Capitulo 13.

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Quiero disculparme por no actualizar rápidamente, solo es que he entrado en unos bloqueos que Dios... De nuevo disculpas y espero les este gustando esta historia:3.

Sin más que de decir: Rueda el telón!!

Nerio Pockerman.

¿Dónde carajos estoy?

Es rosa espeso de mi alrededor hace que me mareé un poco, las cortinas se abren un con el viento que entra por la ventana mientras que me incorporo lentamente intentando recuperar la  compostura.

Busco mis zapatos en algún lugar de la habitación, los halló debajo de la cama, me los calzo antes de mirarme en el mini espejo que hay en una de las paredes.

Rebuscó en mis bolsillos y consigo mis lentes de sol, me los pongo y peino un poco mi cabello con las manos.

La puerta se abre y me doy vuelta rápido, una mujer con un delantal me mira.

¡¿Me he acostado con una anciana?!

Ella sonríe.

—Ya despertaste—Dice parada junto a la puerta—El señor lo espera en el comedor.

—¿Que señor?

Ella no dice nada solo se da la vuelta y vuelve a salir.

¡¿ME HE TIRADO A UN HOMBRE MILLONARIO?!

Por lo menos tiene mucho dinero.

Joder conciencia es un hombre.

Con dinero...

Basta.

Camino por el pasillo, es largo y llegó a unas escaleras, al bajarla llegó a una elegante sala de estar donde aun costado se puede apreciar un comedor.

—Crei que habías caído en coma.

Lo miro perplejo.

—¿Neyl?

—No, Bruno—Rodó sus ojos.

—Pero... Cómo... ¿Cómo haz estado?

—De la mierda—Me sonrío— Gracias por preguntar.

—¿Como llegué aquí?—Camine lentamente a la mesa donde se encuentra comiendo un emparedado.

—Pues—Hace una pausa para tomar tomar jugo—Yo me iba de la fiesta...

Neyl Pockerman.

—¡Joder ya arranca!—Le grito al chófer, pero este me ignora distraído en la pelea que se ha formado en la puerta—¿Tienes problema de sordera o?

—¡No Brandon!—Una chica morena se mete en medio—¡Deja de ser un imbécil! ¡YA TU Y YO NO TENEMOS NADA!

Indago un poco más entre los peleadores y cierro los ojos cuando lo veo.

—Maldita sea—Suelto abriendo la puerta y cerrándola de portazo.

Camino a toda marcha hasta postrarme en medio, un hombre muy alto se cierne sobre mi con una mirada rabiosa.

—¿Que quieres niño?—Me dice—Es mejor que te vayas si no quieres problemas.

—El que debería irse eres tú—Escupo en su mismo tono—Ahora vamonos Nerio.

Me doy vuelta para irme con el borracho que tomo del brazo pero siento una mano sobre mi hombro, miro por encima del hombro al tipo.

—Te dije que te fueras—Ejerce presión.

Suelto a Nerio para voltearme, y con mi puño tomo impulso dándole directamente a la nariz, que se rompe.

—Y te dije que él que tenía que irse eras tú.

La chica corre a brazos de Nerio.

—¿Estas bien?—Le pregunta.

—¿Es tu chica?—Le pregunto cuando lo tomo del brazo de nuevo.

El me mira—Ni siquiera la conozco.

—Apartate— La quito de en medio cuando lo voy a subir al auto.

—¡Oye que te pasa!—Me grita—Eso no es caballeroso.

—Menos mal no soy un caballero—Me monto—Ahora quítate del medio.

Ella se hace un lado del auto arde mala gana. Y arrancamos.

Después de unos minutos, estamos en el penthouse. Voy a llevarlo a la habitación pero, se safa de mi agarre y comenzó a balbucear cosas y caminar sin sentido.

Trate de agarrarlo pero se volvió zafar, subió las escaleras.

—Nerio—Le susurro—Joder a dónde vas.

—A dormir—Dice y se empieza a reír—Dormir que gracioso.

—¡Ven aquí!

Le digo cuando abre la puerta de la señora de limpieza.

Ella sale somnolienta.

—Que ocurre señor—Me pregunta.

—Disculpa Johan—Digo—Esta un poco ebrio no quería molestarte.

—Oh no señor, descuide...

Cuando busco con la mirada a Nerio, no está... Joder.

Veo dentro de la habitación y lo veo dormido con la boca abierta y un brazo sobre sus ojos.

—Joder—Susurro cerrando los ojos y Johan ríe por lo bajo—¿Puedes dormír en el cuarto de invitados?

—Por su puesto señor—Asiente.

—Gracias—Suspiro—Buenas noches.

—Que descanse.

A la mañana siguiente me levanto temprano y veo a Mattew desayunando, así que me voy a hacer ejercicio al balcón.

Se va y ordenó que me traigan el desayuno, me estoy acostumbrando a esto.

Después de un rato veo a Nerio con unos lentes ridículos.

—¿Asi que me trajiste aquí?

—No—Contesto con sarcasmo.

—Te he estado buscando—Me dice mirando la mesa.

—¿Para qué?—No le doy importancia.

—¿Como que para qué?, eres lo único que me queda—Siento como se le descompone la voz.

—No seamos frágiles—Digo dándole otro sorbo a mi jugo—Nuestras mamás ya no están, solo tenemos que ser fuertes y seguir.

—Lo dice el que vive en un penthouse—Ironiza.

—¿Crees que me gusta vivir con ese señor?

—Estas mucho mejor que yo—Dice.

—¿Estas en la calle?

—No... Por suerte me tope con una gran familia.

—¿Tienes una familia?

—Supongo.—Mira sus dedos.

Nos quedamos en silencio.

—Creo que será mejor que me vaya—Se levanta y toma un emparedado—Me alegra ver qué estas bien, supongo que no te quieres ir de aquí—Dice caminando al ascensor.

—Deja de beber de esa forma—Le digo cuando veo que toma el ascensor—Te traerá problemas.

—No te prometo nada.


Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora