Capítulo 68. 💎

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— El sol es tan cálido, no se siente tan vacío, ver el horizonte y sentir la brisa, estoy tan bien aquí sentada viendo el mar, tan azul y brillante. Me siento tan bien, que no quiero irme.

Unas risas de niños se escucha a los lejos. Me levanto y veo para todos lados. Pero no veo a nadie. Decido caminar, para ver dónde viene esas risas, pero, sigo sin ver ningún niño. Sigo y a los lejos veo a dos niños que están jugando en la orilla tirándose aguas. Sonrío ya que se ven tan lindos, sigo avanzando hasta quedar frente a ellos, pero no hago ni digo nada. Solo los veo jugar. Son tan lindos, siento que los conozco, pero nunca en mi vida los he visto antes. De pronto el niño se voltea a verme y me sonríe, levanta su manita saludándome y acto seguido lo hace la niña. No puedo evitar hacer lo mismo.

Con todas corren hacía mí abrazándome. Siento una calidez más fuerte y me agacho, y ellos se cuelgan a mi cuello, dándome cada uno un beso en la mejilla.

— Es bueno verte. — me dice el niño.

— ¿Me conoces?

— Claro que sí. Mi hermana y yo te conocemos muy bien. — dice viendo a su hermana que asiente. — ¿Que haces aquí? Todavía no es tu momento.

— ¿Qué?

— No es tu momento que estés aquí, mamá. — abro mis ojos al escuchar a la niña decidme mamá, ella se tapa la boca.

— Tonta, nos dijeron que no debíamos decir que somos sus hijos. — El niño la ve enojado y yo me alejo de ellos. — No tengas miedo de nosotros, mami.

— No entiendo..... ¿Que está pasando?

— Ven. — toma mi mami y la otra lo hace la pequeña.

Caminamos cerca de la orilla y ellos se sientan haciendo un gesto para que lo haga. No sé porque, pero lo hago.

— Mami debes despertar, no es tu momento de estar aquí. Papi está muy triste, no le hagas sufrir más.

— Estoy muerta.... Es eso....

— No, mami. Todavía no lo estás. Los abuelos dicen que no es tu momento. Mami debes despertar, si tú no lo haces nosotros no vamos a nacer y queremos hacerlo. Queremos que tú y papi nos carguen, que papi me enseñe a jugar.

— Yo también quiero eso, que me hagas hermosos vestidos para lucir mami. Los abuelos dicen que eres muy buena en diseñar ropa bonita.

Mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar a esos pequeños.

— Me siento tan bien estando aquí, no quiero regresar. Ya no quiero seguir sufriendo.

— Mami, ya no va haber más sufrimiento. — sonríe. — Tienes que volver, papi ya no puede seguir sufriendo. Además nuestros hermanitos dicen que tanto papi como tú, serán felices y nosotros llegaremos su vida de alegría cuando ellos no pudieron hacerlos.

— Su......

— Sí mami. — la niña se sienta en mis piernas. — Mi hermanita que no pudo nacer para que papi fuera feliz, y mi hermanito que tampoco pudo hacerlo, dice que ya no sufras por él, que no era su momento. Pero nosotros vamos a llenar sus vidas de felicidad, no seremos un reemplazo, mami. Eso no, pero, si vamos hacerlos felices. Solo que para eso tienes que despertar. — pone sus manitas en mis mejillas. — abre los ojos mami.

— Sí mami, abre tus ojos. Verás que ya no habrá más sufrimiento. Los abuelos dicen que este lugar no es para ti, que cuando sea el momento, se volverán a ver.

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