Capitulo 21.

82 13 0
                                    

—Oh Dios Neyl ¿Lo mataste?

—¡No obvio no!

—¿Y entonces por qué estas tan preocupado?

No contesta, solo le hace seña al chófer para que conduzca. Nos sumergirnos en un incómodo silencio ya que el solo revuelve su cabello con preocupación y que no me diga que sucede hace que mi espalda se tense.

Te quiero ayudar Neyl. Solo dime qué te pasa.

Nos detenemos y junto bajamos del auto, subimos por el ascensor hasta el penthouse.

Él sale hacia las escaleras así que yo me quedo parado.

—¿Que mierda haces?—Dice cuando ve que no me muevo.

—Espero lo que vas a buscar.

Rueda los ojos.

—Sigueme.

Ahora soy yo el rueda los ojos, llegamos hasta una amplia habitación, todo está perfectamente acomodado y el color pastel de las paredes llaman mi atención. Debería poner este color en el local, sí creo que sí lo combinara con negro...

—Nerio—Neyl me saca de mis pensamientos.

—¿Uhm?

—¿Que carajos te pasa? Estás distraído.

—O tu muy frenético, la verdad es que no sea cuál es el problema de que haya muerto si tú lo odiab...

Me quedo callado cuando abre la puerta de una caja fuerte en la pared. Él me mira mientras rasca su cabeza.

—Antes de morir—Comienza—Me dijo la combinación y dónde podría encontrarla.

—Eres...—Trago saliva sin poder creerlo—Millonario Neyl.

—Y en el banco hay más—Se mueve inquieto—Te traje ya que hoy viene el abogado. No quiero estar solo—Me mira a la espera de una respuesta.

—Claro que te acompañare.

Parece relajarse con mis palabras.
Mira de nuevo a la caja.

—Es mucho ¿cierto?—Dice mirando los fajos.

Yo sabía que el padre de Neyl tenía dinero, ya que durante un tiempo los investigue, pero no crei que tendría tanto y todo seria de Neyl algún día.

—Si—Digo también mirando el dinero.

Luego de cerrar la caja fuerte, Neyl habla por celular y parece un poco frustrado por lo que le dicen al otro lado.

—Era tu hermano no el mío—Dice con sequedad—Yo a ese hombre no le debo nada—Se queda callado escuchando lo que contestan—Si hubiera querido que te quedarás con todo su maldito dinero no me fuera buscado y traído aquí.

»¿En serio crees que me importa el dinero?—Continua—Jamás quise que esto pasara, yo estaba muy bien antes de que él llegará—Frunce el ceño cuando le contestan—No pienso perder más mi tiempo. No me iré a Australia y no compartiré nada contigo.

Corta la llamada y mira por la ventana con rabia.

Después de un largo rato de espera, me dice que el abogado vendrá por la mañana así que sigo a la señora de servicio hasta la habitación de invitados.

Mi cuerpo se siente realmente cansado así que me quito los zapatos y me acuesto. Quedándome profundamente dormido.

La mañana siguiente tocan a mi puerta y me indican que el hombre llegará dentro de poco. Así que voy al baño y lavo mis dientes al igual que mi cara.

Después bajo al comedor.

—Espero no molestarte con esto Nerio—Dice Neyl, se le ve un poco más relajado, pero aún hay sombras negras debajo de sus ojos, ¿Cuántos días lleva sin dormir?—Se que tienes mucho trabajo y que no puedes perder el tiempo en tonterías. Pero te lo compensare.

—No es una tontería, y claro que no molestas. Eres mi hermanito después de todo.

Una risa fugaz se posa en sus labios antes de volver a su desayuno.

¡Al fin llega el abogado! Luego de esperarlo casi toda la mañana.

—Disculpen, he tenido un inconveniente.

Asiento mientras que Neyl lo mira inexpresivo.

Tomamos asiento. El hombre saca de su portafolio una hoja y ajusta sus gafas.

—Ya que estamos todos presentes procederé a la lectura del testamento del señor Mattew Cliveland—Abre la hoja antes de aclarar su voz—Enero 26 del 2018 yo Mattew Cliveland, redacto mi testamento en compañía de Harold Paxton. Dejando claro que el día de mi muerte mis vienes se repartirán de la siguente manera.

»Deseo dejarle mi casa de campo y la de Manhattan a la familia de mi esposa Gloria, como una agradeciendo por haberme permitido pasar los mejores años de mi vida.

—¿Podemos saltar toda esa parte?—Interrumpe Neyl—No tengo todo el día para escuchar las palabras de un muerto.

El hombre se remueve incomoda.

—Claro. Y a mí hijo Neyl único heredero(vivo) le dejo el resto de mi fortuna junto con el mando de  mi empresa.

Mi cara se calienta y volteo a ver a Neyl, quien se ha quedado totalmente en shock.

—¡Te han dejado una jodida empresa!

Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora