Capitulo 12.

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Neyl Pockerman.

Odio este lugar, miro por la ventana de mi habitación dónde veo las luces de la ciudad.

Respiro profundo mientras cierro mis ojos.

—Neyl—La ama de casa habla en la puerta—Simón vino a verte.

—Pues que se vaya de nuevo—Digo sin voltear.

—Como ordene.

Ruedo mis ojos.
Simón es hijo de uno de los socios de Mattew, quiere que me haga amigo de él, para que su padre haga una gran inversión en su empresa.

Ya que tenemos una “gran amistad”

Esto es una mierda.

Me doy vuelta para caminar al closet, lo abro en busca de algo decente.
Toques a la puerta hace que voltee.

—¿Se puede saber por qué no quisiste ver a Simón?—Mattew habla.

—Por que no me dió la gana—Me encojo de hombros—No pienso hacer lo que tú quieras.

Está a unos pasos de mi, su cara está roja por el enojo mientras que sus ojos verdes tan parecidos a los míos, me acribillan.

—Neyl, te recuerdo que...

—Tengo que hacer lo que tú digas, si quiero ser alguien en esta vida—Digo lo que me ha repetido una y otra vez desde que llegue.

—Es algo fundamental—Trata de relajar su postura—Hijo...

—Yo no soy...—Trato de controlarme—Saldré.

—¿Con el permiso de quién?

—El de Dios, por qué ya me voy.

Camino tratando de pasar por su lado, pero me toma de la camiseta estampandome en la pared.

—Escuchame—Dice muy cerca de mi cara—La ramera de tu madre ya no está, por lo tanto yo soy el que está a cargo de ti, el que te viste y da de comer...

—Te recuerdo que eso lo elegiste tú, por qué nunca en mi jodida vida te pedí que me trajeras contigo.

Me mira con rabia y yo igual, me suelta y da un paso atrás.

—Neyl, si queremos duplicar la fortuna debemos...

—¡Joder yo no quiero nada de tu maldito dinero!—Exploto—No necesito nada de tí.

Va a decir algo pero me doy vuelta para irme, salgo dando un portazo.

Bajo al estacionamiento donde están los guardaespaldas esperando.

Subo al auto.

—Al club más visitado en la ciudad—Digo.

—Señor usted es menor de edad.

—Me valen tres hectáreas de mierda, llevenme, necesito un trago.

No dicen nada y emprendemos la marcha, personas pasan de aquí y allá.

Llegamos al lugar indicado. Salgo y ellos se quedan en el auto.
Voy a la puerta y muestro la identificación.

—Un Pockerman—Dice el portero—¿Familia de Nerio?

Niego con la cabeza.

—No puedes pasar—Se pone en medio.

—Y si—le tomo la mano con un billete de cien dólares, el asiente antes de dejarme entrar.

El ambiente está bien, hace un poco de calor y la masa de gente hace que se dificulte un poco caminar hasta a la barra, pero lo consigo.

—Ron—Digo serio y el barman asiente.

—¿Neyl?

Una chica pelirroja que conozco muy bien me sonríe.

—Hola Shamira—Sonrio.

—¿Que haces aquí?—Se acerca a saludar—¿Estás con Nerio?

—¿El está aquí?

—Siempre lo está—Rueda sus ojos—Desde que Sharoon es novia del dueño, él siempre viene.

—Oh, pues no le digas que me viste—Me encojo de hombros y recibo el trago—No estoy de humor para verlo.

Ella asiente mientras me guiña el ojo.

—Entonces tendremos que ir a un lugar más privado—Propone—Ya que aquí, impestado de gente te verá mucha más rápido.

La miro, y lleva un vestido negro ajustado que le realza las tetas, paso mi mirada por su piernas y ella muerde su labio.

—Esta bien—Me encojo de hombros—Son quince dólares.

—¿Que?

—Es por lo buenos tiempos—Le sonrío pícaramente y se sonroja.

Busca su cartera y me da el dinero.

—Espera Shar es bro...

Une nuestros labios y su mano recorre mi pierna hasta llegar a mi cremallera.

—Ya pague, ahora quiero mi mercancía—Toma mi mano y me jala hasta llegar a unos de los cubículos del baño.

Me besa desesperante y con sus manos desabrocha mi pantalón, baja por mi cuello haciendo que descargas viajen por mi cuerpo.
Se despega para mirarme fijamente y sus ojos cargados de deseos hacen que mi miembro se endurezca. Vuelve a unir nuestros labios y acaricia mi cuello con sus manos; la tomo de las caderas pegandola a mi.

—Hazlo Neyl.

Le doy vuelta y la inclinó un poco sobre el inodoro, moviendo hacia un lado su pantys, llevo dos dedos a mi boca y los escupo para luego pasarlos por su intimidad haciendo que un pequeño jadeo salga de su boca, abrió un poco más las piernas mientras arqueaba la espalda en la espera, ubico la punta en su entrada y escucho la exhalación de placer que suelta.

—¡Duro Neyl!—exige.

La deslizó toda de un tiron haciendo que jadee, salgo y vuelvo a entrar bruscamente y ella cierra los ojos; su interior apretado hace que los dedos de mis pies se curven en placer, echo la cabeza hacia atrás mientras busco adaptarme a un ritmo, ella balancea su pelvis en busca de su  propio placer y yo del mío.

Cierro los ojos. Esto es exquisito.

Agarró un ritmo acelerando más, tomo su cabello y ella se abre más para mí.

—¡Joder Neyl!

Hago que se incorpore aumentando la velocidad el cabello se le adhiere a la frente, mi mano juega con su pezón mientras nuestros cuerpos suben y bajan.

Le doy estocada duras y ella gime más fuerte.

Tapo su boca.

Y me mira débil.

—Ahora cállate y aguántate—Acelero.

El sonido de nuestro cuerpos chocando hace eco mientras que ella pone sus ojos en blanco.

Me toma de la camisa y se deja ir en el orgasmos que le he provocado, siento como se tensan mis hombros así que lo saco, masturbo unos instantes antes de venirme sobre mi mano...

Luego de arreglar mi ropa, salgo por el club, las chicas me miran coquetas y yo solo ofrezco dulces sonrisas.

Llegó a la barra y pido otro trago.

Veo la cabina del Dj y puedo ver a Sharoon con un hombre muy alto a su lado, pocos minutos aparece Nerio riendo con una chica.
No puede verme.

Salgo del club y subo al auto.

—Llevenme a casa.

Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora