Capítulo 11: Tragedia.

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Eugenia arqueo un ceja al ver lo decidida que estaba al decir que renunciaba. Nunca nadie entraba a su oficina y renunciaba, era ella quien los despedía.

— Así que renuncias.

— Sí. No me quieres aquí, solo buscas la manera de hacerme sentir peor. No sé porque me odias tanto.

— Si ya acabaste. Vete ahora y no me hagas perder el tiempo.

— ¿Por qué? ¿Qué te hice? Intento comprenderlo. Diste la orden para que Marta me dejara encerrada.

— Así que lo sabes. — se puso de pie y fue con ella quedando frente a frente. — crees que tienes una posibilidad con Peter, pero no. No son iguales y pronto él se dará cuenta. Yo lo que hice fue salvarte de una desilusión. No te importó quitarme a mi prometido, puedes mostrarle esa carita que yo no rompo ni un plato, pero eres igual.......

— ¿Igual a quién?

— Vete. Ya dijiste que renuncias ya no tienes nada que hacer aquí. Este lugar es para los que tienen talento y tú no lo tienes.

— Tengo talento Eugenia. No eres la única que se dedica a diseñar y puedo conseguir empleo en cualquier lugar y que les guste lo que diseñe. Un día te voy a demostrar que soy mejor que tú.

— ¡Vete! ¡Lárgate de aquí, no te quiero ver!

— Con gusto.

Salió de la oficina y bajó las escaleras. Tomó sus cosas y salió de ese lugar que siempre sonó estar, se convirtió en una pesadilla. Se detuvo al ver a Peter quién estaba esperándola.

— Te estuve buscando. — no dijo nada y solo lo quedó viendo. — lo siento. Al escuchar que quedaste encerrada me hizo pensar muchas cosas. Debí escuchaste.

— Debiste hacerlo.

— Necesitamos hablar.

— Sí, pero no aquí.

Subieron al auto y Peter condujo hasta una cafetería. En todo el camino Lali no pronunció ni una sola palabra. Cuando llegaron; se sentaron en una mesa a parte.

— Acabo de renunciar. — dijo después de un largo silencio.

— Hasta donde sé, tú querías trabajar con Eugenia.

— Quería hasta que me di cuenta que ella solo me dio trabajo para humillarme. Nunca me dio ni una sola oportunidad para demostrarle lo que era capaz. La Eugenia que recuerdo nunca haría cosas horribles. Ahora quiero demostrarle lo que yo soy capaz de hacer y que puedo ser como ella.

— Esto te puede ayudar.

Peter sacó un volante de su saco y se lo entregó a ella.

— ¿Qué es?

— Lo vi en el taller de Eugenia. Es un concurso para describir nuevos talentos del diseño. Si ganas puedes demostrar lo que sos capaz. Eugenia va concursar, bueno uno de los empleados de ella.

— ¿Quieres que compita contra ella?

— Quiero que demuestre tu talento y que Eugenia vea lo que vales.

— Gracias Peter, no puedo creer que confíes en mí.

— Lali, yo me gustas y sé lo que eres capaz de hacer.

— Quiero que intentarlo.

— ¿Lo del concurso?

— Si, no, bueno si. Pero lo que quieras decirte que quiero intentar algo entre nosotros, ver hasta dónde nos lleva.

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