Guerra de diamantes

Capítulo 47. 💎

Cada día que amanecía era más difícil para Eugenia levantarse, se sentía sola, no tenía a nadie. Quien ella dio su corazón no está junto a ella, extrañaba a Peter, pero él había desaparecido sin mostrar signo de vida. A veces lo odiaba por comportarse así, pero también lo entendía. Aunque con Nico se sentía bien están junto a él, Nico no era Peter. No podía negar que se sentía atraída, pero su amor era Peter, aunque para él, ella no lo era. Sabía que si Lali le hubiera pedido quedarse, él lo hubiera hecho. Por ella, por ella no lo hizo.

Giro de la cama para ver la foto que tenía de él. ¿Por qué no podía amarla? No entendía que tenía Lali para que todo el mundo la quisiera. Ella tuvo a la madre que la amó, tuvo el amor de su padre. Cosa que Eugenia odiaba con toda su fuerza porque su padre se notaba que quería más a Lali, de lo que quiso a ella. Porque si no hubiera sido así, no se hubiera casado, no le hubiera dejado la mitad de todo. Ella consiguió robarle el amor de Peter, ahora tiene el amor de Gastón. Lali tiene todo, hasta lo que ella amaba tanto que era ser diseñadora. Lali había conseguido arrebatarle eso. Ella consiguió todo lo que se había propuesto, aunque se negaba a dejarse vencer, sabía que estaba derrotada, no tenía nada. Su mundo se arruinó en el momento que decidió regresar, si no lo hubiera hecho, ella hubiera seguido teniendo todo. Con un nudo en la garganta se sentó y tomó su celular de la mesita. Revisaba la noticia de moda y todo era sobre Lali. Ya ella había quedado en el olvido, nadie se acordaba de Eugenia Suárez, ahora solo era Lali Suárez de Lanzani. Solo de ella hablaban. Miró sus mensajes y leyó el de Nico que la esperaba en el mismo lugar. Miró la hora y no faltaba mucho para que sea la hora que él querías verla. Se levantó sin mucho ánimo. Entro en el baño y se dio una ducha, al salir. Se puso un vestido y se dejó el pelo suelto, no se puso maquillaje ya que no tenía ganas de hacerlo. Metió sus cosas en su bolso y salió del cuarto. Bajando las escaleras escuchó como Gastón y Lali discutían. Eso era habitual, se notaba que Lali estaba cansado de estar con Gastón y Eugenia sabía bien que no lo amaba, él amor de ella era hacía Peter. Pobre Gastón, no sabe la clase de mujer que se metió. Ellos al verla bajar se quedaron callados, Eugenia se dio cuenta como Lali disimulaba su disgusto y tomaba de la mano a Gastón para aparentar que todo estaba bien. Pobre tonta como que ella fuera una ingenua al no saber lo que pasa.

— Buenos días, Eugenia. Nos sorprende que hayas bajado a desayunar.

— No bajé porque quería verte, lo hice porque voy a salir. Gastón es un gusto de verte, ya que vivimos en la misma casa pero no tenemos la oportunidad de vernos.

— Tienes razón. Eugenia, ¿sabes ya algo de Peter?

— Amor como se lo vas a preguntar, se nota que no sabe nada aún. — odió la forma en la que lo dijo, pero lo ignoró.

— Tienes razón Lali, todavía no sé nada de Peter, pero algo me dice que muy pronto lo veremos. Nos vemos Gastón.

Mostró la mejor de su sonrisa y salió de la casa. Por dentro la odiaba con todo su ser, pero tenía que volver hacer la Eugenia que era. Subió a su auto, empezando a conducir se propuso a dirigirse hacía el restaurante que siempre se veía con Nico, pero su celular empezó a sonar, se detuvo en el semáforo y aprovechó para leerlo y sintió como su corazón empezaba a latir rápidamente. Escuchó como los autos empezaba a pitar y se dio cuenta que ya había cambiado el semáforo, dio marcha y cambio de trayecto, ya no iría donde estaba Nico.

Cuando llegó a su destino. Aparcó el coche y salió olvidándose de su bolso. Empezó a caminar lo más rápido que podía hasta que llegó a su destino. Tenía la respiración agitada cuando estuvo en frente del barco de Peter. Subió y entró, cuando lo vio sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas.

— Peter.... — dijo con un hilo de voz al verlo por fin.

Se veía diferente, se había dejado crecer la barba, pero no estaba desalineado, estaba impecable vestido con su traje, se veía sumamente guapo. Se acercó con pasos temblorosos y sin poder evitarlo lo abrazó porque extrañaba tenerlo en sus brazos. Peter no la tocó y eso le dolió. Se separó de él y se limpió las lágrimas.