Capítulo 50.💎

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La puerta se abrió de golpe, Luisa entró y miró a su niña Eugenia llorando abrazada a ella misma. Preocupada se acercó y la agarró de la mejillas, miró a Peter molesta ya que todos habían escuchado lo que su niña decía. No entendía porque le hacía tanto daño a su niña por culpa de esa intrusa.

Peter prefirió tomo su ropa y decidió irse a otro cuarto para dejar que Eugenia se calmara. Salió, se fijó que Lali lo estaba viendo en la puerta de la habitación de ella. Prefirió ignorarla y entró en la otra habitación, se empezó a poner los bóxer y el pantalón cuando escuchó la puerta abrirse.

— Eugenia se está volviendo loca.

— Lali no tengo ánimos de hablar contigo.

— Ella solo sabe echar culpa a los demás de lo que ella misma hace. Es un hecho que eso es lo que siempre se le da bien.

Peter apretó las manos y giró para verlo molesto.

— Eugenia se ha equivocado en muchas cosas, pero en algo ella tiene razón. En qué yo le fallé, era mi novia, la mujer con la que tenía una relación por muchos años, pero me enamoré de ti sin pensar en el daño que le hacía.

— ¿Entonces se le justifica que matara a mi madre? — dijo llena de odio.

— No lo justifica, pero tampoco la mató. El error de ella y mi madre fue decirle a tú madre lo que pasaba entre nosotros, no sabían que tu madre sufría ese problema, le hubiera pasado en algún momento. Tu madre se puso así porque su hija estaba saliendo con el ex de la dueña de la casa, es natural que se pusiera así.

— ¿Entonces es nuestra culpa? No digas tonterías Peter, ellas causaron todo esto, Eugenia con sus malditos tratos y haciéndome sentir menos.

— ¿Te pusiste a pensar en algo, que Eugenia es así porque la lastimaron siendo muy joven? Su madre había muerto, y ya su padre estaba haciendo un futuro con tu madre, ella se fue y su padre no se preocupó por ella, Eugenia solo está llena de resentimiento. Ese resentimiento la hace actuar mal, así como tú lo estás haciendo en este momento. Sigues haciéndole la vida imposible porque quieres verla destruida, lo conseguiste Lali, que más deseas de ella.

Ella se quedó callada porque no sabía que más quería. Pero su odio estaba más vivo que nunca y no podía soltarlo. Peter la miró esperando que ella dijera algo, pero al ver que no pronunciaba ninguna palabra, tomo su camiseta y se la puso.

— Espero que después no sea demasiado tarde cuando te des cuenta que la venganza nunca lleva a nada bueno.

Pasó a la par de ella y salió de la habitación. Él más que nadie sabía que la venganza no traía nada bueno, porque ahora él estaba separado de la mujer que amaba y la veía junto a su hermano, mientras estaban esperando un hijo que él deseaba que fuera suyo.

Eugenia no dejaba de llorar, Luisa intentaba calmarla pero le era imposible. Porque veía el dolor en los ojos de su niña.

— Mi niña por favor no llore.

— Estoy cansada Luisa. — dijo con la voz entrecortada. —  ¿Cuánto más voy a poder soportarlo? Todo mi vida es un desastre ahora, el hombre que amo.... No me ama y sigue viéndome como la culpable de todo. Mi error fue intentar recuperar lo que pensé que era lo correcto.... Pero no sirve de nada tener a alguien que no me ama....

— Mi niña escuche, no se puede rendir. El joven Peter está ciego ahora mismo, pero le aseguro que cuando usted le de un hijo él comprenderá que usted es la mujer de su vida. No puede rendirse ahora y darle la satisfacción a esa intrusa que logró quitarle todo.

— Es que lo hizo.....

— No mi niña, porque usted es la esposa del hombre que ella ama y si usted logra conseguir que Peter vuelva a amarla, la terminará destruyendo. No puede dejarse vencer.

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