Tranquilicé a mis amigos como pude y apagué el teléfono. Necesitaba un rato a solas para procesar mis pensamientos, y a eso no ayudarían sus preguntas sobre mi discusión con Jake ni sus opiniones sobre si debería ir a Duskwood o no.
Por otra parte, mi dolor de espalda ya estaba a punto de volverme loca, mis costillas latían y el aire que respiraba me entraba muy caliente por la nariz. No puedo creer que vaya a enfermarme justo ahora... Busqué el termómetro y sí, tenía fiebre. Simplemente estupendo.
Decidí que eso no iba a detenerme de todos modos, así que me abrigué bien y salí de casa. Justo en la esquina de mi calle había una farmacia, y caminar hasta allí me vendría bien, al menos respiraría aire fresco.
Por el camino intenté repasar mentalmente todo lo que necesitaría para ir a Duskwood. No iba a estar mucho tiempo en el pueblo, y ni pensar en quedarme con alguno de mis amigos. Sería muy sospechoso y el secuestrador o la policía podrían atar cabos rápidamente, lo cual sería peligroso tanto para mí como para ellos. El motel era la mejor opción... ¿Tendrá un restaurante chino enfrente?
Joder, ya estaba pensando en Jake.
Me dolía recordarlo, pero no podía evitar que mi mente viajara hacia él y hacia cada conversación que tuvimos en el pasado, esas pocas veces en las que se permitió conversar conmigo de otra cosa que no fuese nuestra investigación.
Siempre que terminábamos de hablar, yo volvía a leer cada una de sus palabras una y otra vez con mil mariposas revoloteándome en el estómago. Y esa vez, cuando me habló sobre el restaurante implicando sutilmente que le gustaría invitarme a una cita, no pude dormir imaginando cómo sería. Siempre se preocupó por mí, siempre me dijo que para él yo era diferente... ¿Fue de verdad una mentira?
"No me gustas de esa forma", ¿fue eso lo que dijo?
Volví a sentir el mismo pinchazo en el corazón y me odié por ser tan tonta. Si dijo la verdad, significaba que me estuvo manipulando todo el tiempo, dándome falsas esperanzas para cumplir sus propósitos. ¿Realmente podía llegar a ser tan cínico? No, algo dentro de mí se negaba a creerlo... Entonces, ¿mintió? ¿Para qué, para protegerme otra vez?
Una oleada de indignación me estremeció por completo. Si mintió, significa que es un cobarde que no se tomó el tiempo de conocerme y ponerse en mis zapatos. ¿Que no puede ponerme en riesgo? Ya sé que todo esto es peligroso, y lo asumo. ¿Por qué esa insistencia insana en mantenerme a salvo? ¿Acaso ha pensado en cómo me hace sentir eso? Como una chiquilla idiota que todo el tiempo necesita que la salven. Estoy aquí porque quiero, porque comprendo lo que está en juego y estoy dispuesta a enfrentarlo. ¡No tengo cinco años, joder!
Una voz familiar me sacó de mis pensamientos: "¿Estás enferma?"
Me sobresalté por un momento y miré a mi alrededor. Estaba ya en la farmacia y ni siquiera me había dado cuenta. Había una pequeña fila de personas, y ante mí un chico se inclinaba para mirarme con expresión preocupada: mi vecino.
Se había mudado hacía un tiempo y vivía en el apartamento de al lado. Era un chico de pocas palabras al que de vez en cuando veía sentado en su terraza, que colindaba con la mía, y tenía un halo de serenidad y misterio que lograba atraer mi atención. Más de una vez me pregunté si Jake sería así, me daba ese tipo de vibra, pero siempre desechaba la idea: conocía lo suficientemente a Jake como para saber que nunca se mudaría tan cerca de mí, su miedo visceral a ponerme en peligro no se lo permitiría.
Con mi vecino sólo había hablado una vez, y no más de unas pocas palabras. No obstante, me había gustado mucho su voz suave y profunda, quizás por eso la recordaba tan bien. Incluso sabía su nombre porque estaba justo al lado del mío en los buzones del edificio: Gabriel St. Clair.
ESTÁS LEYENDO
Duskwood: el hombre tras la máscara
أدب الهواةAmor, miedo, amistad, incertidumbre: los cuatro puntos cardinales sobre los que gira la vida de MC desde que se unió a los intentos de encontrar a Hannah. Fascinación, temor, esperanza, preocupación: las cuatro emociones que han tomado la vida de J...