Prólogo

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Final del Episodio 9: Los chicos están en la cabaña, han encontrado un arma y MC (nuestro personaje principal, ponle el nombre que quieras) está en videoconferencia con ellos. De pronto reciben una llamada amenazante en el teléfono de Hannah, se corta la luz y un grito resuena en la casa...

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MC: ¿Chicos? ¡¿Qué ha pasado?!

No podía ver nada en la pantalla, sólo oscuridad. Escuché ruidos, golpes, me pareció que estaban corriendo a través de la casa.

MC: ¿Chicos, qué ocurre? Por favor digan algo... ¡¡¡CHICOS!!!

Unos segundos después escuché un golpe sordo y la voz de Thomas: "¡Tenemos que salir de aquí!", y casi enseguida otra voz, la de Lilly, que gritaba con todas sus fuerzas "¡AYÚDAME!".

Pisadas. Gritos. Portazos. Vidrios rotos. Todo pasaba tan rápido que apenas lograba distinguir sus voces o lo que sucedía.

MC: ¿Lilly, Jessy, Tho...?

Un ruido ensordecedor me hizo alejar el teléfono por un momento. ¡¿Un disparo?! Y entonces todo quedó en silencio.

MC: ¡Oh, no! ¿Chicos? ¿Están bien?

Nada, silencio.

MC: ¡Por favor, respondan, no me hagan esto!

Finalmente una risita vino del otro lado, y esa voz, esa misma voz desfigurada que ya conocía muy bien, dijo lentamente: "Te lo advertí", y colgó la llamada.


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Durante un tiempo no supe qué hacer y sólo me quedé allí, mirando la pantalla vacía donde ya no estaban mis amigos. Jake me estaba escribiendo, veía las notificaciones llegando rápido una detrás de la otra, pero no podía enfocar mis ojos, no podía ayudar, no podía hacer nada. ¿De verdad está pasando esto? ¿Es real? ¿Los he perdido?

No podía moverme. Mi corazón casi brincaba dentro de mi pecho y el aire no me alcanzaba, era como si no lograra llegar a mis pulmones. Estaba mareada y sentía gotas de sudor corriendo por mi espalda. No, no, no... ¿qué hago? ¿Qué hago? ¿QUÉ HAGO? ¡¿QUÉ HAGO?!

El teléfono comenzó a sonar. Mi ringtone se escuchó una y otra vez, pero yo no podía mover mis dedos. Todo estaba borroso y desfigurado, como si estuviese viendo la realidad a través de un cristal húmedo. Quise gritar y mi garganta se cerró en seco al comprender que no serviría de nada... Estaba sola.

Duskwood: el hombre tras la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora