Guerra de diamantes

Capítulo 13: la llegada de......

Dedicado a NataliaBenedetti feliz cumpleaños.
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Se puso de pie y giró viendo la casa. Una casa en la cual creció y sin saber que su padre el el dueño y su hermana la mujer que más admiró y ahora la quería ver destruida. Ahora más que nunca iba a demostrarle a Eugenia Suárez quién era Lali Espósito. Iba a quitarle todo lo que ella tenía y no iba a tener piedad, ni con ella y con Julia.
Entrando nuevamente a la casa. Fue al cuarto y entró, quedó sorprendida al ver que Luisa estaba viéndola con una sonrisa y sabía que no era de esas para mostrar cariño.

— ¿Cuándo vas a recoger tus cosas y la de tu madre? Hasta donde yo sé la señorita te dijo que te fueras.

Apretando la boca, Lali se acercó a ella. Quería decirle que ella también tenía derecho al estar en esta casa, pero se contuvo, no iba a decirle nada.

— En eso estoy. — se acercó al ropero y sacó unas maletas.

— Me da gusto que por fin te vayas de está casa, aunque me hubiera gustado que tu madre también se hubiera ido contigo, pero bueno, se murió antes.

— ¿A ti que va? No eres más que una sirvienta, Luisa. Hasta tú puedes te ir.

— No nunca me iré de esta casa.

«No estés tan segura»

Luisa creía que era la dueña del lugar y pronto le iba a demostrar cuál era su puesto, pero todo a su tiempo. Todos pagarían caro, en la forma que la han tratado. Ya no le importaba nada, solo conseguir su revancha.

Ignorando a Luisa. Comenzó a guardar sus cosas, claro que se iría de esa casa. No por miedo, si no porque iba a irse para poder planear su desquite. Nadie sabía que ella era hija del señor Suárez. Eso era un secreto que lo revelaría cuando fuera necesario, por ahora no contaría nada.

Era algo que iba disfrutar al ver la cara de Eugenia, al saber que eran hermanas. Terminó de guardar todo y salió con las pertenencias, mañana mandaría por lo demás. Agradecía tener como amiga a Cande. Al contarle que ya no podía quedarse en la casa de los Suárez, ella le dijo que podría irse a vivir a su casa, que su madre no ponía peros.

Caminó hacia la salida y sintió que alguien la estaba viendo. Giró y al levantar la cabeza; la vio. Eugenia la estaba viendo desde el balcón, con una sonrisa triunfal.

« Siéntete feliz, Eugenia. Pronto yo me voy a reír de ti. »

Levantando la cabeza la miró por última vez antes de girar y salir con la cabeza en alto. No permitiría volver a bajar la cabeza por nadie. Le demostraría lo capaz que era, Eugenia Suárez pronto sabría quién era Lali Espósito. 

Subió al taxi que la estaba esperando y con ayuda del conductor quién subió sus maletas. Entró al taxi y vio la mansión en donde creció. Y en donde su madre había muerto. Cerró los ojos para contener las lágrimas, no, no iba a llorar. Eugenia acaba de destruir lo único inocente en ella, ahora solo quedaba odio.

El auto comenzó andar y se iba alejando de la casa de los Suárez. Una casa que pronto volvería, pero como dueña. En eso estaba segura. Volvería con la cabeza en alto y con mucho poder.

........

Eugenia se despertó y se sentía extraña. Ayer pasaron muchas cosas y una de esas fue por fin sacar a Lali de la casa. Ahora sólo le quedaba conquistar nuevamente a Peter. Poniéndose de pie fue a darse un baño. Necesitaba también ir por un masaje, ya que todo lo que ha pasado la ha tenido muy tensa. Ojalá que ese masaje que iba a pedir, la ayude.