Capitulo 18.

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Luego de dejar a Patri en su casa, llego a casa de Geibth.

Alfred está dormido en el sillón con el televisor encendido así que trato de pasar en silencio para no despertarlo.

Pero como siempre. Es imposible.

Maldigo su sueño ligero...

—¿Donde estabas cabezota?

Volteó y lo veo incorporado su cabello está despeinado sobre su frente y me mira con una ceja enarcada.

—Te recuerdo que hoy teníamos algo pendiente y me haz dejado mal.

Cierro los ojos.

La salida al cine con las chicas.

—Pues estaba...

Él abre la boca en asombro y me escanea.

—Como no lo he visto antes—Dice—Hueles sexo.

—Alfred. Cuida tus...

—No Nerio, estoy muy indignado hermano, hoy se suponía que el que tendría sexo era yo.

Suelto una carcajada.

—¿Quien es la chica?

—Se llama Patricia.

—Patricia—Oigo decir atrás de mi así que me volteó—Mi Patri.

Ruedo los ojos al verla.

—Si.

—Creo que me voy—Alfred se levanta y pasa por su lado.

—Yo igual—Trato de pasar pero me toma del brazo—Suéltame.

—Nerio, Cariño, hablemos.

—Ya las cosas están claras Daniella. Así que déjame en paz.

—No... No puedes hacerme aún lado...

—Claro que puedo y ya lo he hecho.

—Entonces prepárate para quedar de patitas a la calle.

Me sonrie.

Y yo sé la devuelvo.

—Tranquila yo he venido a empacar.

—¿Cómo?

Su cara de triunfo queda totalmente suplantanda por una de confunción.

—Me voy a mudar—Sonrío al ver su cara de asombro—espero tu boda sea maravillosa.

Le doy un beso en la mejilla. Paso por su lado dejándola sola en la oscuridad de la sala.

Dos años después.

El sudor baja por mi espalda mientras la rubia sacude su cuerpo debajo de mí.

—Oh Dios... Nerio...

Un orgasmo la sacude y ella cierra los ojos mientras sus manos se aferran a las sábanas.

Sonrío antes de bajar la cara para darle un beso en los labios.

—Voy tarde—Susurro cuando no me quiere soltar.

—Uhg, odio ese trabajo.

Me suelta, así que me dirijo al baño. Después de mi ducha ya el desayuno está sobre la mesa.

—Todo se ve de maravilla.

—Tú eres una maravilla—Me guiña el ojo.

Después del delicioso desayuno abandono el lugar para tomar el autobús. El día se ve hermoso.

Me pongo los audios y en mis oídos suena “Gangta's Paradise” muevo mi cabeza al ritmo de la música, le sonrió a un grupo de mujeres que pasan cerca de mí. Veo algunas sonrojarse mientras que otras me sonríen descaradamente.

Al llegar a la cafetería donde trabajo, me coloco el delantal de mesero. Camino con una sonrisa recogiendo los pedido u entregándolos. El lugar está repleto de personas.

Sharoon pasa a ver cómo estoy pero se despide al ver que está impestado de personas.

Corro de aquí a allá.

—A mí me traes un filete al vapor, con papas rizadas y de postre una tarta de chocolate.

—Enseguida.

Los pies me duele, pero falta poco.

Con la paga de hoy podré pagarlo.

Al fin llega el final del día y sonrío victorioso cuando recibo mi paga.

Salgo casi dando brincos de felicidad. Tomo mi celular y le marco a la persona más especial que tengo.

—¿Y?—Es lo único que emite al otro lado.

—Si podré comprarlo—Sonrío—¿Puedes creerlo?

—Sabia que podrías hacerlo—La escuché suspirar—Ahora ve a dormir, mañana será una gran día.

Tranco y corro al autobús para que no me deje.

Cuando me levanto la mañana siguiente, estoy totalmente nervioso.

Me levanto a hacer mi desayuno.
Tomo una ducha para relajarme un poco. Al salir voy hasta mi closet y alijo un traje azul oscuro. Peino cabello rebelde que se acomoda como mejor le parece. Suspiro y me miró varias veces más.

Luego busco el maletín debajo de mi cama, lo abro y cuento los fajos de billetes que he ahorrado hasta el momento, sonrío al ver que he alcanzado el objetivo.

Salgo de la casa decidido y tomo un taxi hasta el lugar.

Cuando llego, pago y siento las gotas de sudor bajar por mi nuca. Suspiro pesadamente antes de caminar a la puerta.

Una mujer con una gran sonrisa me recibe.

—Soy Karla—Estira su mano—Tu debes ser Nerio.

—Asi es—Digo mientras asiento tomando su mano.

—Vamos a dentro.

La sigo y un espacioso lugar queda a mi vista, rápidamente mi corazón da un vuelco e imagino las divisiones que le haré.

Después de un recorrido y mostrame cada espacio del lugar, volvemos al sitio inicial. Y convencido de que este es. Poso los billetes encima del escritorio mientras peino mi cabello con las manos.

—¿Es el local más grande que tienes?—Pregunto dando un vistazo a mi alrededor.

—Claro señor Nerio, lo mejor para mi mejor cliente—Dice la mujer que mi vieja amiga Sharoon me recomendó.

—Okey, no tengo todo el día—Veo mi reloj—Lo compro.

—Solo tiene que firmar el papeleo de traspaso a su nombre.

Lo hago y ella asiente.

—Bienvenido a su nueva casa—Dice mientras contenea sus caderas hacia la salida—Aritzona.

Sonrío satisfecho.

Mi celular suena.

—¿Y bien?—Sharoon pregunta con intriga.

—Lo he comprado—Digo tapando mi rostro con una mano—Esto es una locura.

—AAAAA—Chilla al otro lado—¿En que convirtieras ese lugar?—La oigo decir—¿Boutique? ¿Bar? ¿Cafetería?

Sonrío con malicia aunque ella no pueda verme.

—¿Sabes que es un club swinger?













Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora