No podía dejar de pensar en el sueño tan extraño de anoche. Lali sentía tan extraña ya que cada imagen de ese sueño no dejaba de proyectarse en el pensamiento. ¡Dios! Acababa de conocer a ese hombre y ya soñaba con él, no cualquier sueño; si no uno tan erótico.
— Hija, ¿te encuentras bien? — levantó la mirada y vio que su madre la veía atentamente.
— Sí...., sólo es que no pude dormir bien en toda la noche. — suspira. — mamá, ¿crees que soñar con algo o alguien significa algo?
— No entiendo a que clase de sueño te refieres. — sacó un poco de fruta y comenzó a cortarla. — ¿has soñado algo?
— No nada. — ríe — solo era una pregunta. Iré a ver al señor Aníbal. — dándole un beso en la mejilla a su madre, salió de la cocina.
Subió las escaleras y caminó hacia el cuarto de señor. Toco la puerta y escuchó un pase. Entró y se sorprendió al ver al señor Aníbal sentado en la terraza. Fue hacia él.
— Que bueno que este aquí tomando un poco de aire.
— Mi pequeña amapola. Ven siéntate conmigo. — señaló la silla que estaba a la par de él. — me entró ganas de sentir la brisa de la mañana.
— Eso es muy bueno señor. — se sentó a la par. — es muy bueno que usted haga esto. Tomar aire y después debe intentar salir.
— No creo que me sienta preparado pequeña amapola. Estar aquí sentado me hace pensar en todo lo que hice en mi vida. Cuando pienso en los errores que cometí.... Hace que mi vida se vaya.
— ¿Por qué dice eso?
— Te contaré algo de mi vida. Es una pequeña parte de mi historia. — sus ojos se tornaron triste. — cuando tenía diecisiete año en esta misma casa conocí al amor de mi vida, no hablo de la madre de Euge, si no mi primer amor. Ella llegó con tan solo quince años — sonrió con nostalgia. — ella era hermosa, tenía una belleza que opacaba todo, pero yo me acercaba a ella, nos poníamos a leer en ese jardín que ves ahora mismo. Cuando tenía dieciocho y ella diecisiete, sabíamos que lo que sentíamos era amor, pero mis padre no estaban de acuerdo con eso y me hicieron separarme de ella, haciendo que me comprometiera con la madre de Euge. — su manos empezaron a temblar. — yo era un idiota en ese tiempo que no hice nada para negarme a eso. Me hicieron irme de viaje y cuando volví; fue solo para casarme con Verónica... Ella estaba presente en ese día y vio su tristeza, su desilusión por no haber luchado por nuestro amor......
— ¿Qué pasó con ella?
— Ella siguió trabajando para nosotros y ver como Verónica y yo nos besamos....., pero nuestro amor no podía desvanecerse y cada vez era más fuerte hasta que no aguantamos más y nos dejamos llevar por la pasión y hicimos el amor, después de eso; ya no podíamos dejar de amarnos y engañaba a mi mujer en esta casa con la mujer que tenía mi amor. Después de cada noche de pasión, pasó.......
Un fuerte estruendo se escuchó y los dos voltearon a ver; Luisa estaba paralizada y temblando ya que había escuchado el relato de señor Aníbal.
Él suspiró y apartó la mirada. Volvió a ver ausente el patio. Lali se puse de pie y fue ayudar a Luisa con los traste.
— ¡Qué fue todo eso! — Euge entró y vio el plato y comida esparcidos. — ¿Quién hizo este desastre?
— Lo siento señorita...., me tropecé y... — Luisa no podía dejar de tartamudear.
— Recojan eso. — miró a su padre, pero él no la volteo a ver.
Apretando las manos. Euge salió del cuarto y fue hacia el de ella. Lali bajó por la escoba para limpiar el desastre. No sabia por qué Luisa estaba tan mal.
— ¿Qué fue lo que ocurrió?
— La señora Luisa tiró la comida del señor Aníbal, hizo un solo desastre. — agarró la escoba. — mamá. Tú llevas tiempo en esta casa, bueno Luisa lleva más, pero sabes que si pasó algo entre el señor Aníbal y ella?
Magdalena quedó paralizada al escuchar la pregunta de su hija.
— ¿Por qué me lo preguntas? — evitó verla a los ojos.
— Es que siento que entre ella y el señor pasó algo.
— Lali te voy a pedir el favor que no te metas nada de lo que no te importa. Nosotras aquí solo somos unas empleadas y no nos tenemos que meter en nada.
Lali se sorprendió ante la forma brusca que su madre habló. Asistiendo, fue a limpiar y cuando iba a entra; escuchó cómo la señora Luisa y el señor estaban hablado. Sin poder evitarlo empezó a escuchar:
— ¿Se lo ibas a decir?
— Luisa, déjame solo.
— Le estabas contando lo que tanto hemos guardado.
— Quise hablar con alguien y Lali me da esa confianza.
— No olvides que eso que tanto quieres contar, puede hacer que tu hija sufra. Eugenia no debe enterarse de ese secreto o la terminaremos perdiendo.
«¿Secreto? Qué secreto estaban hablando, que la señorita Eugenia no debe saber.»
La puerta se abrió y Luisa se sorprendió al ver a Lali escuchando detrás de la puerta. Su mirada se oscureció.
— ¡Insolente! ¡Cómo te atreves a escuchar como una maldita fisgona!
— Yo......
— Te voy a enseñar a no hacer esto nunca más. — Lali cerró los ojos al ver como ella levantaba la mano para golpearla.
— ¡Luisa! — el grito de Euge la detuvo. — ¡Qué rayos te pasa!
— Señorita.... Ella estaba escuchando la conversación que tenía con su padre. — bajó la cabeza.
— Eso no te da el derecho a querer golpearla. Vete Lali. — ella asistió y salió corriendo. — crees que golpeando a esa chica vas a remediar tu comportamiento hacia mí y mi madre. — miro que su padre se acercó con la mirada triste. — los dos tuvieron la culpa que la vida de mi madre fuera un infierno por su maldito secreto mi madre sufrió cada día. ¿Crees padre que estar aquí encerrado va remediar tu falta hacia ella? O Luisa, ¿crees que con intentar darme todo va borrar lo que hiciste? No van a borrar nada y serán culpable siempre.
— Señorita...... — Luisa la miró con lágrimas.
— Recoge lo que hiciste y no quiero que se vuelva a repetir.
Girando empezó a caminar hacia abajo. Una lágrima corrió por su mejilla, se la quitó rápidamente. No iba a llorar, no va recordar ese maldito día que arruinó todo. Donde supo que su padre no era quién creía ser. Se apoyó en la pared y todavía sentía el dolor en su mano por haber golpeado la pared. No debió volver ya que todo lo que esperó haber olvidado, seguía en esa casa y ahora era más fuerte y sabia que si no ponía un alto; todos los malditos secretos saldrían a la luz. Alejándose de la pared, se detuvo al ver a Magdalena viéndola con tristeza, no se fijó que también estaba Peter viéndola preocupado junto Lali. Todo comenzó a darle vuelta y lo último que escuchó fue su nombre en los labios de Lali.
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Guerra de diamantes
FanfictionSinopsis: Lali Espósito, una chica amable, bella y bondadosa, pero humilde. creció en una de las mansiones más lujosas, donde su madre trabaja como cocinera. A pesar de que lleva una buena vida, no olvida que no es una mujer de dinero aunque viva en...