Capitulo 43.

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Estoy mirando el techo de mi habitación.

La cara de Lieth mirándome con desprecio no deja de rondar en mi cabeza.

Neyl esta en la sala preparando unos tragos.

—Definitivamente el amor no es para mí—Digo al verlo entrar.

—No pienso igual—Me entrega un vaso.

—Ella ya no quiere verme y todo por culpa del idiota de Rail.

El suspira.

—La verdad en estos temas no soy muy bueno, ya que la he cagado bastante con Amanda, pero de algo estoy seguro—Le da un sorbo a su whiskey—Entre ustedes hay una química sensacional, los ví en el penthouse y en la fiesta de Sofi—Me palmea el hombro—Y tienes que entenderla, su esposo murió hace un par de años. Era su compañero y talvez le da miedo abrirse, ya que supongo que cuando lo hizo una vez. Él tuvo que partir.

Suspiro cansado. Neyl tiene razón.

—Debo darle su espacio—Digo y el me lanza un cojín.

—¿Eres idiota?

—¿Que?

—Enamorala, has que se sienta segura contigo. Por eso es que no tienes pareja, no peleas, solo te das por vencido.

—¿Y que quieras que haga?

—No se, pero no seas un imbécil.

Lieth.

—Última postura chicas—Digo para toda la clase.—El puente.

Todas nos ponemos de espalda al piso y la elevamos sosteniendonos con manos y pies.

—Sostengan un par de segundos más—Hablo—Ya.

Todas tiran al suelo.

—Fue una gran clase—Digo y todas aplauden.—Nos vemos la semana que viene.

Algunas se despiden y otras se acercan a hablar.

—Te espero—Dice Amanda.

—No es necesario, tomaré el bus. Dale mis saludos a Neyl.

—¿Segura?

Asiento.

—Vale, nos vemos después.

Estoy recogiendo las colchonetas y poniendolas apiladas. Suena la puerta.

—Ya se acabó la clase—Digo pero no hay respuesta. Me doy vuelta y me quedo helada.

Nerio sostiene un ramo de flores precioso, no se mueve, solo me mira como si no supiera que hacer.

—Ya voy a cerrar—Hablo después de parpadear un par de veces.

—Lieth...

—Si no vienes a apuntarte en una clase, agradecería que te vayas.

—No me iré.

—Entonces lo haré yo.

Tomo mis cosas y estoy por pasar pero me sujeta el brazo.

—Sueltame.

—¿Lo estoy intentando, okey?

—¿Que?—Digo extrañada por sus palabras.

—Estoy peleando por ti—Dice—No soy bueno en esto, las veces que he creído estar enamorado. No me ha ido muy bien y me da miedo, pero estoy peleando. Peleó por ti, por mi, y por nosotros. Se que será apresurado y es una locura que diga que este enamorado.  Pero me gustas, joder como nunca me había gustado nadie.

Trago saliva.

—Tienes el poder de hacer lo que quieras conmigo Lieth—Mira sus pies—Sere tu sumiso si así lo deseas. Pero no me alejes.

Esas últimas palabras hacen que mi pecho sienta presión.

Mi mano se sube lentamente y tomo las flores, él alza la mirada.

—No me gustan los sumisos.

Sonríe y me rodea la cintura con sus brazos, me alza despegando mis pies del suelo.

Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora