Capitulo 27.

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¡Doble actualización! Ve al anterior si wattpad te trajo a este^_^.

Sharoon.

Arreglo mi pantalón de cuerina negra, meto mi caseta dentro de ella; Me coloco las botas y ató mi cabello en una coleta alta.

—¿En serio vas a hacerlo?—Klein habla recostado en el mueble.

— Sí—Suspiro.

—Cuidado—Dice cuando me inclino para besarle los labios.

Hice que me prometiera que no iría conmigo, ya que se que me reprimiria y está noche quiero sacar toda mi rabia.

Tocan un claxon afuera y salgo corriendo de casa. Mckenzie espera en el auto.

—¿Cómo está él?

—Hoy comió gelatina—Una sonrisa fugaz llega a mis labios—No quiere que hagamos nada. Dice que no vale la pena.

—Lastima que no pensemos igual—Dice arrancando el auto.

Cierro los ojos.

Prometo cuidarlos a cada uno de ustedes, si alguien les hace daño. No dudaré en encontrarlo y hacerle pagar los que les hizo—Mc habla y la mamá de Neyl sonrie—Y más a ti, obstinado.

Remueve el cabello de Neyl quien hace una mueca de desagrado.

—Pequeña Shar—Me de un dulce, eran pocas las veces que podíamos probar azúcar— Protegelos a ambos, eres más fuerte.

Sonrío antes de meter el dulce en mi boca.

Ese bonito recuerdo llega a mi mente.
Seco la lágrima que está por correr en mi mejilla y sorbo mi nariz.
  Mc hace de que no se da cuenta, pero antes de bajar del auto me entrega un pañuelo, limpio mi nariz y asiento.

Veo como el auto delante de nosotros estaciona y de el bajan cuatro hombres vestidos de negros, usan pasan montañas. Bajamos del nuestro y veo como los otros cuatros bajan de otro auto, nos adentramos en la residencia privada, el pasamontaña me ahoga pero trato de ignorarlo.

El conserje se queda paralizado al vernos y con mi mano le hago seña de que haga silencio, pasamos a su lado en silencio y Mc mete un billete en el bolsillo de la camisa del hombre antes de palmearle el hombro y seguir caminando.

Llegamos hasta la puerta del departamento de Mauro y uno de los hombres la abre, en silencio entremos y empiezo a sentir la adrenalina.

Estan apuntado a todas partes y caminamos despacio, el sonido de un golpe en seco hace que nos paralicemos.

—¿Te gustó eso perra?—Preguntan antes de dar otro golpe, un gemido de dolor resuena.

Me salgo de la formación improvisada que habíamos hecho, camino en silencio por el pasillo hasta llegar a lo que creo que es la sala y ver a Mauro atado a una silla, cubro mi cuerpo con la pared para que no me vean. Un hombre robusto lo golpea mientras una delgada chica y de grandes bubbies graba divertida.

—Dime—él  hombre lo agarra de la camisa—¿Te gusta?

—S..s..si—Habla a través de la mordaza.

—¿Escuchaste amor?—Voltea a ver a la chica quién asiente con una sonrisa.

Empuñó mis manos, ¡Se supone que la que debería estar golpeándolo soy yo!

Siento una mano en el hombro.

—Deberiamos irnos—Mc susurra en mi oído.

—No.

—El es Pather—Dice—No es que me lleve muy bien con él, vámonos.

—Solo un golpe—Digo en súplica.

—Shar.

—Por favor.

Cierra los ojos y maldice por lo bajo.

Antes de que los abra de nuevo ya estoy caminando a la escena.

—Cada cerdo tiene su día de matanza ¿No es cierto?

Me acerco cada vez más.

—¿Quien carajos es está zorra?—Le pregunta él hombre a Mauro quien niega con la cabeza, su vista está nublada por tantas lágrimas que salen de sus ojos.

—Te estás robando a mi presa—Digo presionando el pómulo golpeado de Mauro, que ahora se remueve de dolor.

—¿Te ha pagado el mocoso?—Dice.

—¿De que hablas?

—Entonces no es tu presa— Sonríe.

Mc sale del pasillo.

El hombre rueda los ojos.

—Solo déjala darle un puñetazo y nos largamos—Dice y él hombre niega—No seas infantil, solo es un puñetazo.

Él suspira antes de apartase  y yo me pongo delante de Mauro. Me mira con terror.

Destapó mi cara y él abre mucho los ojos.

—Mirame—Digo cuando cierra los ojos— ¿Querías conocer al diablo verdad?

Sonrío y él niega con la cabeza. Cómo puede se quita la mordaza de la boca.

—Perdon, perdón—Llora—No se en que pensaba.

—Obvio no pensabas—Digo— Ahora es mi momento de no pensar.

Mi puño se estrella contra su pómulo una y otra vez, no se de donde saco tanta fuerza. Solo se que cada vez sé queja más del dolor.

Mc me toma por atrás y alza mis pies del piso, lanzo patadas, furiosa.

Me he segado.

Un gran ruido suena y es cuando reaccionó.

Mauro a caído al suelo ya que le he dado con uno de mis pies.

Su cara está ensangrentada y sus ojos cerrados.

—No debiste hacerle daño a mi hermano—Digo mientras lloro—Eres una escoria—Le escupo—Jodete, maldito—Las lágrimas no dejan de salir— él no le haría daño a nadie.

Mc me sacude con fuerza en señal de que me tranquilice.

Me deja en el suelo, y yo seco mis lágrimas con rabia, bajo el pasamontaña y salgo de ahí.

Bajó corriendo las escaleras y llegó al auto.

Poco despues llega Mckenzie.

—¿Que carajos ha sido eso?—Habla furioso—esto es inaudito—Golpea el volante—Yo también estoy molesto por lo de Nerio, pero casi matas a ese hombre Shar.

—Él ya estaba golpeado—Digo con molestia mirando la ventana.

—Enloquesiste—Dice con los dientes apretados—La idea es vengar, no mancharnos las manos, y menos con sangre sucia.

Ruedo los ojos.

—Lo siento, me deje llevar.

—Ya tuviste lo que querías—Dice encendiendo el auto—No quiero saber que te acercaste de nuevo a él.

Dice y asiento a regañadientes.

Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora