Capítulo 11: El puente de Robin

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Escenas anteriores a este capítulo:

El principe Juan decide controlar el único puente de entrada a la aldea, y los residentes y comerciantes no pueden cruzarlo sin pagar. Robin y sus amigos deciden construir su propio puente para que los residentes puedan cruzar gratis.

En la actualidad:

Marian se había ofrecido a ayudar a los chicos en la misión, cuando los aldeanos se disponían a recolectar los materiales para el nuevo puente. No pasaron más que pocos segundos de su llegada y Robin ya la echando.

- Ninguno de nosotros te necesita en este momento, puedes regresar a tus actividades de princesa sin preocuparte por nada - la tomó por los hombros y la obligó a dar la vuelta porque no quería ver sus ojos, se acobardaría, Marian solo sintió su piel arder en respuesta al tacto y no pudo decir nada - Nosotros estaremos bien.

¿Pudo alguna vez contradecirlo? Julieta estaba entre los ayudantes y Marian tuvo el presentimiento de que pasaba algo, que había algo que le ocultaban ¿Podía competir con ella? No quiso pensarlo más, le dolía.

Pensó en volver al castillo y hablar con Scarlett, pedirle algún consejo, preguntar por qué dolía así, indagar en la carta que me envió hasta la casa de Suzette, quizá no debió darle la dirección de la casa aquella noche en qué fue secuestrada, y definitivamente Suzette no debió decir dónde se encontraba.

Pero no, no lo haría, no podía hablar con Scarlett sobre sus confusos pensamientos porque notaría de inmediato que tuvo algo que ver con la persona de la carta que no era remotamente cercano a su familia como ellos pensaban y que Robin estuvo con ella la noche pasada y que le habló de esa manera por una discusión sin sentido que provocó que Julieta terminara ayudando con el puente, o eso creía.

Se dirigió a la guarida, trataba de evitar el castillo, su primo podía volver a preguntarle sobre su progreso en la misión de infiltración en la pandilla y ya no sabía qué decirle, temía que en poco tiempo descubriera que me había engañado.

Ricardo regresaría dentro de un tiempo e inevitablemente cuestionó su podía contarle alguna vez esto, podía llegar a entenderlo pero ambos correrían peligro cuando todo quedara bajo el mando de Juan.

¿Alguna vez perdió algo que le dolió en el fondo? ¿Alguna vez alguien más le robó la paz, dejándola desorientada y a la deriva? Aunque lo intentara no podía recordar si en algún momento la indiferencia de alguien le causó tanto dolor en el corazón, no podía dejar de pensarlo y tampoco deseaba alejarlo de su mente, el olvido sería peor, prefería atormentarse con sus errores pasados a de repente preguntarse por qué lo extrañaba tanto.

El escondite estaba solo, la cocina guardaba cada esquina y rincón el eco de las confesiones que alegraron su corazón las pasadas horas, esas que tan vez no volverían.

Sus dedos tocaron la mesa con la oculta esperanza de recuperar, aunque fuera un poco, la esencia de la escena que evocó inumerables veces en un intento fallido se calmar su agobiado espíritu. Los fantasmas se los recuerdos se distorsionaban en su paso por la mente de la princesa, con nostalgia se dijo que ma realidad solo se vive una vez y que sin importar cuántas veces se repitiera en su mente, nunca sentiría lo mismo.

¿Podría tener más se esas realidades que no vuelven aunque lo ansíes? Deseaba que fuera así.

Los chicos aparecieron por la puerta de la cocina y Marian ni siquiera los escuchó llegar.

- ¿Estuviste mucho tiempo aquí sola? - le preguntó Pequeño Juan, ella asintió - Vayamos todos afuera, el día es hermoso.

- Tal vez sea buena idea practicar con el arco  - propuso Tuck a su amigo.

- Claro que sería una buena idea - dijo Marian.

En arrepentimiento llegó cuando Robin, de espaldas a ella exhaló su cálido aliento en su cuellos sin ser conciente de que Marian tembló y perdió de mente el objetivo.

659 palabras 💚💙

Feliz navidad :3

Juntos en Sherwood - Una Promesa para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora