Capítulo 23. 💎

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Eugenia no podía dejar de sonreír. Había conseguido su propósito, Peter es ahora suyo,  pronto conseguiría que le pidiera matrimonio. Ahora sólo quería que Lali supiera, para que hacerle daño. Ella no se iba a imaginar que acabaría de un sólo golpe con ella, cuando supiera que volvió con Peter. También haría pagar a Peter por haberla despreciado por esa idiota de Lali.

Llegando a su taller. Miró a todos sus empleados, se estaba acercando la fecha de su nueva línea de ropa. Todo los que estarían presente se sorprenderán de los nuevos diseños.

— Señorita Eugenia. A las once, tiene una cita con la periodista para su entrevista.

— ¿Qué más? —  tomó asiento y comenzó a ver los diseños que no iba a utilizar.

— La señora Julia llamó.

— ¿Dejó algún recado?

— No. Sólo pidió si podría llamarla.

— Okay, después la llamaré. Prosigue.

— También quiero decirle que las ventas de la línea anterior, siguen subiendo.

— Eso era seguro. Todos aman mis diseños y si no tienen aunque sea uno, no son nadie.

— También el señor Morales pidió una cita con usted.

— Es muy insistente ese hombre. Dile que no estoy interesada en unirme a él. Que yo siempre triunfo sin ayuda de nadie.

— Está bien. Sólo era eso lo que tenía que decirle.

— Bien. Quiero un té de manzanilla. Estoy muy estresada.

— Ahora mismo se lo traigo, permiso.

Le daba tanta risa que quieran unirse con ella. No se iba a unir a nadie sólo para que se beneficien de su fama y poder. Eugenia Suárez triunfa sola, sin ayuda o favores de nadie.

Prefirió concentrarse en el trabajo y después llamaría a Julia y le daría la noticia que le alegraría el día, eso estaba segura.  Marta volvió a entrar y le dejó la taza de té. Necesitaba saber que era lo que Lali tiene planeado, y sabía cómo lo iba a conseguir.

— Marta. — La llamó.

— ¿Necesita algo señorita? — pregunta cuando entra apresuradamente.

— Quiero que me comuniques con Alexandra Jiménez.

— ¿Con ella? Señorita ella trabaja......

— Ya sé con quién trabaja. No te estoy pidiendo que me recuerdes nada, te estoy diciendo que la llames y me la pases.

— En un momento la comunico. —Salió de la oficina rápidamente.

Eugenia esperó hasta que Marta le dijo que ya estaba en línea.

— Alexandra.

— ¿Eso que la gran Eugenia Suárez me está llamando?

— No seas tonta. Sé que mi Mariana Espósito trabaja contigo.

— Dirás Mariana Suárez. Hasta donde tengo entendido ella es la viuda de tu padre.

— No te estoy llamando para que me recuerdes lo que es esa mujer. Te estoy llamando por asuntos laborales y que a las dos nos conviene.

— Te escucho.

— Quiero saber lo que ella está haciendo.

— Espera. ¿Quiere que te de información? Hasta donde yo tengo entendido, trabajo con tu competencia.

Guerra de diamantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora