Capitulo 20.

76 13 0
                                    

Sharoon

Kein sonríe abiertamente antes de voltear mi asiento hasta que mis piernas quedan al frente de él y así poder meterse entre ellas.

Ese movimiento me toma por sorpresa.

Su manos van a mis caderas apretandolas hacia él para que pueda sentir su erección.

—La verdad es que desde que llegamos e imaginados diversos escenarios en mi cabeza—Esconde su cara en mi cuello para besarlo—Y en todas pedías más.

Sus palabras hacen que un caluroso escalofrío recorriera mi cuerpo, echo mi cabeza hacía atrás para darle mejor acceso a mi piel. Su lengua de desplaza sin pudor y con pequeños mordisco hacen que jadeos bajos salgan de mi boca.

—Ves a esa chica que está ahí—Susurra en mi oído y yo asiento mirándola—Desde que llegamos no ha parado de mirarte.

La miro fijamente y veo como no despega su mirada de nosotros.

—¿Le pregunto si quiere acompañarnos?—Kein se despega unos centímetros para que sus ojos morrones ahora dilatados me miren con atención.

Miro de nuevo a la mujer, es morena y con una muy buena figura, muerde su labio cuando nota mi atención.

Asiento tímidamente y él sonrie.

No puedo creer que haga esto.
Toma mi mano para que caminemos, junto a la chica él susurra algo en su oído y ella asiente con una gran sonrisa.

Llegamos a una habitación privada.

—Te va a gustar—Dice sentadose.

—¿Que haces?—Digo cuando veo que está sentado.

—Observar.

Dicho esto, la puerta se abre y la mujer entra. Contonea sus caderas hacia y en un moviento que me deja sin aliento. Planta su boca sobre la mía.

Me despegó rápidamente.

—¿Que haces?—Digo mirandola.

Ella me mira confusa y luego mira a Kein.

—¿Primera vez?—Dice y el asiente—Tranquila preciosa, solo déjate llevar.

Su mano va mi cara y en un moviento suave acaricia mi pómulo. Ese gesto tan dulce hace que mis músculos se relajen, miro sus carnosos labios y siento unas inmesas ganas de besarlos.

¿Que me ocurre? No es que me gusten las chicas.

Ella sonríe pícaramente y lentamente acerca su cara a la mía, tira suavemente de mi labio inferior haciendo que un leve gemido escape de mi boca. Su lengua se abre paso en mi boca al igual que sus manos van a mi culo para apretarlo.

Después de una sesión de besos calientes me tira sobre la cama.

Ayuda a quitar mi ropa y yo la ayudo a quitar ese ajustado vestido gris que lleva.
Sus pechos quedan expuestos y sin pensarlo llevo mi boca a uno de ellos, se los chupo como a mí me gusta que me lo hagan y gemidos de placer la dejan.

—Eso nena—La voz ronca de Kein habla a un lado—Disfruta....

Ella despega mi boca de sus pechos para volver a besarme, arqueo mi espalda al sentir sus dedos es mi resbalosa entre pierna.

Nerio Pockerman.

Llega de nuevo la hora de entrar al trabajo así que camino para tomar el bus.

Cuando llega el restaurant está lleno así que voy corriendo a cambiarme. Estoy tomando pedidos y camino de aquí a allá, es la hora del almuerzo así que empresarios y empleados piden y piden sin cesar.

—Señor Crosswell—Digo poniendo el plato sobre la mesa.

—Vamos Nerio, puedes decir Liam—Sonrie así que yo igual—Mucho trabajo ¿He?

Asiento, conocí a Liam en el club cuando me pidió que participará en un trío con su esposa, que está buenísima. Pero ese no es él caso.

—Demasiado—Digo posicionando las servilletas a su alcance.

—Si quieres puedo ofrecerte un puesto en mi empresa, sería un placer y Vall estaría contenta con saberlo.

—Es un gran propuesta pero me temo que tendré que rechazarla, ahorita solo quiero hacer dinero para mí proyecto.

—¿En qué trabajas?—Dice interesado.

—Ya lo verás Crosswell, ya lo verás—Digo dandome vuelta para ir a recoger el próximo pedido.

•••••••••••••••••••••™•••••••••••••••••••

Ya es de noche y mi cabeza está arrecostada en una de las mesas, sin duda este día sido agotador.
Pero aún tengo que reunir para las remodelaciones.

Llegan las personas que trabajan aquí por la noche.

—Tu no deberías estar aún aquí—Olivia una chica que trabaja aquí, me habla.

—Pedi doble turno—Respondo sin ánimos. Quiero irme a dormir.

Me levanto hacia la cocina y tomo agua para luego con una de los mejores sonrisas ir a atender al público.

Luego de una larga y tortuosa jornada de trabajo, me cambio para salir, el frío de la calle me pega en el rostro y suspiro.

Estoy por caminar cuando dos hombre muy grandes se ponen en medio, no dicen nada solo me sujetan y arrastran a una camioneta negra.

—Sueltenme—Forcejeo.

Al llegar me empujan dentro.
Un despeinado y malhumorado Neyl me mira.

—¿Pero que carajo...

——Ah muerto—Es lo único que dice.

—¿Que?, Pero ¿Quien?

—Mattew—Se despeina con las manos y luego sonríe con ironía—Mattew a muerto.

Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora