestial y Layla despertó. En su tobillo quedaba una pequeña secuela de la maldición, que ahora era inservible.

-Oraculum, Lauviah, Mitsuki- Dijo contenta al despertar- ¿Que ocurrió hace unos momentos?- Preguntó seria-.

-Tu maldición en el tobillo, creó una conexión entre tu mente y la de mi hermanito Nostradamus-  Expliqué-.

-¡Oh! Así que el que vi mientras estaba en trance, era a tu hermano- Dijo Layla pensativa- ¿Quién era el chico de cabellos dorados?-.

-¿Qué viste?- Pregunte curioso-.

-Vi a tu hermano y al chico de cabello dorado, solo vi eso- Respondió suavemente- ¿Ocurre algo?- Pregunto al ver mi cara pálida-.

-Tienes que entrenar- Respondí, aislando su pregunta-.

-¿Entrenar para que?- Pregunto Layla confusa-.

-Para la guerra que viene- Respondió Lauviah- ¿Kyousuke no te ha ordenado entrenar?-.

-Kyousuke no, pero el señor Ludwig si- Respondió Mitsuki por ella-.

-¿Con quién va a entrenar?- Le pregunté a Mitsuki-.

Ángeles de la música ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora