Capítulo 10: El hombre de la máscara de arcilla

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Escenas anteriores a este capítulo:

Disfrazado con una máscara, el Principe Juan pide ayuda a Robin para tenderle una trampa a él y sus amigos.

En la actualidad:

Había sido un buen plan sacar el oro del castillo cuando el principe no estaba, quizá así aprendería que Robin siempre estaría un paso adelante. Ciertamente debía reconocer que Marian fue de ayuda, Scarlett igual, pero nunca estuvo enojado con ella verdaderamente por el tema de la carta.

Los chicos siguieron usando el cascanueces hasta que los frutos se terminaron.

- Yo iré por más - se ofreció Marian y sin esperar respuesta se levantó y llevo el bowl a la cocina y se dispuso a buscar nueces en los estantes.

- Olvidé decirle que tiene una carta nueva - dijo Scarlett un poco más alto de lo que habría gustado.

- ¿Podemos verla? - preguntó Tuck con diversión, sus ojos brillan por la emoción de la travesura.

- Obviamente no, a menos que ella lo permita y sabemos que dirá que no.

Ninguno dijo nada más, muchas veces el silencio era reconfortante entre ellos y solo entre ellos, todos contaban con eso, habían momentos tan corrientes que se volvían reconfortantes cuando estaban juntos, la certeza de que no cambiaría nunca los hacía sentir que podían contar con algo ¿Importaba si el principe lograba acabar con el pueblo, siempre que estuvieran juntos?

- Ya se tardó - Robin se levantó de su asiento y caminó en dirrección a la cocina, los demás comenzaron una conversación sobre nuevas personas en los puestos de venta, según le pareció escuchar. Posiblemente luego se enteraría.

- Estaba por regresar - se excusó Marian en cuanto lo vió atravesar el umbral, la sorprendió su repentina llegada y en medio del descuido estuvo a punto de tirar al suelo las nueces, trató de salir de ahí en un ataque de nervios mal disimulado.

- Tengo que hablar contigo, es algo importante, sobre nosotros - la princesa giró sobre sus talones al instante, recuperó el aliento como pudo y le sonrió.

- Claro, te escucho - dejó el bowl sobre la mesa e intentó tomar una nuez, quizá para tratar de abrirla, para disimular lo ansiosa que se sentía, aunque finalmente sus manos terminaron en la mesa en una pose un poco tosca que corrigió al momento.

- Necesito saber si tú realmente dejaste de sentir algo por mi cuando estuviste lejos de Nottingham - Marian pareció turbada ante la inesperada pregunta, cualquier respuesta suya cambiaría todo y realmente no quería arruinarlo - ¿Y bien? Comprendo que pueda parecer extraño que lo pregunte sin más, pero de verdad quiero saberlo - tomó la mano de ella, la miró con dulzura y le sonrió - Si te sirve de algo... - apretó su mano suavemente - Yo te sigo queriendo.

Hace tiempo, cuando Manuel le hablo acerca de sus sentimientos algo dentro de ella se movió, cómo cuando se recibe una sorpresa y no tenemos idea de cómo reaccionar y en ese momento nuestro cuerpo tampoco, pero Robin era diferente, tenía la particular capacidad para sacudir todo en su interior, cómo tratando de apoderarse de su corazón físicamente.

- ¿Te cabe alguna duda de que te quiero tanto como tú a mí? - entrelazó sus dedos - No tendré problema en hacerte saber que es así - le sonrió reflejando todo el amor que sintió por él alguna vez y que sentía ahora.

- Me estás diciendo la verdad, puedo verlo en tus ojos - su mano derecha la pegó a la mejilla de la chica y Marian me acercó también su rostro, como su anhelara los toques que le fueron negados y extrañaba - Me gustaría tanto poder tenerte cerca como antes, pero nuestros amigos están aquí - Marian no había pensado en ellos, no podía creer lo que Robin estaba haciendo y su mente no podía ocuparse de nada más. Puso su mano cerca de la mano de Robin.

Juntos en Sherwood - Una Promesa para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora