Guerra de diamantes

Capitulo 6: El amor empieza a sentirse.

Lali vio como Peter se acercaba a Euge y la cargaba con delicadeza. Preocupada se acercó y no sabia que hacer exactamente. De pronto escuchó el grito preocupado de Luisa.

— ¡Qué le pasó a la señorita Euge!

— Señora Luisa mantenga la calma, Euge va estar bien. Por favor busque alcohol para poder despertarla y la llevaré al cuarto.

Luisa desapareció los más rápido para ir a buscar lo que necesitaba.

— ¿No cree que es mejor pedir que venga un medico? — pregunta Lali sin poder dejar de ver preocupada a su amiga.

— A Euge no le gusta mucho los médicos — Lali sabia muy bien la causa de eso. — Si te hace sentir mejor, llama a uno.

— Mejor, no. Ella se va molestar. Hay que llevarla al cuarto.

Asistiendo Peter comenzó a subir con Euge en brazos. Entraron en el cuarto y la puso con delicadeza en el cuarto. Miró como él le quitaba los zapatos y la revisaba, la puerta se abrió; entrando rápidamente Luisa se acercó a Peter y le entregó el Alcohol. Él comenzó a pasarle el algodón por la nariz.

Euge sentía que flotaba. Sus ojos se sentían pesados, su cabeza estaba a punto de explotar, escuchaba su nombre a lo lejos. Le costaba identificar de quién se trataba.

— Euge, vamos abre los ojos. — Ella los comenzó abrir poco a poco.

— ¿Peter? — dijo cuando lo pudo ver bien. — ¿Qué me pasó? — quiso levantarse, pero todo le daba vuelta.

— Te has desmayado.

— Yo nunca me desmayo. — logró sentarse y se dio cuenta que no estaban solo ellos dos, si no que Lali y Luisa estaban ahí. — ¿Qué hacen ustedes aquí?

— ¿Mi niña se encuentra bien? ¿Quiere que llame a un medico?

— Lo que quiero es que salgas. Las dos quiero que salgan de mi cuarto.

— Sí señorita. — Luisa salió.

Lali la quedó viendo y también salió al ver que ella no la quería en su cuarto.

— ¿Por qué eres así? — empezó hablar Peter cuando quedaron solos. — Ellas estaban muy preocupadas y no sé cual es la causa para que trates a esa chica de ese modo.

— ¿Qué? No la he tratado mal, la trato como lo que es: una empleada.

— Parece que le presta mucha atención. — Euge empezó a reír. — ¿Cuál fue la gracia que dije?

— Que para prestarle atención a esa chica, primero debe importarme y a mí no me interesa. Te repito: ella sólo es una empleada nada más.

—Mejor te dejo sola.

— ¿Qué? No, no. Has venido para algo y.....

— Y puede esperar. — le dio un beso en la frente. — ahora lo mejor es que descanses.

Lo vio salir. Le sorprendió que Peter le molestara lo que ella dijo ya que él sabia como era. Suspirando miró la foto de su madre; tomándola, acarició el marco con la imagen de su madre. Ella no lloraba, pero si se sentía inmensamente triste.

No debió haber vuelto. Ya que todo lo que quiso olvidar estaba nuevamente en su mente. Hubiera deseado no haber visto nada, ese día antes de irse de viaje al día siguiente.

Después de hacer el pacto con Lali. Euge volvía a su casa con una sonrisa. Nunca olvidaría a su amiga del alma; Lali y ella eran cómo hermanas y le dolía dejarla, pero quería seguir sus sueños y su padre aunque no estaba de acuerdo con lo que ella había elegido, él la apoyaba.