Escenas anteriores a este capítulo:
Desde prisión, Robin le asigna a Marian la tarea de infiltrarse en un temible grupo de ladronas para capturarlas, ¡pero la princesa descubre que son justicieras! Y hace todo lo posible para convencer a Robin de que los ayude.
En la actualidad:
A Marian le gustaba pensar en el feminismo como algo privado y gustoso, para la época que vivía, de rudas cruzadas y corsets y no había tiempo para pensar en hacer justicia siendo una mujer.
Lady Rohesia le contaba en sus clases cómo los cavernícolas de tiempos lejanos se limitaban a golpear a una mujer en la cabeza y arrastrarla a una cueva, el resto era un caos. A Marian le gustaba pensar que las cosas ahors podían ser mejores, vivía en la época donde los peotas se inspiraban en la belleza de las damas elegantes y les dedicaban versos salidos de lo profundo del corazón.
Cualquiera podía creer que ella era afortunada por tener sangre noble, pero no, jamás recibió más cariño que el de Robin y era poco probable que le fuera otorgado el derecho a esocoger a su pareja. Si su matrimonio era ventajoso para alguna alianza Ricardo podía entregarla a cualquier príncipe en contra de su voluntad.
De vez en cuando pensaba que terminaría casada con Alex y soportando los berrinches de Gudfred.
Los chicos querían limpiar la guarida y pidieron ayuda a sus amigas, por eso Marian se levantó temprano, arregló su habitación y salió a buscar a Scarlett.
- ¿Estás lista Scarlett? - preguntó entrando a la cocina.
- Me parece que no podré sair hoy - le respondió mientras cargaba un cajón de madera lleno de fruta - Mi mamá necesita ayuda y no puedo dejarla sola.
- Entiendo - dijo decepcionada - Sabes que si pudiera me quedaría a ayudar, pero me comprometí a ayudar a los chicos.
- No te preocupes, está bien.
- Vendré más tarde, en cuanto termine.
Se despidieron y Marian se fue.
Caminaba bajo el sol de la mañana y acompañada del sonido del canto de los pájaros, se encontraría con Robin en la aldea y tenía tiempo aún, era temprano, de modo que se estaba dando el lujo de caminar con lentitud y disfrutando el paisaje.
Aún faltaban pocos pasos para llegar y con rapidez notó que Robin ya se encontraba ahí y su corazón saltó de alegría.
Se sonrieron uno al otro y después de saludarse caminaron atravesando el pequeño pueblo que apenas despertaba. Conforme el sol brillaba más alto en el cielo los habitantes de aquel lugar tan rodeado de bosques poco a poco aparecían.
- ¿Supiste algo más de tus amigas?
- No, solo sé que se fueron.
- ¿Sin despedirse?
- Me permitieron acompañarlas hasat un punto, después se fueron definitivamente - las dos extrañas chicas le dijeron que sospechaban que a Robin le gustaba, era apenas natural, cualquiera podría pensar eso luego de que Robin apareciera armaso y listo para acabar con cualquiera que le hiciera daño después de que lo llamara con tan solo lanzar fuegos artificiales, aún así no se lo contó.
- No te pedí disculpas por lo que dije durante nuestra discusión.
- Y tampoco hace falta.
- Fui orgulloso y no tomé en cuenta tu opinión - dijo cabizbajo - De verdad lo siento.
- Te disculpo - se aferró a su brazo y le acarició la mejilla.
- Gracias - la tomó de la mano y entrelazando sus dedos continuaron caminando por el bosque sumidos en una conversación más animada.
Pequeño Juan y Tuck no habían despertado aún, pero no tardaron en dejar sus camas y comenzar la labor del día.
- Espera, no vayas a lastimarte - dijo Pequeño Juan preocupado cuando Marian trató de mover de su sitio un mueble que parecía pesado, Robin los veía con ternura.
- Puedo hacerlo - respondió ella. Robin estaba feliz.
- Déjame ayudarte - esta vez fue Tuck quien habló. Sus amigos cuidaban a Marian y ella se mostraba independiente en sus propósitos, era un cuadro lindo de ver.
- Dejen que lo haga sola, chicos - la mirada de los tres se posó de pronto en el líder - Me sorprende que no lo entiendan, las chicas han estado enseñándonos lecciones estos días.
Tuck y Pequeño Juan obedecieron de manera casi mecánica, un poco avergonzados con la idea de que pudieron hacer que su amiga se sintiera menospreciada.
Marian y Robin se dedicaron una mirada cómplice, una mirada que la princesa atesoró en sus recuerdos.
748 palabras.
Volvíííí :D
Tengo una nueva historia en borradores pero van a tener que esperar un poco a que ordene todo, aunque creo que no falta mucho.
Por si no habían leído mis historias de mi otro usuario se los dejo aquí: reader1_M_
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Juntos en Sherwood - Una Promesa para Ti
Romance"Estarás presente en mi vida hasta el último liento. Te amaré más allá de la vida misma, más allá de todo. Al final solo seremos tú y yo" Esa es mi promesa para ti. Marian regresa a Nottingham después de mucho tiempo lejos engañada por su primo para...