Capítulo 33. 💎

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Eugenia no entendía porque la mayoría de su personal se había ido, pero no importaba. Empleados podía tener porque ella era Eugenia Suárez. Ahora lo que le importaba era poder conseguir que el dueño de del hotel sueño estrellado le permitiera poder hacer su nuevo desfile. No quería seguir con los diseños de Lali en su colección. Ella no los necesita, solo los usó para arruinar el desfile de ella, ahora quería mostrar su propia creación si necesidad de utilizar la de otra. Pero ella quería algo grande, quería tener su desfile en ese hotel y buscaría la manera de conseguirlo.

Mordiéndose el labio. Se puso de pie. Todo estaba yendo como ella quería, pero se sentía vacía. Tenía a Peter para ella, había destruido a Lali, pero aún así se sentía vacía. Sabía muy bien que Peter solo le pidió casamiento porque se sentía traicionado, Peter a quien amaba era a Lali, no a ella. Lo veía en sus ojos, veía el amor que sentía por Lali y eso le hacía sufrir. Si no hubiera vuelto Peter y ella serían felices. Lali es si karma, siempre lo sería. Desde el momento que supo que su padre amaba a la madre de Lali y por eso nunca amó a su madre.

¿Sería así con ella? ¿Iba a repetir la misma historia de su madre?

Su padre no amó a su madre, amaba en secreto a la madre de Lali. Veía el sufrimiento de mamá al saber que su padre no la amaba, veía como cada vez ella no deseaba vivir. Su madre se fue dejando morir a saber que tenía a la amante de su esposo en su propia casa. Solo que ella no sería su madre, no se iba a dejar vencer por una Espósito. Ella lucharía por el hombre al que amaba. Lograría que Peter la amara nuevamente, lo iba a lograr.

Escuchó la puerta y eso la hizo salir de sus pensamientos.

— Señorita.

— ¿Que quieres? — se giró a ver a su secretaria.

— Tengo en la línea a la señora Lanzani.

— Bien, te puedes retirar. — esperó a que saliera y tomó el teléfono para contestara. — Hola Julia.

— Hola cariño. Espero no molestar.

— Para nada. Más bien te agradezco que me llamaras.

— Que bueno. Cariño te llamo para decirte que tengo el lugar perfecto para la fiesta de compromiso. Tengo los invitados que quiero que vaya y....

— Perdón que te interrumpa Julia. Todo bien, pero mejor que no haya ninguna fiesta.

— ¿Qué dices? No estás hablando enserio.

— Lo esto, lo estuve pensando bien, pero quiero algo íntimo. Siento que estoy presionando mucho a Peter. Él no quiere una fiesta estoy segura, lo conozco muy bien, así que lo mejor será una cena en familia. Además no sé si me sienta bien en tener una fiesta cuando mi padre ya no está conmigo.....

— Cariño.... Está bien, preparé la cena aquí en la casa. Entonces puede ser hoy mismo.

— Deja que primero lo hable con Peter y después te aviso.

— Bueno, como desees.

— Te tengo que dejar Julia. Hablamos luego.

— Está bien cariño. Me avisas lo que hables con mi hijo.

— Lo haré, adiós.

Eugenia dejó el celular aun lado. Y dio un suspiro. Pensó muy bien si quería hacer una gran fiesta sabiendo que para Peter no es ninguna alegría. Lo mejor era no meter a otros en su vida y solo hacer una pequeña reúno, además ya no tenía a su padre. Él ya no estaría para darle permiso a Peter de casarse con ella, ya no estaría para entregarla en el altar. Solo era ella y nadie más.

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