Escenas anteriores a este capítulo:
Robin se opone a las conspiraciones de un personaje engañoso que difunde rumores y malos sentimientos, para hacer que las personas se enfrenten entre si con el fin de robarles.
En la actualidad:
Durante la llegada de la nocge Marian pensaba, el ambiente era cálido y mientras observaba el bosque de Sherwood recordó el instante en quedó confinada a su habitación. Volvió a sentir el miedo y un escalofrío en su columna vertebral en contra de su voluntad. Una única estrella, insolente, brillaba en el cielo purpúreo en contra de las demás que preferían aguardar ocultas. El bosque era ajeno a todo, parecía simplemente existir en medio de todo, pretendiendo solamente ser, sin embargo era el centro de todo. Imaginó cómo sería la vida en el bosque como una ninfa protectora de las aguas, cuidaría a Robin cuando el príncipe se internara a buscarlo, tal vez, en circunstancias más favorables él cuidaría de ella, evitando que el secreto de su magia cayera en manos malvadas.
- Marian - susurró el viento, se sintió turbada y miró a todas partes tan rápido como pudo, abajo, a la altura del suelo se encontraba el verdadero dueño de la voz, saludando con su mano libre y tan alegre como si le hubieran comunicado buenas noticias.
- Oh Robin - como un suspiro su nombre salió de sus labios, arrancado con dolor, sabiendo que no podría detenerlo, buscó con la mirada a algún guardia rondando por la zona que pudiera verlo, pero no había nadie. Lo apresuró con un ademán y cuando lo vió lanzar la flecha retrocedió para revisar de nuevo.
- Marian - repetía su nombre con aquella dulce voz de enamorado, dejando su alma fundida en cada grito silencioso.
La princesa lo esperaba en la puerta de su alcoba, la siguió y cerró la puerta.
- Dime qué noticias traes.
- Ninguna, mi lady - hizo una reverencia sencilla que le provocó una risa, pero Marian lo miraba como si no estuviese feliz.
- Entonces dime por qué vienes.
- Deseaba verte.
- Eres imprudente, Robin, ahora que todo ha regresado a la normalidad tu castigo será tan severo como puedas imaginar si nos encuentran aquí - el joven se acercó, pero como si cambiara de opinión fue hasta la puerta, corrió el seguro y volvió a sonreir.
- Así ya no corremos peligro - esta vez la princesa si lo encontró divertido y Robin pudo experimentar una de las dichas más primitivas del ser humano: ver a un ser querido sonreir genuinamente. - Sentémonos a descansar, lo necesitas. ¿Quieres hablar? - en la gran cama con sábanas de terciopelo se recostaron, Marian sobre su pecho pasando el brazo por su torso y él acariciándo su cabello. De un modo propio de un infante comenzo a contarle la escalofriante sensación que le producía sentirse encerrada, la raíz de sus nervios.
- No quise responder de esa forma, es solo que me dejé dominar por lo que sentía - el arquero la reconfortó con sus suaves palabras, ella lo aceptó con gusto y luego comenzaron a hablar de cosas triviales, saltando de una cosa a otra, ambos felices.
En un momento surgió el tema de Katy, Marian recordó la libreta de Robin pero no preguntó nada, en cambio le contó sobre lo que hablaron la última vez que se vieron, Robin parecía francamente sorprendido por lo que escuchaba.
- Yo tampoco lo creería, fue un llanto tan emotivo e inesperado y sus palabras fueron sinceras, algo dentro de mi corazón lo dice.
- Me alegra mucho que hayas estado con ella, no podría pensar en alguien más idóneo que tú para esto. Tu naturaleza emotiva te hace perfecta para tratar estos temas.
Katy era un recuerdo más, una amiga en común que no verían más, una memoria guardada en un rincón de sus mentes que a lo largo de sus vidas apareció espontáneamente para recordarles lo que puede ocultar una persona, sin rencor pensarán en ella y ella también les dedicará momentos fugaces sin atreverse nunca a escribir.
- ¿Recuerdas que una vez leímos un libro de cuentos de Ricardo?
- Si - de un salto se levantó de la cama y empezó a buscar en sus estantes - Qué extraño, no recuerdo en dónde lo dejé, ¿por qué lo mencionaste?
- Nada en especial, solo recordé la historia de Merlín y Excálibur.
- Puedo contártela.
Robin aceptó y comenzó para ambos una noche de largas y antiguas historias sobre reyes y caballeros hasta tan tarde que ninguno podía recordar el momento en que se fueron a la cama.
766 palabras.
Feliz 14 de febrero.
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Juntos en Sherwood - Una Promesa para Ti
Romance"Estarás presente en mi vida hasta el último liento. Te amaré más allá de la vida misma, más allá de todo. Al final solo seremos tú y yo" Esa es mi promesa para ti. Marian regresa a Nottingham después de mucho tiempo lejos engañada por su primo para...