Capítulo 48: Los invasores

47 8 3
                                    

Escenas anteriores a este capítulo:

¡Invasión vikinga! El príncipe Juan ve la oportunidad de deshacerse del Rey Ricardo. Él negocia el secuestro del rey con estos temibles guerreros nórdicos, pero queda atrapado en su propia trampa. Por suerte, Robin puede ayudarlo.

En la actualidad:

El hecho de que Marian saludara a todos los empleados tan atenta esa mañana ofrecía una pista, pero nadie se detuvo a pensar en eso.

En los establo aguardaba el chico más buscado del país, tranquilo y paciente, con las riendas de dos caballos en sus manos. 

- Ese es el caballo del príncipe. 

Lady Marian se subió a su blanco corcel y su compañero hizo lo propio con el suyo.

- Ya lo sé. 

Salieron del recinto por la puerta trasera y saltaron la cerca del potrero en una carrera pareja. 

Al internarse en el bosque aminoraron la marcha y quedó reducida a una simple caminata a caballo bajo los primeros rayos del sol.

- Pensé que no ibas a bajar, esperé bastante, estaba nervioso y creí que tu primo te descubrió. No sonrías así, voy a creer que no te importa lo mucho que me preocupas. 

- Lamento mucho si te hice esperar demasiado. Si quieres que te tome en serio no debes sonreirme tú tampoco. 

- Es complicado seguir tus peticiones cuando luces tan hermosa. Mi dulce Marian, es un gusto dar un paseo contigo hoy.

- Te agradezco haberme invitado. Creí que no lo lograríamos esta vez, te confieso que tuve miedo por nosotros, nuestros adversarios eran tan fornidos y jamás oí hablar de ellos antes. 

- No noté jamás tus temores durante la batalla, yo tengo fe en ti y pensé que también la tenías en mi.

- No vayas a enojarte conmigo, Robin. Sé que muchas veces te he dado razones para no confiar en mi magia, en ese don divino que me fue otorgado y que la mayor parte del tiempo me trae más desgracias que dichas, de modo que no puedo reprochártelo, pero quiero que sepas que, aunque tuve miedo jamás abandoné la convicción de que lograrías alcanzar la batalla. 

- Es un alivio escuchar eso. Si tú llegaras a dejar de creer en mi se me acabarían las razones para continuar luchando. No importa que algunas veces tus hechizos nos pongan en aprietos, porque el día que logres dominar las artes ocultas de la magia mi gozo será tal que en todo el bosque de Sherwood no se hablará de otra cosa, pero no te apresures, se lo contaré a las aves, ellas llegarán cantando dulcemente a tu ventana para sacarte de tu ensueño, seguramente otros animales las oirán y lo sabrán entonces. 

- Esperaré ese día con ansiedad para poder ser yo la que te dé el placer de hacer una fiesta en Sherwood, celebraremos juntos bailando bajo la luna como lo hicimos hace tanto tiempo cuando todo estaba bien entre nosotros, a veces me pregunto si las cosas volverán a ser como antes.

- Si quieres saber lo que pienso te diré que no es mi deseo. En el pasado, tú y yo no podíamos manejar nuestras diferencias y eso nos llevó a la separación. 

- Solo si lo expresas de ese modo puedo darte la razón, pero cuando te dije que para mi sería mejor regresar a aquella época pensaba en la intensidad de mis sentimientos por ti, en la ardiente flama que había en mi pecho y que quería quemarme cuando te miraba o cuando un recuerdo tuyo se cruzaba por mi mente. 

- ¿Quieres decir que ya no me amas como antes? Tus palabras son hermosas, pero hablas de momentos tan lejanos que ya no nos pertenecen y temo que se hayan ido para siempre.

- Si quieres que te lo explique de forma corta es así: mi amor por ti es como un océano, calmado pero profundo, en algunas ocasiones se embravece y entonces las aguas se revuelven, es ahí donde brotan de mi ser emociones tan bonitas por ti que a veces dudo que sea capaz de experimentar cosas tan hermosas y siento la necesidad de compartirlo con los demás. 

- Llegado el momento se lo diremos a todos. 

- Me pregunto cuándo será ese día.

- Cuando ambos estemos listos para enfrentar al mundo. Pero comprendo que no hayas querido revelarlo antes, ¿es necesario? No. Es peligroso y...

- ¿Y qué Robin?

- Y pueden sentir celos de nosotros, todos los demás. 

Marian no respondió ante aquel último comentario, pero lo guardó en su memoria. 

743 palabras. 

Volví.

Juntos en Sherwood - Una Promesa para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora