Capitulo 30: Flynn el fiel

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Escenas anteriores a este capítulo:

Pequeño Juan salva a Flynn, el gran perro del sheriff, de ahigarse, y el comienza a seguirlo a todas partes: ¡Ahora el perro, que no los deja solos, frustra los planes de Robin para evitar que el príncipe Juan ataque al rey Ricardo!

En la actualidad:

- Vámonos - dijo Robin, todos obedecieron y se alejaron del molesto príncipe. La caravana del rey se alejaba, adentrándose en el bosque, mientras la banda de amigos tomaba otro camino, dirigiéndose a la aldea.

- Me pregunto si Flynn continuará siguiéndonos - pensó Pequeño Juan en voz alta.

- No creo que el príncipe salga en un buen tiempo - respondió Marian.

- ¿No iremos a la guarida? - preguntó Scarlett.

- Vanis a la aldea. Tengo algo que hacer.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó Tuck.

- Visitaré a alguien - respondió con simpleza.

- Entonces podré comprar el hierro que me hace falta para las puntas de las flechas.

- En ese caso, debemos comprar pintura blanca para las insignias - dijo Pequeño Juan.

El grupo continuó su camino a través del bosque en una animada conversación. A lo lejos se escuchaba el ruido de la cabalgata de dos guardias y no tardaron en mirarlos llegar. Los chicos se ocultaron tras un árbol mientras la princesa y su dama de compañía seguían caminando con gran tranquilidad.

- Buenos días - saludó un guardia cuando, después de verlas pararan - ¿A dónde se dirigen?

- La princesa Marian desea ir a la aldea - dijo Scarlett.

- Las escoltaremos, no es seguro que caminen por aquí solas.

Para no generar sospechas aceptaron. Terminaron el camino hablando de trivialidades y mirando disimuladamente cómo los chicos las seguían.

Los soldados continuaron su camino en cuanto las dejaron en la aldea.

Scarlett en realidad no supo en qué momento perdió a Marian de vista, pero la buscó por todas partes hasta dar con sus amigos. Estaban los tres juntos cuando se armó un gran escándalo, la gente hablaba y Robin se mostró entonces por encima de todos.

- No aceptaré esto, Robin - la voz del sheriff sinaha tan enojada que fue justa la reacción de los gemelos: tratar de calmarlo - Vas a atenerte a las consecuencias.

- ¿Y cuáles son las consecuencias? - preguntó Robin con superioridad y burla.

- Te condenaré a recibir latigazos - la indignación de la gente de la aldea fue unánime y el rostro de Robin se ensombreció.

- No...

- Así será. Personalmente te daré los golpes.

- Te retaré a un duelo de espadas. Mi honor no se perderá tan fácilmente.

- Nos veremos esta noche en las puertas del castillo, entonces veremos qué sucede con tu honor.

- No faltaré.

Robin escapó. Entre la gente que se esparcía Scarlett vio por última vez, al menos en el día, a Marian huyendo bosque adentro.

Robin Hood cumplió su promesa t consiguió un lugar tranquilo en el bosque y Marian a su vez llevó mucha comida, sin embargo no comían, el héroe estaba enojado pero no sé atrevió a hacer nada, solo pensaba.

- ¿No puedes aceptar los latigazos? No dijeron nada sobre encerrarte, si lo hacen yo te sacaré de ahí - Marian le acarició el cabello con suavidad mientras lo apegaba a su pecho y rodeaba su cuello con su brazo libre.

- No puedo. Mi honor y el de mi padre están en juego, es algo que no está a discusión - soltó un suspiro y acarició la suave y delicada mano que tenía más cerca y se separó. Se puso en pie y se alejó unos cuantos pasos dándole la espalda.

- Robin - dijo con tristeza.

- ¿Acaso te interesa que me den latigazos? - Marian se levantó entonces y caminó hasta él, hasta estar frente a Robin.

- Robin, escúchame - le tomó de las manos y cambió su voz a un tono dulce - Recibir latigazos es una pérdida de honor y lo entiendo bien, pero sabes que si retas al sheriff terminarás acabando con su vida y no quiero que cargues con eso.

Robin pareció pensarlo y al final suspiró, atrajo sus manos y plantó en ellas un beso.

- Dime qué harás ahora - pidió Marian.

- Me presentaré, pero no me dejaré atrapar, entraré al castillo y sacaré el botín que tú tendrás preparado para mí.

- ¿Justo así?

- Exactamente y de ninguna forma.

Se fundieron en un cálido abrazo tan lleno de tranquilidad que Robin olvidó su problema e incluso su honor.

713 palabras 💚💙

Juntos en Sherwood - Una Promesa para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora