Nerio Pockerman. [Libro II].

Capitulo 30.

Shar escupe su café sobre mi cara.

Hago gesto de asco.

—¿Que te pasa?—Hablo de mala gana y agarro una servilleta para secar mi cara.

—No-no lo entiendo—Habla—¿Estas seguro de lo que acabas de decir?

Asiento.

—Estoy enamorado—Hablo sereno.

Enarca una ceja.

—Como sucedió o que...

—Me di cuenta ayer—La miro de reojo, siento mis mejillas calentarse.

¿Pero que carajos pasa realmente conmigo?

—¿De quien?—Curiosea.

—Patricia —Constesto con tranquilidad y vuelve a escupir su café en mi cara —Maldita sea, ¡Puedes dejar de hacer eso!

—Perdón—Me pasa una nueva servilleta—¿Patricia? ¿En serio?

Se mira molesta.

—¿Que hay de malo en ella?

—Nada, solo el echo de que es una ¡ZORRA!

Los otros clientes de la cafetería en la que estamos nos miran con horror, ante la grosería.

—Baja la voz—La miro serio.

Ella abre la boca pero la vuelve a cerrar poco después.

—No me agrada—Agrega.

—¿Por qué?

Hace una mueca y se encoge de hombros.

—Su vibra no lo sé... No es de mi agrado, solo eso diré.

—Que pena, por qué pienso decirle que sea mi novia.

Shar niega con la cabeza.

—No me parece buena idea.

—Es mi vida—Hablo molesto—Y haré lo que quiera.

—Cuando rompa tu estúpido corazón—Se levanta hablandome en el mismo tono—Ve a buscar a Neyl, imbécil.

Alzo las cejas impresionado.
Shar nunca había usado usado ese vocabulario conmigo.

Toma su bolso de mala gana.

—Shar...

—Adiós—

Me corta yéndose.

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—¿Pero de verdad te gusta?

Alfred habla al otro lado de la línea.

—Supongo.

—Nunca haz tenido novia.

—Corrigete—Hablo—Hemos tenido novia.

—Pero ligo más que tú.

Una ronca carcajada sale de mi garganta.

—En tus sueños.

—Quiero un revolcón—Dice y ruedo mis ojos.

—Estamos hablando de mí. Tus necesidades para después.

—Aja—Se calla—¿Y que harás?

—¿Hacer de que?

—Para proponerle que sean ya sabes... Novios.

Miro el punto fijo de mi techo, suspiro y cierro los ojos.