Capítulo 16: La carreta fantasma

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Escenas anteriores a este capítulo:

Un misterioso carruaje sin caballos aterroriza Nottingham y solo un valiente caballero puede liberar al pueblo de esta maldición: ¡Robin!

En la actualidad:

Robin le había permitido librarse, aunque fuera por esa ocasión, de la extenuante jornada de limpieza que tendrían por delante una vez que el día comenzara, tampoco estaba seguro de que Marian o Tuck le ayudaran, aún así le preguntó a Scarlett y ante la negativa rotunda a la propuesta de pasar el día limpiando el hogar de tres chicos pequeño Juan la invitó a caminar por la aldea, guardando la esperanza de que los guardias no interrumpieron.

El sol no había salido aún y el aire se sentía frío, tan frío que Pequeño Juan no quería pensar en despegarse de su manta, en cambio trataba de idear un plan para que Scarlett cooperará con la recolección de información acerca de la actual situación de Marian, en el fondo sabía que no era más que chisme, pero nunca diría que lo era, mucho menos haría participe a Scarlett de algo así. Quizá tuck no tuviera inconveniente.

Scarlett le gustaba, le gustaba mucho, y aunque no pudiera decírselo por cobardía, le disgustaba profundamente la idea de que pudiera desarrollar sentimientos por alguien más, así que resolvió demostrárselo. Sabía que tenía que juntar el valor para enfrentarla y decirle que hace mucho tiempo albergaba sentimientos por ella, un cariño que sobrepasaba el límite de la amistad, su orgullo no permitiría que ella tomara la iniciativa. Eso tampoco podía decirlo.

Robin o tal vez Tuck se removió en su hamaca soltando un quejido. Se dió cuenta de que Scarlett ni le pidió que la esperara en la aldea tratando de protegerlo de los guardias ni él se ofreció a recogerla en el castillo fingiendo valentía y desbordando imprudencia. Estaba tan feliz porque lo aceptaran que no lo pensó.

Estaba seguro de que se encontrarían en la aldea, por lo mismo de los guardias y estaba en lo cierto, aún así no le habría molestado caminar hasta el castillo solo por tratarse de Scarlett.

Había notado que Robin había estado muy extraño cuando regresó de su salida con Marian, porque si, los mantuvo al tanto, no estaba emocionado, lo que era preocupante, se notaba abatido, angustiado por algo que posiblemente pasó con Marian y que evadía, la intranquilidad de su mirada le recordaba a pequeño Juan su propia intranquilidad cuando el equipo solo lo formaban él y Tuck, como dos ladrones que recorrían el bosque sin un lugar fijo para quedarse y siempre a la defensiva porque, aunque no duerma tan buscados como ahora al sheriff no le molestaría tenerlos a ambos en la cárcel solo para tener la paz regodearse por el bosque después de cometer sus crímenes.

Después llegó Robin y con él también llegaron los precios para sus cabezas y la información de su paradero, y aunque los tres esperaban que el Principe vaciara sus arcas pagando lo prometido nadie acudió en su ayuda, los aldeanos desconfiaban más de su príncipe de lo que estaban dispuestos a admitir.

Luego llegaron las chicas, podemos decir que la alianza entre los tres ladrones quedó establecida en su primera pelea, pero con Marian y Scarlett fue diferente, las dos estaban ayudando al equipo únicamente por Robin. Scarlett confió en él juicio de su primo mucho más rápido que su amiga que, aunque parecía desesperada al principio por salir de la soledad del castillo también era cautelosa con los demás pero terminó adaptándose s su nuevo estilo de vida: huir de la verdad que su primo, aún sin saberlo, perseguía.

- Seguramente intentó tocarla, no creo poder vivir con eso - murmuró Robin y su curiosidad solo pudo crecer más, esperó con paciencia una frase más que pudiera darle más información pero eso fue todo.

Incluso después de esas extrañas palabras Robin demoró en dar una nueva señal de vida. No tenía salida, estaba seguro de que fue él, seguramente pensando que nadie podía escucharlo, pero no iba a decirle que lo escuchó y arriesgarse a no volver a escuchar algo así, por el momento debía mantener un perfil bajo con su propio mejor amigo. Solo deseaba ayudarlo.

Como ocurre a menudo en situaciones como estas, dónde estamos obligados a quedarnos en el más absoluto silencio, cada sonido nos ayuda a formar una imagen mental de lo que pasa a nuestro al rededor. Pequeño Juan casi no podía ver a Robin saliendo de la guarida, en poco él lo hizo también gustoso.

Se encontró a Scarlett paseando por la aldea con una canasta colgando de su antebrazo y como era su costumbre muy pronto se embarcaron en una agradable conversación sobre diversos temas.

- ¿Compramos pasteles? - ofreció la chica con una gran sonrisa y sin esperar respuesta se acercó al puesto de la panadería. Pequeño Juan esperó a que regresara - Traje uno para Tuck y para ti - los entregó mientras comía el propio.

- Seguramente están deliciosos - agradeció internamente el gesto porque no tenía dinero. Continuaron caminando - Scarlett ¿Tú piensas que Robin y Marian pueden tener algo?

- Claro - respondió ella con total naturalidad.

- ¿Crees que pudieran tener algo sin que lo sepamos? ¿Marian te ha dicho algo? - Scarlett lo pensó muy bien, masticó muy despacio una porción de pastel.

- Yo... Llegué a pensarlo. Ambos se veían de forma especial, a veces desaparecían y llegaban juntos y no podría olvidar la vez en la.wue después de jugar un rato se la llevó sin más explicaciones. Claro que lo creí, cualquiera lo habría hecho, pero la carta que le llegó hace poco...

- ¿La leíste?

- No. Pero sé que tiene a Robin muy mal ¿Qué puede contener?

- Si trae mal a Robin tal vez sea algo grave.

- No quiero que ellos peleen.

Pequeño Juan recordó cuando, después de que Robin ganara el concurso de arquería comenzó a pasar mucho tiempo con Marian y recién ahora se daba cuenta de que discutían a menudo ¿Por qué se buscaban?

- ¿Marian no te ha dicho nunca que le gusta alguien? Aunque no sea Robin - Scarlett negó con la cabeza.

No podía ser casual que todos rumorearan acerca de ellos, porque si, algún visitante indeseado dijo verlos un par de ocasiones un poco más cercanos de lo normal en el bosque, y luego se encargó de que todos lo supieran, aunque claro, un rumor no confirmaba nada.

- ¿Sabes? Creo que a ambos les gustaría que los dejemos tranquilos, cuando nos quieran decir algo será porque estén listos y confían en nosotros.

- Tienes razón.

Por primera vez desde que escuchó a Robin hablar solo pequeño Juan se entregó completamente al amor que tenía por Scarlett, quizá podría pensar al fin en como declararse o pasar más tiempo con la chica, cada vez que descubría algo nuevo de ella se quedaba fascinado, no podía evitar sentirse maravillado por su actitud.

Caminaron juntos hasta salir de la aldea nuevamente sumidos en una conversación tan variada que solo dos personas tan afines pueden mantener.

De vez en cuando uno de los dos decía algo gracioso, y ambos reían, y encontraban en el otro la compañía idónea, sin saberlo se acercaban más y más.

Pronto dejaba de importar todo. Era más fácil para ellos.

1201 palabras 💚💙

¿Que tal va su 2022?

Juntos en Sherwood - Una Promesa para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora