Escenas anteriores a este capítulo:
El principe Juan consigue un doble del rey Ricardo y logra engañar a todos haciéndoles creer que es un tirano.
En la actualidad:
Ricardo se quedó en Nottingham, Robin y su banda no debían ocultarse y todos estaban tranquilos por la partida de Juan, aunque nadie creía que el rey pudiera soportar mucho tiempo sin su hermanito.
Tuck y Pequeño Juan paseaban por la cocina haciendo pedidos con la atenta y molesta mirada de los guardias sobre ellos y la aprobación del rey y Matilde.
Robin acompañaba a Marín a su habitación, aunque ella no lo hubiera pedido se reconfortaba en qué no parecía disgustarle. Ahora que el forajido podía pasear con libertad por el castillo las rondas de los guardias parecían duplicarse, debido a esto ninguno se animaba a empezar una conversación.
Cuando llegaron a la alcoba Marín se aseguró de poner seguro a la puerta y mantenerlos a ambos lejos de la puerta, esto le daba confidencialidad a la conversación.
- Estaba realmente asustada de que te fueras, no me imagino qué sería de Nottingham si no estuvieras aquí - Robin se acercó a ella y Marian imitó la sonrisa que tenía en los labios - ¿Podrías darme un abrazo? - él asintió y pronto se encontró rodeada por sus brazos cálidos.
- No podía permitir que ningún chico se te acercara mucho, por eso no fui tan lejos - Marina rió, aunque estaba segura de que fue su intuición la que lo guió de vuelta le gustaba que de una u otra manera se preocupara por ella.
- Quiero que conozcas a alguien 6 se apartó un poco de su cuerpo para ver su rostro.
- Claro - fue toda la respuesta, la princesa intentó contener su sonrisa, la que delataba su travesura - ¿Hay algo que me quieras decir? - secretamente estuvo tentado a llamarla "linda" de manera cariñosa, pero se contuvo.
- Que tú ya la conoces - mordió un par de veces su labio.
- Entonces ¿Cómo voy a conocerla? - Marian volvió a abrazarlo dulcemente.
- Va a ser un bonito reencuentro.
- Como el nuestro - depositó un beso tierno en su cabello - Prometo que pase lo que pase no volveré a irme dejándote aquí.
- De acuerdo - se separó otra vez para dejar un beso en la comisura de sus labios - Prometo que me quedaré aquí para que no tengas que irte.
Se separaron.
- Deberíamos irnos ya, ahora que Ricardo está aquí y no quedarás arrestado si sales a caminar. Deberías agradecerme haber traído al rey - Robin rió.
- Vámonos, quiero ver qué sorpresa me tienes preparada.
Marian no previno a Katy de nada, de su visita o su situación delicada con Robin, no estaba interesada del todo en el reencuentro, lo que quería era saber si en el pasado tuvieron algún tipo de relación que sobrepasara el límite de lo profesional, estaba celosa aunque realmente no quería admitirlo.
No dejaría que ningún detalle de su comportamiento se le pasara porque deseaba descubrir si algo sucedía entre ellos, luego de que terminara la reunión podía interrogar a Robin.
- Interrogar suena muy mal.
- ¿De qué hablas?
- De nada.
Salieron del castillo juntos. A Marian la consoló la idea de que si los guardias le comunicaban al príncipe que se encontraba en una situación así él podía pensar que estaba haciendo bien su trabajo, seguramente se enteraría pronto, sin embargo tomó la precaución de mantener una distancia prudente entre ellos, hasta ese punto llegaba su cobardía o su imprudencia.
- ¿Me dirás a quién visitaremos? - preguntó Robin cuando hubieron recorrido una buena parte del bosque, Marian pensó de pronto que el bosque era un buen escenario par sus caminatas.
- Aún debe ser un secreto.
- ¿Hasta cuándo? - ella le sonrió de manera excepcional, cómo si estuviera esperando que se lo preguntara.
- Hasta el último momento.
Si lo pensaba detenidamente está última frase le recordaba el intento de suicidio del chico, pronto encontró librando una licha interna para saber cómo debían hablar sobre el tema y si debían hacerlo, su instinto le decía que sería contraproducente.
-¿A qué debemos tanto misterio? - Marian levantó los hombros en una divertida señal de que no tenía una respuesta.
A pesar de que Robin fue quien sembró la distancia entre ellos, ahora deseaba no haber sido tan imprudente y aunque ninguno lo mencionaba no significaba que Marian no lo recordara, se limitaba a no tirar por la borda el buen rato que estaban pasando sumidos en la tranquilidad.
Llegaron a la aldea y Marian lo llevo hasta la casa de la costurera del pueblo.
- Hace tiempo que no hablo con ella, pero ¿De verdad me trajiste aquí para reencontrarme con ella?
- Te dije que sería un secreto hasta el último momento.
La amable duela de la casa los invitó a pasar y le dijo, sin ningún tipo de contexto que "la llamaría"
¿La llamaría? ¿Una chica? ¿Reencuentro? ¿Marian abusando del contacto físico tan de repente? Solo había una salida para ese laberinto de preguntas y la imagen mental de Katy apareció milésimas de segundo antes de que la verdadera saludara.
- Robin... - le escuchó decir y lentamente se dió la vuelta para enfrentarla - No has cambiado nada.
- Tampoco tú.
- ¿No te dije que sería un lindo reencuentro? - Robin sonrió como pudo.
- ¿Y tú? ¿No estás ocultándote? - preguntó Katy.
- El rey Ricardo no lo permitiría - explicó Marian inocente y Robin sintió miedo.
- Quizá debería visitarlo.
- Katy, querida, ayúdame con el té y las galletas - pidió la anfitriona, pero Marian se adelantó.
- Yo lo haré - aunque la duela de la casa se opuso Marian no le hizo caso y entró en la cocina, esto me dió a Robin la oportunidad que esperaba.
- ¿Para qué quieres ver al rey?
- Le serví muchos años y para variar puedo hacer lo que quiera, me parece que te preocupa otra cosa.
- ¿De dónde la conoces?
- Ya vivía en el castillo cuando yo llegué - Robin suspiró y masajeó el puente de su nariz.
- Mira, sigue siendo su amiga o haz lo que quieras, pero nunca le digas por qué te fuiste de Locksley.
- ¿Crees que a ella le va a importar lo que sucedió?
- Las reglas existen por algo y si tú y yo las rompimos fue porque me seguiste, pero no se lo digas a ella.
- Pero...
- No está a discusión.
- Al menos dime... Quiero saber si aún tienes tu libreta.
- Si. Ahora le pertenece a Marian.
- No sabía que ustedes...
- No es lo que piensas. Ya no.
- No me vas a callar por siempre.
- Me subestimas.
La conversación fue interrumpida por la llegada del té. No tuvieron más oportunidad de discutir y Katy no hizo nada por mencionar su secreto pasado junto a Robin, lo cual, lejos de tranquilizar al chico le preocupaba mucho más porque lo que podría decir cuando no estuviera presente.
Entendió rápidamente que debía evitar que hablaran.
1130 palabras 💚💙
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Juntos en Sherwood - Una Promesa para Ti
Romance"Estarás presente en mi vida hasta el último liento. Te amaré más allá de la vida misma, más allá de todo. Al final solo seremos tú y yo" Esa es mi promesa para ti. Marian regresa a Nottingham después de mucho tiempo lejos engañada por su primo para...