Capítulo 46: Derke en una caja

102 7 2
                                    

Escenas anteriores a este capítulo:

Marian se equivoca ak invocar un hechizo, y Derke comienza a despotricar con furia sin parar. Para asegurarse de que nadie se tope con un hámster parlante, la princesa lo encierra en un cofre, pero el príncipe Juan intenta robar ese cofre. 

En la actualidad:

Al día siguiente Robin estaba en prisión.

En la aldea trataba de resolver un conflicto, era el mediador entre dos mercaderes que discutían sobre algunos artículos que se confundieron entre ambos puestos, a ninguno le hacía gracia la solución que proponía: dividir la cantidad de manzanas por la mitad. Los guardias lo rodearon y al no tener a dónde ir decidió entregarse. 

Sus amigos ni siquiera estaban enterados de lo que pasaba, seguían descansando en la casa. Scarlett estaba en el mercado desde temprano, pero en una calle diferente de la aldea, buscando tela, no pudo escuchar el alboroto que se formó y menos ayudar a su primo. Marian se encontraba leyendo en el jardín, bajo la atenta mirada de Lady Rohesia, quien deseaba preguntarle acerca del texto en cuanto pudiera para probar su inteligencia. 

- Esto es absurdo - refunfuñó el príncipe Juan tomando el libro por una esquina sin dignarse a verlo. Recibió un golpe con la regla por parte de la institutriz.

- Los modales forman a las personas - le regañó ésta, dándole además una mirada fría de desaprobación.

Marian se quedó callada, no quería opinar para no ponerse de parte de nadie. Siemprw que no se metiera con los aldeanos o Robin podía hacer lo que quisiera. 

Un gran alboroto se escuchaba desde el puente levadizo; por primera vez en su vida Robin se resisitía, tal vez porque sabía que nadie iría por él, pero estaba atrapado en todo el sentido de la palabras, los guardias lo rodeaban y apuntaban con lanzas con la amenaza de herirlo, con los rostros encendidos por la ira. 

Marian solo podía imaginar que se trataba de la hora de comer y su lección acabaría en poco tiempo, continuó enfrascada en la lectura del libro cuadno de pronto un guardia agitado llegó, con las manos en las rodillas por el cansancio. 

- Perdone su alteza - fue el saludo que le dió a su príncipe, quien solo lo miró con desinterés - Tenemos a Robin Hood - Marian palideció y soltó el libro. 

- Un bandido como Robin Hood no es motivo para detener mi clase - pero era tarde, los dos príncipes se levantaron tan rápido como pudieron y corrieron. Lady Rohesia levantó el libro del suelo y le quitó el polvo de las solapas, miró el cabello rojizo de Marian mecerse contra el viento mientras se alejaba y negó mientras sonreía, no podía enojarse con ella. 

- ¡¿Dónde lo tienen?! - preguntó el príncipe, impaciente, parecía un niño pequeño y encaprichado. Uno de los guardias condujo tanto a Juan como Marian al calabozo del palacio, donde, tras las rejas el joven exigía ser liberado - ¿Dónde está el Sheriff?

- Entregando una encomienda, señor - le respondió un guardia. 

- ¿Y quién es el autor de esta hazaña? - preguntó mientras miraba fijamente a Robin, con una sonrisa, casi sin pestañear. 

- Yo - respndieron más de cinco guardias a la vez, estaban en el oscuro calabozo con ellos. 

- Oh, bueno, no podemos repartir la recompensa entre tantas personas. La guardaré para mi - Marian se cruzó de brazos y los guardias se miraron entre si confundidos, sin poder protestar - Por ahora debemos planear la ejecución - tofo quedó en silencio y el príncipe pudo disfrutar por un momento la sensación de poder que tenía - Encárguense de todo - ordenó a sus guardias y salió del lugar pavoneándose como si él mismo hubiera logrado encarcelar a Robin. Los guardias salieron también. 

Juntos en Sherwood - Una Promesa para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora