Capítulo 28. 💎

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Al día siguiente.

Tanto como Lali y Eugenia salieron temprano para verificar todo y como iba las cosas para la noche. Eugenia estaba tranquila ya que estaba acostumbrada a ese tipo de eventos. Sentada con su computadora y revisaba las cuentas, a la vez veía la práctica de las modelos.

— Señorita Eugenia. ¿Qué le parece la pasarela? — le preguntó su secretaria.

— Está muy bien. — dijo sin verla. — ¿sabes algo de la competencia?

— Están igual que nosotros, preparando todo.

— Ya sabes lo que tienes que hacer. — se levantó. — tengo cita con el spa, así que me voy yendo. Por cierto, quiero que lleves los diseños al camerino, quiero que los maquilladores y todo vengan temprano, también que los camareros estén presentables para ofrecer las bebidas, y cuando termine todo lleguen con los aperitivos.

— Sí señora todo estará como usted desea.

Asistiendo, Eugenia tomó su cosas y salió del lugar. Tenía curiosidad de ir a ver lo que Lali estaba haciendo, pero prefirió esperar al último momento.

Subió al auto y condujo hasta el spa en donde tenía su reservación. Quería quedar bella y arreglada para en la noche. Al llegar la llevaron directamente a la área de masaje y dejó que le hicieran todo lo que ella había pedido.

.....

Lali estaba emocionada al ver como había quedado todo para esta noche. Su corazón iba latiendo rápido de la emoción. No podía creer que su sueño se estaba por cumplir; era algo maravilloso. Veía a las modelos practicar y sonreía al ver como Gastón hacía caso a las indicaciones. Todo se veía perfecto, todos quedarían encantados cuando vieran su obra.

Vio como traían los carritos con sus diseños y les pidió a las chicas que lo llevarán al camerino. Ella le indicó donde y al entrar vio los espejos y maquillaje. Al quedarse sola; miró cada una de sus obras y se sentía emocionada por lo que ha logrado. Tocó cada uno y lo que le hubiera gustado era que su madre estuviera con ella para presenciar su comienzo en la industria de la moda.

— Desearía que estuvieras aquí, mamá. Estuvieras tan orgullosa de mí, al igual que el señor Aníbal. Todo hubiera sido tan hermoso si las cosas no hubieran llegado al punto en el que está todo.

— ¿Lali? — escucho la voz de su amiga Candela y al girar sonrió.

— Que bueno que estás aquí.

— Vi tu mensaje. Me extrañó que lo hicieras. Has estado desaparecida.

— Cuanto lo siento, desde que gané el concurso y preparar mi desfile, se ha pasado todo. Me acordé de ti porque eres buena con el maquillaje y peinados y todo eso. Quisiera que me ayudaras a arreglar algunas modelos y también a mí. Quiero verme muy bien esta noche. No te lo pido que lo hagas gratis, más bien te voy a pagar

— Woow, sería genial conseguir un poco de dinero aparte de lo que entra en la floristería.

— ¡Genial! — Lali la abrazó emocionada. — eres la mejor amiga.

— Ya, ya. — se acercó hasta donde estaban la ropa. — que hermoso está todo. Tu desfile va hacer el mejor de todo.

— Eso espero amiga. Estoy tan nerviosa y a la vez feliz. Nunca imaginé que este día iba a llegar.

— Ahora ya llegó y serás un éxito.

— Gracias, ven te voy a mostrar todo.

Asistiendo Cande la acompañó y Lali le mostró como se veía todo. Le contaba como tenía planeado para que las y los modelos salieran a escena. Le contaba como estaba segura que sus diseños iba a opacar a los de Eugenia.

Guerra de diamantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora