Capitulo 34: Scarlett y el diamante

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Escenas anteriores a este capítulo:

Scarlett, cansada de ser una sirvienta, es convencida por una orfebre de convertirse en su aprendiz y acompañarla por todo el mundo. Sin embargo, ¡Robin pronto descubre que la orfebre es una ladrona!

En la actualidad:

Robin, una vez se encontraba pensando qué hacer para que su salida fuera entretenida con Marian a su lado, simplemente caminando por el bosque, Scarlett se quedó junto a Pequeño Juan y todos querían darles espacio para que pudieran estar solos, momento a otro podían sorprenderlos con la noticia de su noviazgo y todos guardaban la esperanza.

- ¿Crees que Scarlett se pueda sentir mal por la manera en que yo la trato?

- No creo que todo esto haya sudo por ti, son amigas.

- De cualquier modo tendré mucho cuidado.

- Me gustaría mucho que sigan siendo amigas.

- No le he dicho aún que estamos saliendo, tampoco sé cómo mencionarlo.

- Posiblemente les guste la idea.

- No temo porque pueda enojarse, sino porque me intimida la idea de decirlo en voz alta.

- Tampoco puedo hablar con los chicos de la forma correcta.

- Podemos esperar un buen momento para decirlo, quizá a todos de una vez por todas.

- Quiero que todos lo tomen bien, pero tal vez estoy pidiendo demasiado. A tu primo el príncipe no le va a agradar.

- No importa, no será capaz de encerrarme en la cárcel.

- Y tú sabes que te sacaría de ahí en poco tiempo.

- Paremos parar a descansar por favor.

Se sentaron a orillas del manantial a descansar, el cielo estaba despejado y el sol brillaba, se escuchaba a los animales al rededor, todo esto hacía un ambiente relajante y perfecto para ambos.

- Fuiste de mucha ayuda anoche, me salvaste más de una vez de ser descubierto.

- Gracias, Robin, pero solo hago a mi modo lo que tú también harías por mi.

- Hiciste el trabajo de Scarlett también.

- Así es, en realidad le estuve ayudando a Matilda en la cocina mientras Scarlett conocía a su nueva amiga, creo que me fue bien.

- Estoy seguro, Matilda es buena enseñando y tú eres una alumna excepcional, debiste haber aprendido mucho.

-- Quizá otro día pueda mostrarte.

Marian y Robin acordaron verse esa misma noche en el castillo pero no en la habitación, a Robin de pronto le pareció inapropiado.

Se encontraron en la fuente y en la cocina comenzaron a preparar una tarta juntos.

- Espera un momento, aún no es hora de agregar la mermelada, aún hay que hornear la base - le dijo Marian con una sonrisa mientras introducía el molde en el horno y cerrándolo con cierta dificultad - Deberíamos arreglar esto - duji después de mirar el increíble desorden que habían formado al cocinar.

- ¿Y si necesitamos algo más?

- Lo dudo, ya tenemos todo preparado.

- Ayudaré a limpiar.

- Es mi justo, yo hice casi toda la tarta.

- Entonces descansa mientras yo ordeno.

Marian obedeció, se sentó en la banca de la mesa y lo observó moverse de un lado a otro a gran velocidad para dejar todo como estaba antes.

Esperaron a que el horno terminara entre bromas y risas, luego rellenaron su postre, lo cubrieron con masa, lo introdujeron nuevamente y esperaron un poco más.

Cuando estuvo listo lo probaron.

- Está delicioso - dijo Marian volviendo a hundir la cuchara en la suave textura del pastel.

- Debe ser porque lo hiciste tú.

- También ayudaste.

- Pero te mereces todo el crédito. Eres encantadora, pero debes descansar.

Se despidieron por segunda vez en el día y una vez más casa uno se marchó tomando una distinta dirección.

586 palabras 💚💙

Juntos en Sherwood - Una Promesa para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora