Capitulo 22.

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Nos quedamos en silencio asimilando lo que acaba de salir de la boca de aquel hombre.

-A mi hermano Angust le dejo la sucursal Australiana-Él hombre toma silencio-Creo que esa parte debería leerla ante el señor Cliveland.

-Me importa una mierda lo que le haya dejado a ese ser-Neyl contesta tajante.

-¡Neyl!-Le palmeo el hombro, consiguiendo una de sus miradas frías-Gracias por tomarse el tiempo de venir.

-Es su trabajo-Neyl habla pero lo ignoro.

-Dejeme acompañarle hasta el ascensor-Le ofrezco una amable sonrisa.

-Creo que eso no será posible. El señor aún tiene que firmar algunos papeles.

Neyl enarca una ceja y el hombre saca papeles del portafolio. Para luego estirarselos.

-¿Que es esto?-Dice acomodando las mangas de su camisa.

-Son los traspasos a su nombre señor-Le pasa el bolígrafo.

Neyl lee la hoja con atención mientras yo me sirvo un vaso de jugo de naranja.

-¡¿Como que me tendré que ir a Toronto a estudiar administración?!

Suelta y yo escupo el jugo.

-Fue una de las condiciones que dejó su padre señor, mientras usted está en sus tutorías el señor Angust dirigirá la empresa. Todo estará a su nombre, solo que aún no podrá hacerse cargo de tal responsabilidad.

-Sabia que algo faltaba-Se peina con las manos mientras ríe irónicamente.

-Creo que deberías callarte y firmar el papel.

Hablo ganandome la atención de ambos. Neyl me mira con atención, mis ojos le dan la orden y él rueda los ojos antes de resoplar.

-¿Dónde debo firmar?

¿Neyl está haciendome caso?

¡¿Esto está pasando?!

Luego de firmar y un par de charlas más. Él hombre se retira dejándonos solos.

-En serio iré a Toronto-Dice mirando un punto en la mesa.

-Es lo que parece-Miro el piano en medio de la sala.

Resopla.

-Todo pasa tan rápido-Dice restregando su cara y luego me mira-Parece que han sido siglos desde que no hablamos.

-Sí, ha paso tiempo-Contesto luego de un rato.

Veo sus facciones maduras, sus ojos verdes más oscuros y su cabello se ha vuelto más claro y cae desornado sobre su frente. Ojeras debajo de sus ojos y su tez está más pálida.

-Pareces un puto zombie-Digo después de detallarlo.

El suelta una sonara carcajada.

-Lo siento por no verme tan bien como tú.

-Te disculpo.

Ambos reímos.
Hace mucho que no lo hacíamos.

-Y dime ¿En qué trabaja Nerio Stanley Pockerman?

-No me llames así-Le lanzo una cojín-Abrire mi propio club -Me encojo de hombros-He duro trabajado los últimos años para comprar el local.

Lo veo asentir.

-¿Que hay de tí?

-He estudiado-Dice con indiferencia-Resulta que soy un genio en las matemáticas.

-Eso es maravilloso.

-¿Y cuando abrirás tu club?-Se acomoda más en su asiento para mirarme.

-Aun lo sé, a penas compré el local, aún tengo que hacerle remodelaciones. Creo que en medio año de trabajo, podré lograrlo.

Sonrío feliz, hablar de mi club me llena de ilusión.

Luego de una tarde de risas, bromas y ayudar a Neyl hacer sus maletas. Decido que ya es hora de ir a casa.

-Hey Stanley-Neyl habla desde el segundo piso del penthouse.

-¡No me llames así pesado!-Digo volteando a mirarlo con mala cara.

-Ya no tendrás que esperar medio año-me lanza un maletín- Es mi regalo por ser el padrino del local.

Lo miro perplejo antes de abrir el maletín y verlo repleto de dinero.

-No, esto es demasiado...

-Aceptalo, eres mi hermanito después de todo-Me guiña el ojo después de recitar las mismas palabras que le había dicho en la mañana.

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Sharoon prepara omelettes mientras habla conmigo por Skype.

-Entonces en dos semanas es la inauguración-Dice al voltear la tortilla.

-Eso es lo que quiero. Ya mandé hacer las remodelaciones.

-No puedo creer que Neyl te haya dado tanto dinero.

-Yo no puedo creer que se haya ido a Toronto-Meto una cucharada de macarrón a mi boca.

Dos semanas después.

Mi traje rojo resalta en el espejo, mientras arregló la corbata negra, Sharoon ajusta su vestido de lentejuelas rojas a mi lado y me guiña el ojo antes de caminar decidida a la puerta.

-Es hora-Dice antes de salir.

Salgo del vestidor. Chicos caminan de aquí a allá en busca de sus puestos de trabajos, a tan solo minutos de la inauguración.

El mini vestido ajustado de cuero de las chicas resalta por todo el lugar mientras que los chicos solo llevan un ropa interior del mismo material, todos hacen un círculo a mi alrededor cuando me posicionó en el centro.

-Hoy es un día especial, ya que hoy abriré mi primer club en la ciudad. Y quiero darle las gracias a todos por estar aquí, sin duda será una gran noche.

Todos aplauden eufóricos.
Así que con una gran sonrisa camino a la entrada, dónde cazadores ya están ubicando a su presa.

-Gracias por estar aquí este día, por compartir conmigo uno de mis más grandes sueños.

Todos aplauden.

-Bienvenidos a ARITZONA.






Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora