Capitulo 28.

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Nerio.

Miro a mi alrededor y soy conciente del fuerte dolor de cabeza que me toma, cierro mis ojos y resopló.

¿Debería cerrar el local?

Esa pregunta ronda por mi cabeza una y otra vez, si termine aquí por culpa de un sueño debería alejarme ¿No es así?, Asiento cuando la enfermara dice que me inyectara algo para el dolor.

Ella está recogiendo todo cuando la puerta se abre, Shar entra vestida de negro, frunzo el ceño cuando veo quien la sigue.

—¿Que carajos hicieron?

A Shar le tiembla el labio y desvía la mirada.

—Shar...

Digo casi en un suspiro antes de negar con la cabeza.

—Con permiso—La enfermera rompe el silencio antes de salir.

—Te dije que no hicieras nada—Digo mirándola.

Ignoro la presencia del otro individuo.

—Teniamos que hacer algo, si no, volvería a pasar.

Habla Mc y yo chasqueo la lengua . Shar recuesta su cabeza en mi pecho y suspiro al entender.
Que si la situación fuera al revés, yo habría echo lo mismo, así que después de un largo silencio agrego:

—¿Esta muerto?

Shar levanta su cara para mirarme con horror.

—¿Por quién me tomas?

—Solo preguntaba.

—No Nerio, la idea era dejarle claro que no estás solo, y tienes quien te defienda. Además—Hace una breve pausa—Nunca mancharia mis manos con sangre sucia.

Asiento lentamente.

—Gracias—Digo en un susurro.

—Fue un placer—Me contesta en el mismo tono—Ahora, ¡Recupérate! Apenas es el comienzo de un largo camino. Y tenemos metas que alcanzar.

Sonrío antes guiñarle el ojo.

Tres años después.

Estoy en el almacén haciendo el inventario. Cajas y cajas están en mi campo de visión mientras el movimiento de personas es fluido, caminan de aquí y alla desesperados por sus sitios de trabajo.

El sonido de unos tacones resuenan el la madera del suelo.

—Ya es el tercero—Shar agita sus manos emocionada—Lo siento por no estar aquí más temprano—Quita el libro de mis manos.

Me da un beso en la mejilla.

—No puedo creer esto. Tu tercera inauguración.

Me encojo de hombros.

—Han sido buenos años.

Pasa la mano por la barba que me he dejado crecer.

—Tu mamá está orgullosa, al igual que tú hermana.

Sonrío fugazmente antes de mirar hacia otro lado.

En resumen estos años me he enfocado en trabajar, mi primer local es todo un éxito, tanto así que me ha dado el dinero suficiente para montar otros dos clubes, no clandestinos, pero que de igual forma han tenido gran reconocimiento.

Niego con la cabeza al recordar el loco pensamiento que tuve al salir del hospital, luego de mi incidente con Mauro. Quería cerrar el local.

Tenía miedo de que algo me volviera a pasar.

Nerio Pockerman. [Libro II].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora